Todo de Juventus: 13 títulos y uno al caer en siete años
Obtuvo la 4a Copa Italia consecutiva y acaricia el scudetto; buen partido de Dybala
Juventus no deja nada para los demás en italia. arrasa con todo, extiende su hegemonía. Obtuvo la cuarta Copa italia consecutiva y está en la semana en la que le alcanzará un empate para encadenar el séptimo scudetto en serie. a eso hay que sumarles tres Supercopas de italia (enfrenta al campeón del torneo con el de la Copa). Trece títulos y uno al caer en siete años. Nadie le hace sombra en la península, ni siquiera este Milan que supo ser un grande y lleva varias temporadas alicaído, muy difícil de levantar hasta para los capitales chinos que se hicieron cargo hace un año. Tanta fue la diferencia que el árbitro marcó el final sin que se llegaran a disputar los dos minutos adicionados.
Fue 4-0 en el Estadio Olímpico de Roma. Una victoria materializada en el segundo tiempo, sin goles argentinos, con tres tantos originados en córners. Paulo Dybala estuvo cerca con cuatro remates de media distancia; tuvo algo de mala suerte, ya que el joven arquero Donnarumma tuvo reflejos y firmeza para despejarle tres disparos, cualidades que no mostró en las definiciones de Douglas Douglas y Benatia. El cordobés perfeccionó en esta temporada los remates desde fuera del área: por esta vía suma nueve goles por todas las competencias oficiales, más que cualquiera otro futbolista en italia. Con seis le sigue Suso, delantero de Milan.
Dybala completó un buen partido. a cinco minutos del final recibió una ovación cuando fue reemplazado por Gonzalo Higuaín, que tiene un opaco cierre de temporada, apenas con el destello del gol del 3-2 sobre inter hace diez días. Con ese festejo interrumpió 716 minutos sin goles, la sequía más larga desde que está en el calcio. a Pipita le quedan dos encuentros, contra Roma y Verona, para que la actual Liga no sea la que lo muestre con menos efectividad en los cinco años que lleva en el fútbol italiano. Suma 16 festejos, por debajo de todos los cursos pasados: 17, 18 y 36 en los tres años de Napoli, y 24 en su primera temporada en Juventus.
Fue la 3a Copa italia para Dybala (un gol en cuatro encuentros, ante Genoa) y la segunda para Higuaín (un tanto a Genoa y otro a atalanta en cuatro cotejos).
En Milan, finalmente no ingresó Lucas Biglia, que estuvo en el banco tras completar mucho más rápido de lo previsto la recuperación de la fractura de dos vértebras lumbares sufrida hace menos de tres semanas. El volante intensificó la rehabilitación para llegar en condiciones al Mundial de Rusia. Su representante, Enzo Montepaone, expresó en radio El Mundo: “Se recuperó en tiempo récord. Su objetivo es llegar con competencia y rodaje al Mundial. Creo que le darán los tiempos, él se muere por jugar en la selección”. Por delante, Biglia tiene la posibilidad de reaparecer en dos cotejos: el domingo frente a atalanta y siete días más tarde frente a Fiorentina.
El 4-0 estuvo en consonancia con los dos choques por la Serie a, en los que Juventus se impuso por un global de 5-1. El domingo, Juventus puede repetir en el Olímpico la celebración y la vuelta olímpica por la Serie a en caso de un empate con Roma, o de que Napoli no venza a Sampdoria. “Los muchachos jugaron un partido extraordinario, merecieron esta victoria”, dijo Massimiliano allegri, el DT de Juventus, que en 2011 llevó a Milan a los últimos dos títulos obtenidos, con la tutela de Silvio Berlusconi. Desde entonces, Juventus, primero con Conte y ahora con allegri, con Carlos Tevez en un momento y con Dybala e Higuaín más recientemente, controla el calcio con puño de hierro.
En este período de hegemonía, Juventus aprovecha el decaimiento de inter y Milan, que pasaron a ser propiedad de capitales orientales. Roma y Lazio (tiene al capocannoniere del torneo, Ciro inmobile, con 29) se quedan en insinuaciones, y la principal amenaza, el Napoli atrevido y de buen juego de Maurizio Sarri, comete algún despiste cuando parece en condiciones de dar el golpe. El fútbol italiano es en blanco y negro: los colores de una Juventus que no se aburre de ganar.