Iglesia y Estado
El suplemento Ideas nos ha brindado un espléndido trabajo acerca del denominado sostenimiento del culto de la Iglesia Católica. Muchas personas y de buena fe opinan que el Estado argentino sostiene el culto católico. A lo largo de muchas generaciones he tenido la satisfacción de transmitir a los estudiantes de abogacía conceptos que recibí de buena mano. En primer lugar, nuestro Estado no es laico. En todo caso, es un Estado no confesional. Por otra parte, parecería que además la Iglesia Católica recibe aportes económicos por parte del Estado. El doctor Germán Bidart Campos didácticamente ha sabido expresar todo: sostener moralmente es, por una parte, prestar apoyo, dar aliento, pero sin contribuir económicamente. No pertenecemos a un país laico, sino a un país no confesional. ¿Por qué entonces la Constitución establece que para ser elegido presidente o vicepresidente de la Nación es preciso profesar el culto católico? No es así. Una de las reformas constitucionales quitó ese requisito. Fue necesario mientras el Estado argentino ejerció el sistema del patronato, por el cual era posible elevar propuestas para la designación de obispos. Esa institución dejó de existir con el concordato celebrado entre la Santa Sede y la Argentina en 1966. Durante el gobierno de Rodríguez Peña y su ministro Rivadavia se confiscaron bienes a la Iglesia Católica. No se expropiaron algunos, sino que fueron confiscados y en algunos casos como fruto de la mal denominada “reforma” se cerraron algunos conventos o sus moradores fueron remitidos a otros sitios.
Roberto Sebastián Cava
DNI 4.286.823