El Vaticano anunció un plan para asistir a los venezolanos que se ven obligados a dejar su país
El proyecto, de cuño latinoamericano, contempla asistencia para los migrantes vulnerables y las comunidades que los reciban
ROMA.– El Vaticano presentó hoy “Puentes de Solidaridad”, un plan realizado por ocho conferencias episcopales latinoamericanas, entre ellas la argentina, para ayudar a los cientos de miles de venezolanos que, en un éxodo imparable, en los últimos años se vieron obligados a irse de su país inmerso en una gravísima crisis política, económica y humanitaria hacia otros de la región.
Según las estadísticas publicadas hace unos días por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el número de venezolanos en América Latina creció un 900% en solo dos años: de 89.000 a 900.000 personas entre 2015 y 2017. En la Argentina se estima que en los dos primeros meses del año arribaron al país 363 venezolanos por día.
Fue justamente en el seno de una reunión de la Conferencia Episcopal Argentina, el año último, que surgió la idea de unir fuerzas con otras conferencias episcopales de América Latina para hacer algo. Respondiendo al llamado de Francisco para recibir, proteger, promover e integrar a migrantes y refugiados, las oficinas responsables de la pastoral migratoria de las conferencias episcopales de nuestro país, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia y Paraguay desarrollaron un plan pastoral que apunta a promover el desarrollo humano integral de los migrantes venezolanos en cada etapa de su movimiento. Este plan, llamado “Puentes de Solidaridad”, cuenta con la asistencia de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, oficina que depende en forma directa del Papa.
Según explicaron ayer en una conferencia de prensa los dos secretarios de esta oficina, los padres Fabio Baggio y Michael Czerny, a
través de una acción coordinada, el plan contempla una amplia gama de actividades y servicios no solo a favor de los venezolanos, sino también de otros migrantes vulnerables y de las comunidades locales que los reciben. Ejemplos de tales actividades son: centros de servicios y albergues para migrantes; asistencia en temas de vivienda, búsqueda de trabajo e inclusión social; facilitación de acceso a servicios de educación y salud; incidencia política y asistencia legal; formación profesional de agentes pastorales; campañas de sensibilización y sensibilización de las comunidades locales. ¿Cómo se financia todo esto? A través de fondos locales que tienen las conferencias episcopales y con 400.000 euros que aportará en este primer año, gracias a donaciones privadas, la Sección de Migrantes y de Refugiados.
“El Papa está muy contento al ver que, cuando hay necesidad, frente a desafíos comunes, hay una respuesta colectiva de parte de las conferencias episcopales”, comentó el padre Baggio, que conoce bien el tema y habla perfecto español porque trabajó en la Argentina en este mismo rubro, durante cinco años y medio, junto al entonces cardenal Bergoglio.
“Debo decir que las conferencias episcopales latinoamericanas siempre fueron activas en muchos aspectos, como por ejemplo el desafío de la selva amazónica o el interés por la ecología, algo maravilloso. Son pequeños ejemplos que pueden ser luego tomados como modelos a seguir por otras conferencias episcopales”, agregó. De hecho, contó que el episcopado de España, país europeo que también ha recibido muchos venezolanos, ya ha tomado contacto y podría sumarse al plan.
En la conferencia de prensa de presentación de “Puentes de Solidaridad” participó el superior general de los jesuitas, el padre Arturo Sosa, no solo porque la Compañía de Jesús desde hace años trabaja con migrantes a través del Jesuit Refugee Service –una red que opera en 50 países–, sino también por ser venezolano. Ante una pregunta de la nacion sobre qué pensaba sobre las cuestionadas elecciones que habrá en breve en Venezuela, Sosa declinó responder, consciente de que se trata de un tema muy sensible.
Baggio tampoco dijo demasiado cuando se le preguntó si este plan iba a molestar al gobierno de Maduro, que niega que la gente esté escapando del país. “Nuestro proyecto es con migrantes venezolanos que están afuera de Venezuela y, obviamente, no hay ninguna acepción política –dijo–. Para el diálogo con el gobierno está la Secretaría de Estado y el nuncio apostólico”.