Te hacen falta vitaminas (y suplementos dietarios)
El mercado nutracéutico se potencia en las redes y con la información disponible en la web; las grandes marcas entran a jugar a un segmento que crecerá junto a la extensión de la esperanza de vida
Los avances científicos para la extensión de la esperanza de vida animan al sector a crecer
“Te hacen falta vitaminas”, cantaba Gustavo Cerati, al frente de Soda Stereo, allá por 1984. Más de tres décadas después, parece que el mercado lo escuchó: hacia 2022, se espera que estos productos, junto con los suplementos dietarios, crezcan un 4,9% en precios constantes. Los datos son de la consultora Euromonitor, que además afirma que, en cuatro años, se espera que el rubro mueva unos $640 millones. Un consumidor más informado, la moda fitness en redes y la creación de líneas propias por parte de grandes compañías farmacéuticas o alimentarias son algunos de los motivos por los que el sector está en alza.
El mercado está altamente concentrado, indica la consultora: hay cuatro compañías que producen el 73% de los productos que se venden. Los grandes jugadores son los laboratorios Bayer –que vende Supradyn y Redoxon, dos grandes referentes–, ISA –con la línea Herbacción–, Boehringer Ingelheim –cuyo negocio de venta libre desde 2017 pertenece a Sanofi– y Temis Lostaló, que produce la marca Fosfovita, una de las más recordadas. “El resto de la categoría se comparte entre más de 30 compañías, más que nada fabricantes domésticos”, completa el texto.
Grupo ENA es una de esas 30 empresas. Se trata de una compañía familiar dedicada a los suplementos para hacer deporte y a los complementos diarios. Martín Fidani, su CEO, sostiene que la disponibilidad de información en redes, la tendencia de comer más sano y los influencers que promueven una vida equilibrada en las redes son parte del cambio del consumidor. El ejecutivo afirma que las marcas del rubro apuestan no solamente por las figuras de las redes sociales para hacer su comunicación, sino también por los nutricionistas, grandes aliados en el avance del sector.
Mientras tanto, el crecimiento de la torta anima a nuevos jugadores a ingresar. La cadena Farmacity creó en 2015 su línea Pure Wellness, con 13 productos, y además abrió la tienda de alimentación natural Qüell, ubicada en Villa Crespo, donde los clientes pueden recibir asesoramiento de nutricionistas. “Vimos la necesidad del nuevo cliente de preguntar más por lo que come y por los componentes que ingiere, y no solo qué marca es mejor para él o ella”, resume Ornella Medeiro, subgerenta de Marketing de la compañía.
Medeiro añade que el público es cada vez más amplio: a los 20 años los consumidores comienzan con las vitaminas, y los adultos mayores, de más de 70, compran suplementos dietarios para una mejor salud. “No es tanto una segmentación etaria, sino actitudinal”, detalla.
Vuelta hacia lo natural
Las vitaminas y los suplementos dietarios incorporan cada vez más componentes naturales. El café verde –el grano sin tostar–, el ajo y los arándanos son algunas de las estrellas de las etiquetas que se presentan en las góndolas de farmacias y dietéticas. En ese híbrido entre los alimentos y las fórmulas, Arcor se alió a Laboratorios Bagó y, con una inversión de $90 millones, lanzó en marzo pasado una línea de productos.
La compañía alimenticia vio la oportunidad en dos puntas: primero, el cuidado de la salud preventivo, cada vez más popular; y luego, un estilo de vida más exigente que hace que se le demande más al cuerpo y, por ende, haya más necesidad de recompensarlo.
En un futuro un poco más lejano, las compañías dedicadas a la producción de este tipo de productos saben que tendrán una gran oportunidad, ya que se suman los avances de la ciencia para la extensión de la esperanza de vida: “El objetivo, de forma creciente, no es solamente llegar a vivir muchos años sino llegar bien”, opina Fernando Samella, gerente de Nuevos Negocios Funcionales de Arcor. En ese sentido, Fidani agrega que se verá una mayor segmentación dentro de la tercera edad, pero también más trabajo por necesidades específicas y no tanto por componentes: en lugar de desarrollar los artículos sobre la base de una vitamina específica, se buscará la función para mejorar la visión, por ejemplo.
Por ahora, la línea de Arcor y Bagó, Simple, se comercializa en farmacias, “donde el consumidor está yendo naturalmente a buscarla”, explica Samella, y añade que en el futuro los espacios de venta podrían extenderse hacia los supermercados, por ejemplo. Las dietéticas también crecen junto a la categoría. El cordobés Norman Schramm creó hace poco más de 30 años su cadena de alimentación natural Grandiet, que hoy tiene presencia en 19 provincias con 180 locales. La compañía comercializa vitaminas y suplementos dietarios hace dos décadas, y hace 10 años decidió desarrollar su propia línea de nutracéuticos, es decir, los alimentos que proporcionan beneficios para la salud.
El mercado, además, tiene un rasgo grande de estacionalidad, dice Schramm. En primavera y verano, por ejemplo, los componentes que más salen son el café verde para adelgazar y la vitamina C para prevenir el envejecimiento de la piel. En invierno, se consumen más aquellos para prevenir resfríos, agrega. Los únicos artículos que escapan un poco a las temporadas son los laxantes, resalta el emprendedor, un gran éxito de las góndolas.
Vianatural ya posee 100 productos y Schramm asegura que su principal activo es que no tiene agregados químicos. Todas las línea nutrocéuticas deben ser aprobadas por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). El líder de Grandiet afirma que ese sello oficial ayuda a que cada vez haya menos tabú en el consumo de este tipo de alimentos: “Antes, la gente tenía cierto resquemor porque el formato era en comprimidos, pero eso está cambiando aceleradamente y el consumo va hacia arriba, siempre que la economía acompañe”, concluye el empresario cordobés.