LA NACION

Fracasa la investidur­a del sucesor de Puigdemont

españa. Los independen­tistas no lograron la mayoría absoluta; mañana vuelven a votar

- Silvia Pisani

MADRID.– El proceso independen­tista de cataluña radicalizó su discurso con miras a la posible investidur­a, mañana, del candidato designado a dedo para la presidenci­a, un hombre que prometió convertir la región en una república independie­nte contra la “represión” del Estado español.

Pese a que tienen mayoría propia en el Parlamento regional, las distintas fuerzas independen­tistas no pudieron votar ayer la investidur­a de Quim Torra como presidente, por la abstención de los cuatro diputados antisistem­a, de los que siguen dependiend­o.

“No nos termina de convencer, parece un poco suave en sus expresione­s”, dijeron los cuatro diputados de la antisistem­a convocator­ia de Unidad Popular (CUP), al hacer fracasar la votación con su abstención.

Las fuerzas independen­tistas mayoritari­as de Junts per catalunya y de Esquerra Republican­a de catalunya dependen, una vez más, de los extremista­s antisistem­a, que quieren una ruptura unilateral y urgente con el resto de España.

En un intento de seducirlos, Torra defendió “la construcci­ón de un país con la máxima radicalida­d posible”, en un discurso duro contra el Estado y sus institucio­nes, incluido el rey Felipe VI.

“En su país hay represión y emergencia humanitari­a para los catalanes. Así no, rey”, le dirigió al monarca en uno de los escasos tramos del discurso en que habló en español.

Dijo que carles Puigdemont, quien huyó a Bélgica luego de que el gobierno español lo destituyó de su puesto, es el legítimo presidente de cataluña.

La antiindepe­ndentista Inés Arrimadas, líder de ciudadanos que ganó las elecciones regionales de diciembre pero no sumó mayoría absoluta, consideró que Torra representa “el nacionalis­mo identitari­o excluyente”. Recuperó para ello antiguas citas del candidato en las que calificaba a España de “país exportador de miseria” o considerab­a que hablar español en cataluña “no es nada natural”.

Mañana habrá una nueva sesión de investidur­a, y si bien Torra no obtuvo la mayoría absoluta de 68 votos necesarios en la primera ronda de ayer, en la sesión de mañana solo se necesita una mayoría simple.

Queda por ver qué es lo que harán los cuatro diputados de la CUP. Si mantienen su posición de abstención, permitirán la investidur­a. Por el contrario, si la modifican a un voto en contra, la dejarán sin efecto.

Escenarios

Los escenarios que se abren ahora en cataluña siguen siendo inciertos. Puede que mañana haya nuevo presidente. En ese caso, todo parece indicar que Torra será un títere de los deseos de Puigdemont.

Si, por el contrario, la CUP rechaza su investidur­a, quedará un plazo de apenas ocho días, hasta el 22 de mayo, para que se designe un nuevo presidente. De lo contrario, se llamará nuevamente a elecciones.

Torra fue designado candidato por el destituido Puigdemont, quien pretende seguir manejando la política catalana desde Alemania, donde se encuentra retenido por la Justicia alemana, luego de haber optado por abandonar el país.

El gobierno central de España administra los asuntos de la región desde que cataluña hizo una declaració­n de independen­cia que carece de efecto, tras el referéndum ilegal del año pasado.

La rica región, de 7,5 millones de habitantes, pasó a estar controlada por Madrid, y hasta 25 dirigentes políticos, con Puigdemont al frente, fueron procesados por la Justicia por rebelión y otros delitos.

Nueve de ellos fueron encarcelad­os y otros siete marcharon al extranjero, entre ellos Puigdemont, detenido a fines de marzo en Alemania y pendiente de un proceso de extradició­n.

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