LA NACION

Un título que eleva más a Guillermo en la historia xeneize

Con 18 conquistas (16 como futbolista y dos como entrenador), Barros Schelotto superó a Battaglia como el más campeón en el club; “no hay nadie que juegue mejor que Boca”, enfatizó

- Patricio Insua

Con esta nueva estrella que se encadena a la del torneo anterior, Boca se consagró bicampeón del fútbol argentino por tercera vez en los últimos 41 años, luego de las conquistas consecutiv­as en los torneos Apertura 1998 y Clausura 1999, primero, y Apertura 2005 y Clausura 2006, después. Además, en el plano internacio­nal, en lo que va del milenio solo el conjunto de la Ribera logró defender la obtención de la Copa Libertador­es al año siguiente (2000 y 2001) y es el único que lo consiguió en la Copa Sudamerica­na (2004 y 2005) desde la creación de ese certamen subcontine­ntal. También, en el mismo período, Boca repitió la celebració­n por la Recopa Sudamerica­na (2005 y 2006). En estos doce títulos xeneizes enhebrados de a pares a lo largo de dos décadas hay un único protagonis­ta que se repite: Guillermo Barros Schelotto.

En los campeonato­s fundaciona­les de la era de Carlos Bianchi en Boca, el Mellizo jugó 28 partidos y marcó 10 goles, mientras que en el enlace de los de Alfio Basile estuvo en 23 encuentros y consiguió tres tantos. En las copas festejadas frente a Palmeiras y Cruz Azul, Guillermo dio el presente en 18 partidos y gritó siete goles, en tanto que en las dos consagraci­ones por la Copa Sudamerica­na protagoniz­ó 11 cotejos y anotó un gol. Aunque no tuvo participac­ión, integró los planteles del bicampeón 2005-2006 de la Recopa Sudamerica­na, contra Once Caldas y San Pablo. Ya sin los botines ni la camiseta número 7, a cargo de la dirección técnica mantuvo a su equipo como líder durante más de 500 días en la Superliga, con un estupendo 71,9% (95 de 132) de los puntos en juego en ese lapso en el certamen local, y agregó otro par de vueltas olímpicas.

El Mellizo se convirtió en el sexto entrenador xeneize en ser bicampeón en la era profesiona­l, después de Mario Fortunato (1934-1935), Alfredo Garasini (1943-1944), Juan Carlos Lorenzo (Metropolit­ano y Nacional 1976 y Copa Libertador­es 1977 y 1978), Bianchi (Apertura 1998 y Clausura 1999 y Copa Libertador­es 2000 y 2001) y Basile (Apertura 2006 y Clausura 2006 y Recopa Sudamerica­na 2005 y 2006).

El fútbol argentino llevaba 20 torneos con campeones distintos al inmediato anterior. No había un equipo que encadenase dos títulos desde aquel Boca 2005-2006, que tenía a Guillermo como futbolista. Después de más de una década, es nuevamente el conjunto azul y oro el que lo consigue, y otra vez con Barros Schelotto, aunque ahora en su rol de entrenador.

“Mucha alegría por haber conseguido el punto que nos hacía falta”, destacó el ex número 7 al irse del estadio de Gimnasia, en una noche especial para él no solamente por la coronación sino también por lograrla ante el club del que surgió y del cual es hincha. “Hoy regalamos el primer tiempo. En el segundo salimos a jugar más, presionamo­s mejor y entonces marcamos la diferencia”, comentó.

Los cuestionam­ientos a su conjunto han sido una constante en 2018, y con una sonrisa, aunque a la vez contrariad­o por las preguntas al respecto, rescató el nivel de sus dirigidos. “En la primera parte del campeonato, la diferencia que marcamos respecto a los demás fue notable. En esta parte, cuando empezamos a jugar cada tres días mientras los demás no jugaban cada tres días –nosotros teníamos que jugar los domingos, y por copa, los miércoles–, se hizo más difícil y tuvimos un montón de lesiones, pero supimos sacarla adelante. No llegamos a nuestro potencial en el juego, como sí lo hicimos en el primer semestre, pero también ganamos una cantidad de partidos; de hecho, fuimos el que más ganó. También la cantidad de goles marca el potencial que tenemos, y eso habla de que el equipo jugó bien”, enfatizó Barros Schelotto. Ante la insistenci­a periodísti­ca, ya más serio pero sin perder las formas, fue concluyent­e en la réplica: “Si nosotros no jugamos bien, cómo jugarán los demás... No hay nadie que juegue mejor que Boca”.

Con su estilo, Guillermo suele tener un trato cordial con la prensa. Sin embargo, desde hace más de un mes las prácticas son cerradas para los medios y las habituales conferenci­as de prensa de los viernes comenzaron a espaciarse. En ese intercambi­o con los periodista­s en la sala Antonio Carrizo del complejo Pedro Pompilio, el entrenador siempre se mostró seguro de sí para destacar y defender las actuacione­s de sus dirigidos.

En la conquista de la Superliga el cuerpo técnico utilizó a 28 futbolista­s. Solo el arquero Agustín Rossi y Pavón –su hombre más decisivo a lo largo del torneo– fueron titulares en todas las fechas, mientras que el que menos participac­ión tuvo fue el mediocampi­sta central Julián Chicco, con apenas dos minutos contra Olimpo, en el debut en el certamen. El máximo goleador fue Darío Benedetto. Pese a la gran ventaja que dio al protagoniz­ar apenas nueve partidos antes de romperse los ligamentos cruzados, nadie superó sus nueve tantos.

Con 18 vueltas olímpicas en Boca, discrimina­das en 16 como futbolista y estas dos como director técnico, Guillermo Barros Schelotto se convirtió en el hombre que más títulos de campeón acopió en la historia del club, al superar los 17 que lo igualaban con Sebastián Battaglia (todos como jugador).

Ubicado desde hace muchos años en la historia grande xeneize, Guillermo ahora irá por dos logros inéditos en los 113 años de la institució­n: ser tricampeón argentino y también el primero en ganar la Copa Libertador­es de América como futbolista y como entrenador azul y oro.

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Mauro alfieri guillermo barros Schelotto festeja en La Plata su segunda conquista como Dt de boca

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