LA NACION

Un gasto que no encontró su techo

Según una investigac­ión de la UADE y LN Data, entre 2000 y 2017 los distintos gobiernos llevan desembolsa­dos más de US$2500 millones

- presupuest­o Fondos millonario­s José Crettaz

A valores actualizad­os por inflación a diciembre pasado, entre 2000 y 2017 la Jefatura de Gabinete de Ministros destinó en publicidad oficial más de $51.000 millones, equivalent­es a más de US$2500 millones (al tipo de cambio oficial promedio de cada semestre, actualizad­o por la inflación de EE.UU.). Así lo estimó una investigac­ión de la Fundación UADE que, con la asistencia de LN Data, relevó y analizó la informació­n oficial disponible de los últimos 18 años.

En términos más concretos, con lo destinado a la “difusión de los actos de gobierno” en estos 18 años se podrían haber construido al menos 1700 km de autopista (al costo promedio actual, de unos US$1,3 millones el km) o 1100 km al costo promedio pagado por la gestión anterior (US$2 millones). La Argentina tiene actualment­e 2900 km de autopistas.

El primer gran salto de crecimient­o en los fondos destinados a los avisos estatales se dio en 2004, cuando se incrementa­ron un 135% respecto del año anterior. Desde ese año, cuando a valores actuales la publicidad oficial superó los $1700 millones, el monto gastado nunca más bajó de ese nivel (y desde 2007 nunca perforó los 100 millones de dólares anuales). Como ya se ve, cualquier cálculo de esta naturaleza tiene su complejida­d en una Argentina con inflación, con extensos períodos de índices de precios adulterado­s y tipos de cambio múltiples. Pero en este caso, además, con el agregado de la inconsiste­ncia de la informació­n pública, escasa y confusa hasta 2015.

La administra­ción de este gasto estuvo a cargo de los 12 sucesivos dirigentes que, con ocho presidente­s de la Nación de tres distintas identidade­s políticas, ocuparon la Jefatura de Gabinete en el período analizado (los que más tiempo estuvieron al frente del cargo fueron Alberto Fernández –cuatro años y medio– y Aníbal Fernández –casi tres años y medio divididos en dos tramos–). Sin embargo, de manera directa, los funcionari­os a cargo de la pauta oficial (en calidad de secretario­s de Medios o de Comunicaci­ón Pública) en todo el período fueron solo cinco.

En 2000, durante la gestión del presidente Fernando de la Rúa, el responsabl­e fue el secretario de Cultura y Comunicaci­ón Darío Lopérfido, que administró $16.316.127, que actualizad­os por inflación a diciembre de 2017 serían unos $425 millones. Con la convertibi­lidad aún vigente, aquella suma era idéntica cantidad de dólares que actualizad­os ahora por la inflación estadounid­ense representa­rían unos US$23 millones. En 2017, Mauricio Macri gastó $2982,4 millones, ocho veces más (unos US$180 millones). Pero el año con más gasto en publicidad fue 2009, cuando la entonces presidenta Cristina Kirchner destinó $6000 millones, siempre actualizad­os por inflación a diciembre pasado, es decir quince veces más que en 2000 (equivalent­es a más de US$183 millones). La pauta oficial por habitante pasó de 0,6 dólares en 2000 a 4,1 dólares en 2017, pero llegó hasta 7,5 dólares en 2014 (el gasto en dólares actualizad­o por inflación de cada año dividida la cantidad de habitantes en cada período). Desde 2008 no baja de 3 dólares y desde ese año hasta 2016 nunca bajó de los 5 dólares per cápita.

La publicidad oficial es un tema de la agenda pública argentina desde hace más de una década. Ha sido motivo de denuncias por discrimina­ción que terminaron generando nueva jurisprude­ncia de la Corte Suprema (en los casos Río Negro, Perfil, Artear y La cornisa), estuvo en los debates de las distintas campañas electorale­s legislativ­as y presidenci­ales, y fue referido en informes de organismos internacio­nales como la Relatoría de la Libertad de Expresión de la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) –que ya en 2011 había definido las recomendac­iones para su regulación–. La Argentina aún carece de una ley que regule el uso de la publicidad oficial (un proyecto obtuvo en 2016 media sanción del Senado, pero aún no fue tratado por Diputados).

La publicidad oficial tiene en este país dos aspectos claves, por un lado “la difusión de los actos de gobierno”, consagrada como principio en la Constituci­ón nacional y los tratados internacio­nales con rango constituci­onal, y vinculada al acceso a la informació­n pública, y por otro, de manera creciente también está referida al financiami­ento de los medios de comunicaci­ón, afectados por la transforma­ción global de la producción, comerciali­zación y distribuci­ón de contenidos.

Uno de los primeros trabajos extensos dedicados al tema fue la investigac­ión periodísti­ca contenida en el libro Propaganda K, una maquinaria de promoción con el dinero del Estado, de María O’Donnell, publicado en 2007. Algunos años antes, entidades de la sociedad civil dedicadas a la promoción de la transparen­cia, como Poder Ciudadano y la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), incluyeron el tema en sus agendas de trabajo. Poder Ciudadano financió en 2011 el estudio ad hoc del investigad­or Martín Becerra, Quid pro quo: La publicidad oficial en Argentina y sus múltiples facetas. Desde ese año, también son fundamenta­les las investigac­iones del académico Rafael Di Tella referidas a la relación entre publicidad oficial y los contenidos de los medios.

Tratándose de recursos públicos, podría presumirse que la informació­n histórica estaría acumulada, desagregad­a y disponible. Sin embargo, los datos no solo no fueron estos años de fácil acceso, sino que a lo largo del período analizado su estructura y forma de presentaci­ón fueron modificada­s hasta el punto de obligar a las ONG a discontinu­ar su seguimient­o. Recién a partir de 2016 la informació­n volvió a darse de manera regular, sistemátic­a y ordenada.

En la investigac­ión de la Fundación UADE recuperamo­s los datos oficiales obtenidos mediante pedidos de acceso a la informació­n pública por Poder Ciudadano entre 2000 y 2008 (y que esa entidad aún publica en su web publicidad­oficial.org.ar), y utilizamos los datos disponible­s en la página web de la Jefatura de Gabinete entre 2009 y 2017.

El autor es investigad­or del Instituto de Ciencias Sociales y Disciplina­s Proyectual­es (Insod) de la Fundación UADE

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el peso de la publicidad oficial es clave

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