“Buenos Aires se posicionó como un destino turístico internacional”
El CEO mundial de la cadena Marriott destacó la mejora en la imagen del país en el exterior y señaló el potencial de crecimiento que tiene la industria local
Arne Sorenson es uno de los nombres más relevantes de la industria del turismo a nivel mundial. Desde su puesto de CEO de la cadena Marriott, sillón que ocupa desde marzo de 2012, comanda uno de los gigantes hoteleros del mundo, que en 2017 facturó US$22.890 millones. “La Argentina es un destino importante”, dice el ejecutivo, quien viajó a Buenos Aires para participar de la reunión anual del World Travel & Tourism Council (WTTC).
“El país ha construido una identidad muy fuerte a lo largo de muchas décadas y Buenos Aires se posicionó como un destino muy atractivo. También se ve que en la era Macri el país vivió un proceso de recuperación económica. Creo que es muy bueno no solo para el segmento de los viajes de negocios, sino también para toda la actividad del sector de turismo en general”, plantea el estadounidense, quien también se reunió personalmente con el Presidente.
–¿Qué factores pueden impulsar esta industria?
–Una de las cosas que hablamos con el presidente Macri es que desde el punto de vista de un viajero estadounidense la Argentina todavía es visto como un viaje exótico. Exótico significa atractivo pero algo inusual, y creo que como destino el país necesita ser atractivo pero de una forma un poco más normal.
–¿Y cómo es ese proceso?
–El reposicionamiento del país ya está en marcha. La Argentina tiene un gran mensaje para compartirle al mundo, tiene una gran audiencia dispuesta a escuchar y dejarse atraer. Para un turista estadounidense, obviamente el Caribe es un destino más cercano, pero si miramos Europa, es un destino regular para estos viajeros, y la Argentina no está mucho más lejos. Si uno mira la oferta local, las posibilidades en Buenos Aires y sus alrededores son muy amplias. Macri también habla de sumar vuelos y conectividad, y eso también es importante para el desarrollo de la industria.
–¿Qué asuntos inciden en la expansión del sector de turismo?
–La inflación es un factor obviamente. Pero creo que lo más importante es la fortaleza de la economía. Hay dos clases de viajes. Una que es movilizada por los negocios, para reuniones o para ejecutivos que vienen a la Argentina, y el motor de este segmento es indudablemente la situación económica local. La estabilidad monetaria y la inflación son riesgos, pero el segmento está creciendo y se puede ser optimista. El segundo segmento es el viaje de ocio, que es esencialmente vacaciones. Eso está vinculado al crecimiento económico, porque el contexto debe convencernos a todos como consumidores de que tenemos el dinero suficiente como para gastarlo. Está movilizado por el sentimiento de bienestar, el optimismo y la riqueza. Y ahí creo que la accesibilidad juega un papel clave y también que la Argentina se muestre como un destino. Parte del tema, en el cual creo que hay mejoras, es que los viajeros en el último tiempo no sentían que el país los estuviera realmente invitando a venir. Comunicarlo es muy importante.
–¿Cómo cambió el escenario del negocio con la aparición de nuevos jugadores como Airbnb?
–Trabajamos en un negocio muy competitivo históricamente, sea con Hilton, Accor o cualquier otra compañía. Creo que es valioso y podemos hacerlo sin problemas. Las plataformas que permiten compartir tu casa, como Airbnb o Homeaway, por nombrar dos, están en un negocio relacionado con el nuestro. No es competencia directa. Lo que ellos ofrecen es una estadía dramáticamente más económica. Nosotros nunca nos enfocamos en ofrecer el servicio más barato, sino en la calidad. Lo que sí vemos es que han permitido la incorporación de más viajeros al mercado, lo cual es bueno en el largo plazo, porque acostumbra a la gente a viajar. No digo que no haya tenido ningún impacto, pero no fue significativo. Cuando miramos alrededor del mundo, estamos operando con récord de ocupación. Eso muestra que el negocio está bien.
–¿Cuál es la perspectiva para el negocio local de Marriott?
–Trabajamos a gusto con los socios locales, el empleo es estable y nos mantenemos optimistas. Tenemos once hoteles en funcionamiento, tenemos una próxima apertura en los planes y probablemente trabajemos en tres o cuatro más en el futuro próximo, que aún no han sido anunciados.
–¿Cómo analiza el futuro del turismo como negocio?
–El año pasado, el total de viajes globales, teniendo en cuenta a cada persona que cruzó la frontera de su país, aumentó un 7%. Es una cifra muy poderosa. El nivel de actividad en el sector de viajes y turismo creció 4,6% y el resto de la economía mundial rondó el 3%, lo cual muestra a nuestra industria con tasas muy altas, impulsada por la mayor demanda de experiencias y el crecimiento de la clase media en el mundo.
–¿Y a nivel empleo?
–Según nuestras estimaciones, uno de cada cinco nuevos puestos de trabajo a nivel mundial se creó en la industria del turismo y los viajes, y pensamos que el sector será una fuerza muy poderosa de creación de empleo en los próximos años. Solo hace falta mirar la dinámica y las tareas en un hotel para ver que casi ninguna puede reemplazarse hoy por un robot o una máquina.
–¿Es la volatilidad de las monedas en el mercado internacional un desafío?
–Puede ser para un hotel en particular, pero nosotros operamos en 197 países. Las monedas suben en algún lugar y bajan en otro. Puede tener un impacto, pero en el balance general para la empresa se diluye. Obviamente si soy el dueño de un hotel en Buenos Aires voy a estar preocupado con la evolución de la moneda local, la inflación y las dinámicas internas, pero para la compañía en general tiende a tener un impacto menor.
–¿Qué tendencias ven en las demandas de los viajeros a nivel global?
–Lo más poderoso es que la gente está sofisticando cada vez más sus hábitos a la hora de viajar, y también en la gastronomía. Este último rubro se vuelve cada vez más importante. Hay más demanda de calidad en cuanto a las experiencias, y no tanto en la adquisición o el consumo de objetos o bienes. Eso es bueno para el negocio. Vemos gente joven que decide priorizar un viaje o sus vacaciones por sobre un auto o la compra de una vivienda. Otra tendencia que vemos entre los viajeros es que hay mucha más demanda de experiencias locales. Quien decide venir a Buenos Aires pide conocer la cocina local, quiere recibir y experimentar algo de la cultura, ver que su hotel tiene influencia en las costumbres y el diseño local. Y una tercera es que los viajeros están demandando variedad.
No vemos una competencia directa en las plataformas como Homeaway o Airbnb, que permiten compartir la casa” Lo más poderoso es que la gente está sofisticando cada vez más sus hábitos a la hora de viajar y comer”