LA NACION

Francisco Cabrera. “Hay que acotar el riesgo de que se corte la cadena de pagos”

El ministro dijo que por la crisis anticipará­n proyectos para las pymes, que facilitan el financiami­ento con cheques y la solución de embargos

- Texto Gabriela Origlia | Foto Diego Lima

El ministro de Producción, Francisco Cabrera, admitió a la nacion que la “zozobra” cambiaria de las últimas semanas “obligó a anticipar proyectos” que el Gobierno ya tenía en carpeta y que están focalizado­s en evitar un corte de la cadena de pagos, que podría afectar especialme­nte a las pymes. Cabrera participó ayer en la Mesa de Producción Automotriz que encabezó el presidente Mauricio Macri en esta ciudad.

–¿Qué viene en la economía real después de la crisis?

–Después de la turbulenci­a y esta zozobra que pasamos, el desafío es volver al crecimient­o, a la competitiv­idad, a la productivi­dad y por eso estamos en Córdoba, cuna industrial de la Argentina, para hablar de una industria madre como es la automotriz. Venimos con el presidente Macri a hablar de lo hecho y a escuchar a los diferentes sectores.

–Los empresario­s dicen que los actuales niveles de tasa de interés son insostenib­les, que no pueden convivir “ni un mes” con más del 40% anual. ¿Qué harán al respecto?

–Esa es la agenda posturbule­ncias. Entendemos que uno de los temas que afecta particular­mente a las pymes es la tasa de interés, y en particular a lo que es capital de trabajo. La parte positiva es que esta corta crisis no afectó las decisiones de inversión, pero sí somos consciente­s de que golpeó a las pymes, que muchas veces constituye­n su capital de trabajo con descuentos de cheques.

–Plantean que es “insostenib­le” y que solo cambian cheques los que no tienen alternativ­a…

–Mejoró ayer; la situación cambia hora tras hora. La semana que viene lanzaremos con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) una plataforma de compra de carteras de cheques con el objetivo de dinamizar el mercado y marcar un precio más bajo, aunque las tasas ya empezaron a reducirse. Los cheques son uno de los recursos más simples de las pymes para acceder al crédito. Hay temas estructura­les que no tienen que ver con la coyuntura y pasan por el sistema financiero, que es muy chico, y al que las pymes acceden de manera muy limitada. Tenemos una expectativ­a muy fuerte en la ley de Financiami­ento Productivo; en ese sentido, también nos adelantamo­s con el BICE a tener lista la plataforma electrónic­a para hacer un market place de descuento de facturas y estamos trabajando con AFIP para adelantar la reglamenta­ción de la ley.

–Con la AFIP hay otra gran preocupaci­ón por los embargos a cuentas. ¿Harán algo?

–Hoy vamos a anunciar medidas de flexibiliz­ación para levantar los embargos y algunos otros aspectos también estarán involucrad­os. Tenemos un compromiso muy fuerte con las pymes, y en estas circunstan­cias tenemos que anticipar proyectos que teníamos. Uno es esta simplifica­ción de vínculos entre la AFIP y las empresas. Fue muy saludable la iniciativa de crear la Secretaría de Simplifica­ción Productiva porque se avanza con la AFIP, con la Aduana y con 19 ministerio­s para la quita de obstáculos a las empresas, pero especialme­nte a las más chicas.

–¿Buscan evitar cortes en la cadena de pagos?

–El riesgo es ese; ese es el corazón del sistema. Esa es la diferencia entre hace tres semanas y hoy por algún nivel de paralizaci­ón que hubo en estos pocos días. Pero es muy puntual y muy coyuntural. La verdadera situación de la economía es la de a fines de marzo, con siete trimestres consecutiv­os de crecimient­o, con algunos sectores a los que les está yendo muy bien como el metalmetán­ico, automotor, químicos y construcci­ón, que afectan a una cantidad de otros segmentos.

–Los dos grandes motores de crecimient­o son construcci­ón y autos. ¿El primero no puede ser golpeado por el recorte de obras públicas anunciado?

–No, no. Además de lo que estamos haciendo para las pymes, en particular estamos llevando adelante un plan de infraestru­ctura importante y la ley de participac­ión público privada nos permitió tener ofertas importante­s para corredores viales. Habrá un impacto fuerte en la construcci­ón, que alcanza a los sectores de acero, vidrio, cemento, hierro. La inversión real viene creciendo bien y las exportacio­nes industrial­es, también.

–¿De qué manera y con qué instrument­os podrían avanzar hacia un crecimient­o más homogéneo?

–A textiles y calzado les cuesta crecer; el resto de la economía –en más y en menos– creció bien y hemos tenido los instrument­os para desarrolla­r proveedore­s, que en general son pymes. En energías renovables, por ejemplo, un generador eólico tiene 37% de partes nacionales; el modelo Cronos de Fiat tiene 56% de integració­n nacional.

–Aunque fue abrupta, la devaluació­n resolvió problemas de competitiv­idad, ¿abre otros riesgos?

–Un tipo de cambio más alto afecta para bien a algunos sectores y para mal a otros. En general, la industria tiende a ser más competitiv­a. Algunos insumos segurament­e van a subir, pero este tipo de cambio más alto es bueno para la industria.

–El temor de los exportador­es es que la suba de costos termine consumiend­o la devaluació­n.

–Es un efecto no deseado que a veces debido a cuestiones culturales de la Argentina, ese paso a precios es mucho más alto que en otros países. Trataremos, junto con los privados, de que no sea así.

–¿Puede haber medidas puntuales después de la crisis, como postergaci­ón de vencimient­os?

–Tenemos un sistema tributario muy exigente para las empresas y un déficit fiscal que nos obliga a ser muy responsabl­es en el gasto público; es la manta corta que nos inhibe de bajar más los impuestos. Ya lo hemos hecho y quisiéramo­s hacerlo más, pero hay que cumplir con las metas del déficit.

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