Un ícono de Recoleta
La obra, que estará lista en 2020, también incluirá la construcción de un edificio residencial; se invertirán 80 millones de dólares
En el predio donde funcionó el cine América harán un complejo de oficinas.
El 30 de diciembre de 2002, el Cine América, en Callao y Santa Fe, proyectó su última película comercial, Lugares comunes, de Adolfo Aristarain. Luego fue usado como una de las sedes del Bafici. Tras el cierre, el edificio fue comprado por la empresa chilena Cencosud, que tenía proyectado construir una gran tienda departamental. Pero la idea no prosperó y el edificio estuvo abandonado hasta hace pocos meses, cuando fue demolido.
La desarrolladora Northbaires construirá en ese predio, sobre Callao, un edificio de oficinas (que mantendrá el nombre América) donde estará la sede de la Escuela de Negocios de la Universidad de San Andrés. Como parte del mismo complejo, sobre Marcelo T. de Alvear, frente a la Plaza Rodríguez Peña, la empresa construirá un edificio de departamentos premium. Estiman que la obras estarán terminadas en 2020 con una inversión de 80 millones de dólares. El proyecto está a cargo del estudio de arquitectos BMA y la empresa constructora es Caputo.
El emprendimiento es el más grande de Recoleta, en un terreno de 3800 metros cuadrados. La universidad ocupará tres niveles: un subsuelo, la planta baja y el primer piso. Como parte del proyecto se construirá un aula que fue diseñada por la Universidad de Harvard, donde se van a dictar clases online. Los pisos superiores estarán ocupados, casi con seguridad, por una compañía extranjera.
Sobre Marcelo T. de Alvear estará el edificio de viviendas (llamado OM Recoleta), que tendrá pileta, gimnasio, parrillas, SUM, seguridad y valet parking. En el pulmón de manzana se construirá un parque privado.
Los departamentos van desde un dos ambientes de 50 metros cuadrados hasta el más grande, de 400. A modo de ejemplo, una unidad de 143 metros cuadrados, con tres dormitorios y tres baños, cuesta US$657.941, con una cochera opcional por 50.000 dólares. El complejo tendrá además un garaje privado con capacidad para 500 autos.
Marcos Juejati, director de Nor- thbaires, contó cómo decidió invertir en el proyecto: “Yo tenía una oficina en Corrientes y Montevideo. Pasaba todos los días y esa cuadra estaba muerta. Le habían bajado la categoría a toda la cuadra, incluso hubo épocas donde se intentó tomar el predio del cine. Un día averigüé quién era el propietario y lo fui a ver: era de Cencosud, que lo había comprado para traer las tiendas París. Los fui a ver y me dijeron que no lo vendían. Empezamos el diálogo y después de un año nos pusimos de acuerdo. Tardamos tres años más en firmar. Cuando logramos comprar la propiedad, adquirimos el estacionamiento de la vuelta, que también era de Cencosud, y un local de tres pisos que estaba al lado”.
“Los vecinos están contentos porque la zona estaba abandonada. Estuvo cerrado 10 años el cine, con un nivel de abandono total. En un momento se usaban las cocheras, pero después eso cerró. En una cuadra hermosa tenías ese lugar cerrado, abandonado. La gente pedía que hiciéramos algo bueno, de calidad”, señaló Juejati.
Nostalgia
Un recorrido por la zona lo confirma. Los vecinos celebran la llegada del emprendimiento, aunque recuerdan al Cine América con cierta nostalgia. Lele Cabrera es escribana y vive justo enfrente, sobre Callao. “Me parece bárbaro. La última vez que fui al Cine América estaba embarazada de mi hijo, que ahora cumple 16 años. Ahora no había nada, estaba todo oscuro. Se está haciendo algo para que levante. Igual es una locura lo que piden, va a ser para gente muy selecta”, afirmó.
“Me viene bárbaro porque nos va a traer gente. Ese edificio estuvo muchos años abandonado, con gente que dormía en la puerta”, dijo Fabrizio Ventura, vecino de Recoleta y encargado del local de ropa para hombres Mancini, frente al futuro edificio de oficinas. El vendedor recuerda que fue al Cine América hace 15 años.
En el mismo sentido se expresó Gastón Franco, encargado de Toche, otra casa de ropa para hombres de la zona. “Espero que sea para bien, ya que nos dio bastante dolor de cabeza por los ruidos, durante la demolición tuvimos que trabajar con la puerta cerrada. Espero que consuma la gente que viva ahí. Es un edificio de categoría, pero la zona es de categoría también y estamos complicados”, señaló.
“En líneas generales, pensamos conservar lo que se pueda, pero cuando lo compramos, del cine quedaba solo el nombre. No había pantallas, no había butacas, no había proyector, no había nada. Lo único que encontramos de valor fueron maderas de pino tea, que rescatamos, limpiamos y vamos a usar para el piso de los lobbies”, dijo Juejati, que revela que la compra de los terrenos a Cencosud costó 25 millones de dólares.
A pesar de que el proyecto estará listo en 2020, ya fueron vendidas todas las oficinas del complejo sobre Callao. Y la mitad de los departamentos de la torre sobre Marcelo T. Alvear.