Las marcas que buscará una generación en su último acto
La vieja guardia puede quebrar en Rusia varios registros históricos; Messi, Romero, Mascherano, tras los récords
Zabaleta, Tevez, Maxi Rodríguez y Lavezzi ya no están. Gago no se recuperó a tiempo. Demichelis se retiró. El resto buscará vengar a la generación de los perdedores. Ellos, incluso, intentarán saldar una deuda precedente a su administración: hace 25 años que la Argentina no gana una final. Desde la conquista en la Copa Américade Ecuador 1993, yase escurrió un cuarto de siglo en el que solo se cosecharon frustraciones. Siete mazazos en el partido crucial: 1995, 2004, 2005, 2007, 2014, 2015 y 2016, eslabones decepcionantes de una cadena que engrilló a la selección con la derrota. Escapar en Moscú de ese tormento significaría reescribir la historia. “Es ahora o nunca porque no hay otro más. Hay que pensar en este Mundial, que va a ser el último, e intentar aprovecharlo al máximo”, confesó Lionel Messi. La obsesión del capitán habla de empujar los límites. Dejar una huella eterna.
La generación que se marcha buscará quebrar rachas y establecer nuevos récords en su despedida de la selección.
Javier Mascherano es el único que adelantó que ya no jugará en la selección después de Rusia 2018. Pero antes de marcharse, el ex volante de Barcelona intentará grabar a fuego su apellido: con 142 partidos, acecha el récord de presencias históricas que luce otro Javier, Zanetti, que disputó 145 entre 1994 y 2011. Se lo podrá arrebatar en la Copa, aunque las opciones estarán más recortadas que antes porque Mascherano ya no aparecerá entre los titulares de Sampaoli.
El registro que sí alcanzará Mas che rano, independiente mente de en cuántos encuentros participe, es el número de mundiales. Hasta ahora, un mérito que Diego Mar a don ano comparte con nadie, después de ser protagonista de cuatro copas, entre España 82 y Estados Unidos 94. Mascherano, y también Mes si, se sumarán ala cima, porque en Rusia encadenarán su cuarto certamen despuésde haber sido elegidos por Pekerman en 2006, Maradona en 2010 y Sabella en 2014.
¿Y en cantidad de partidos mundialistas? otro récord de Maradona que estará jaqueado por los mismos perseguidores. El ex capitán del seleccionado jugó 21 encuentros, y Mascherano suma 16, mientras que Messi luce 15. Para desplazarlo a Maradona, la selección tendrá que llegar hasta la última semana del torneo; Messi, por ejemplo, debería actuar en los siete partidos.
Para intentar despojar a Gabriel Batistuta de su plusmarca como máximo goleador albiceleste en los mundiales (10 tantos; 4 en 1994, 5 en 1998 y 1 en 2002), Messi y Gonzalo Higuaín, los dos con cinco, tendrán que mostrarse tan voraces como oportunistas. En la búsqueda, Messi deberá saldar una deuda interna: convertir en las ruedas decisivas. nunca gritó un gol de los octavos de final en adelante.
Para Sergio Romero, el primer desafío será mantener la titularidad. Desde que debutó en la selección, atajó 94 de los 120 partidos del equipo albiceleste, pero como nunca su continuidad está en jaque. Ahora, si se sostiene, lo espera un partido muy especial en el debut del 16 de junio contra islandia. ¿Por qué? Si ataja, encadenará de manera consecutiva su encuentro n°13 por mundiales e igualará una marca de Ubaldo Fillol (entre 1974 y 1982) que se presumía imbatible.
Para el Kun Agüero será especial el Mundial de Rusia. Después de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, si se recupera plenamente de la artroscopia, por primera vez tendrá la ocasión de disfrutar de la titularidad. Dispondrá de más minutos para… convertir un gol en un Mundial. increíble: es el tercer máximo anotador de la historiadelas elección, con 36 gritos, solo detrás de Messi y Batistuta… pero todavía no celebró en el certamen cumbre.
Después, y más allá de las huellas mundialistas, otros registros generales de la selección podrán rendirse en Rusia. Por ejemplo, a Messi apenas le faltan tres partidos para alcanzar a Roberto Ayala (60 cotejos contra 63) como el futbolista que más veces llevó la cinta de capitán. “nos tenemos que ir todos si nos va mal”, advirtió Messi cargándose un lastre desaconsejable. Alentando un resultadismo del que ellos mismos han sido víctimas. Su inconformismo radical será saludable si motoriza al grupo. Desamarrar el maldito hechizo, y en el recorrido, dejar marcas para la historia.