LA NACION

Maduro cerró una campaña a medida del chavismo

El presidente pidió a sus simpatizan­tes que el domingo le den en las urnas “todo el poder” y llamó al diálogo a la oposición; hubo insultos a Macri y elogios a Kirchner

- Daniel Lozano

CARACAS.– Una campaña tan atípica como la venezolana merecía un final tan pintoresco como el que se vivió ayer en distintos puntos de Venezuela. Como si de un gran teatro político se tratase, el presidente Nicolás Maduro cerró su periplo electoral en Caracas con Diego Maradona como invitado estrella, y el opositor disidente Henri Falcón buscó en Barquisime­to el calor de su gente, que no ha encontrado en otras partes del país.

El evangélico Javier Bertucci, gran sorpresa de las encuestas, celebró su último mitin en Valencia horas antes, pero ayer buscó una fotografía en las inmediacio­nes del Helicoide, sede del Servicio Bolivarian­o de Inteligenc­ia (ver aparte). Y lo que encontró fue un vaso de agua arrojado sobre su cuerpo por los familiares de los presos amotinados, que no permitiero­n un nuevo ejercicio de demagogia en plena crisis humanitari­a.

Mítines por un lado y una protesta muy incómoda para Maduro por el otro, ya que la toma del Helicoide aireó una vez más la violación de los derechos humanos contra unos presos políticos que apuestan en bloque por la abstención pasado mañana. Los tres candidatos oficiales, más el inadvertid­o y también chavista Reinaldo Quijada, acuden a las urnas a sabiendas, aunque no lo digan públicamen­te, de que el “hijo de Chávez” es casi invencible.

Así lo considera la opositora Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD), y no precisamen­te por el músculo popular de Maduro. “El resultado está totalmente cantado, es una farsa. Hay una estafa que tiene el único objetivo de decirle al mundo que sin votos Maduro sigue siendo presidente”, resumió ayer el dirigente Juan Pablo Guanipa.

El Frente Amplio Venezuela Libre, formado por la MUD, la Iglesia Católica, disidentes chavistas, el Movimiento Estudianti­l y organizaci­ones sociales y civiles, invitó a la población a “no asistir a la farsa organizada por la dictadura”.

El candidato Falcón esperó hasta última hora el apoyo de un peso pesado de la oposición, en especial del exgobernad­or Henrique Capriles. En cambio, 30 de los 48 secretario­s regionales del partido democristi­ano Copei, que fue intervenid­o por el Supremo y entregado a una directiva filochavis­ta, lo acusaron ayer de robar la tarjeta de su partido y le dieron de plazo para entregarla hasta mañana.

Todos ellos pertenecen al sector histórico de Copei, enfrentado­s a la directiva central. Este partido es uno de los tres que apoyan a Falcón, junto a Avanzada Progresist­a, presidida por el candidato, y el extraparla­mentario Movimiento al Socialismo.

Malas noticias para Falcón, sobre quien gravita la sombra de la duda. El éxito inesperado que el evangélico Bertucci alcanzó entre seguidores chavistas gracias a sus limosnas, sopas y cortes de pelo y uñas le recortó aún más sus pocas posibilida­des, según los sondeos.

“Vamos a defender la victoria con nuestras vidas”, prometió ayer el candidato disidente en su despedida frente a sus seguidores. “Venezuela tiene un nuevo presidente, nuestro pueblo decidió darse un nuevo destino”, añadió.

Tanto a Falcón como a Bertucci, incluso a la MUD, dirigió ayer su última arenga electoral el “hijo de Chávez”, ofreciendo un gran acuerdo de unidad política para llevar a cabo un “gran cambio económico”, “un nuevo comienzo”. Conceptos muy parecidos a los que se escuchan dentro de la candidatur­a de Falcón y entre los antiguos mediadores de la fracasada mesa del diálogo en Santo Domingo.

“Llamo a toda Venezuela a unirnos. Voy a convocar a una gran jornada de diálogo para un acuerdo de recuperaci­ón y crecimient­o econó- mico. Un gran proceso de debate con todos los sectores sociales del país, empresario­s, clase media, partidos políticos, líderes y lideresas”, adelantó Maduro, que no dudó en apostar fuerte frente a su público: “Necesitamo­s todo el poder”.

El primer mandatario contó con un respaldo sorpresa: Maradona. Blandiendo una bandera venezolana de forma constante, siempre junto al presidente, el exfutbolis­ta celebró los nuevos ataques contra los presidente­s Juan Manuel Santos (“¡viejo, vete pa’l carajo!”) y Mauricio Macri: “Miren cómo está Argentina, en crisis por la basura de Macri, va a entregar a Argentina al Fondo Monetario Internacio­nal. Después de que Néstor Kirchner la liberó de las garras del Banco Mundial y del Fondo Monetario. ¿Ustedes quieren eso para Venezuela?”.

Lo que no sorprendió a nadie fue el despliegue del aparato del Estado para llenar la avenida caraqueña y dar la sensación de euforia en un país que nada tiene que celebrar. Maduro se enorgullec­ió de haber sido leal a Chávez y al pueblo y destacó el diálogo que estableció en horas previas con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. El actor estadounid­ense Danny Glover también se unió al coro de apoyos internacio­nales.

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Maduro; su mujer, Cilia Flores, y Diego Maradona, durante el cierre de campaña del chavismo en Caracas

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