Maduro cerró una campaña a medida del chavismo
El presidente pidió a sus simpatizantes que el domingo le den en las urnas “todo el poder” y llamó al diálogo a la oposición; hubo insultos a Macri y elogios a Kirchner
CARACAS.– Una campaña tan atípica como la venezolana merecía un final tan pintoresco como el que se vivió ayer en distintos puntos de Venezuela. Como si de un gran teatro político se tratase, el presidente Nicolás Maduro cerró su periplo electoral en Caracas con Diego Maradona como invitado estrella, y el opositor disidente Henri Falcón buscó en Barquisimeto el calor de su gente, que no ha encontrado en otras partes del país.
El evangélico Javier Bertucci, gran sorpresa de las encuestas, celebró su último mitin en Valencia horas antes, pero ayer buscó una fotografía en las inmediaciones del Helicoide, sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (ver aparte). Y lo que encontró fue un vaso de agua arrojado sobre su cuerpo por los familiares de los presos amotinados, que no permitieron un nuevo ejercicio de demagogia en plena crisis humanitaria.
Mítines por un lado y una protesta muy incómoda para Maduro por el otro, ya que la toma del Helicoide aireó una vez más la violación de los derechos humanos contra unos presos políticos que apuestan en bloque por la abstención pasado mañana. Los tres candidatos oficiales, más el inadvertido y también chavista Reinaldo Quijada, acuden a las urnas a sabiendas, aunque no lo digan públicamente, de que el “hijo de Chávez” es casi invencible.
Así lo considera la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y no precisamente por el músculo popular de Maduro. “El resultado está totalmente cantado, es una farsa. Hay una estafa que tiene el único objetivo de decirle al mundo que sin votos Maduro sigue siendo presidente”, resumió ayer el dirigente Juan Pablo Guanipa.
El Frente Amplio Venezuela Libre, formado por la MUD, la Iglesia Católica, disidentes chavistas, el Movimiento Estudiantil y organizaciones sociales y civiles, invitó a la población a “no asistir a la farsa organizada por la dictadura”.
El candidato Falcón esperó hasta última hora el apoyo de un peso pesado de la oposición, en especial del exgobernador Henrique Capriles. En cambio, 30 de los 48 secretarios regionales del partido democristiano Copei, que fue intervenido por el Supremo y entregado a una directiva filochavista, lo acusaron ayer de robar la tarjeta de su partido y le dieron de plazo para entregarla hasta mañana.
Todos ellos pertenecen al sector histórico de Copei, enfrentados a la directiva central. Este partido es uno de los tres que apoyan a Falcón, junto a Avanzada Progresista, presidida por el candidato, y el extraparlamentario Movimiento al Socialismo.
Malas noticias para Falcón, sobre quien gravita la sombra de la duda. El éxito inesperado que el evangélico Bertucci alcanzó entre seguidores chavistas gracias a sus limosnas, sopas y cortes de pelo y uñas le recortó aún más sus pocas posibilidades, según los sondeos.
“Vamos a defender la victoria con nuestras vidas”, prometió ayer el candidato disidente en su despedida frente a sus seguidores. “Venezuela tiene un nuevo presidente, nuestro pueblo decidió darse un nuevo destino”, añadió.
Tanto a Falcón como a Bertucci, incluso a la MUD, dirigió ayer su última arenga electoral el “hijo de Chávez”, ofreciendo un gran acuerdo de unidad política para llevar a cabo un “gran cambio económico”, “un nuevo comienzo”. Conceptos muy parecidos a los que se escuchan dentro de la candidatura de Falcón y entre los antiguos mediadores de la fracasada mesa del diálogo en Santo Domingo.
“Llamo a toda Venezuela a unirnos. Voy a convocar a una gran jornada de diálogo para un acuerdo de recuperación y crecimiento econó- mico. Un gran proceso de debate con todos los sectores sociales del país, empresarios, clase media, partidos políticos, líderes y lideresas”, adelantó Maduro, que no dudó en apostar fuerte frente a su público: “Necesitamos todo el poder”.
El primer mandatario contó con un respaldo sorpresa: Maradona. Blandiendo una bandera venezolana de forma constante, siempre junto al presidente, el exfutbolista celebró los nuevos ataques contra los presidentes Juan Manuel Santos (“¡viejo, vete pa’l carajo!”) y Mauricio Macri: “Miren cómo está Argentina, en crisis por la basura de Macri, va a entregar a Argentina al Fondo Monetario Internacional. Después de que Néstor Kirchner la liberó de las garras del Banco Mundial y del Fondo Monetario. ¿Ustedes quieren eso para Venezuela?”.
Lo que no sorprendió a nadie fue el despliegue del aparato del Estado para llenar la avenida caraqueña y dar la sensación de euforia en un país que nada tiene que celebrar. Maduro se enorgulleció de haber sido leal a Chávez y al pueblo y destacó el diálogo que estableció en horas previas con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. El actor estadounidense Danny Glover también se unió al coro de apoyos internacionales.