Buscan adaptar la oferta de carreras universitarias a la demanda laboral
Es el resultado de un relevamiento oficial; el Gobierno apunta a mejorar la planificación de contenidos
Más licenciados en turismo y menos abogados es lo que necesita Jujuy, según un entrecruzamiento de información entre la oferta universitaria y la demanda productiva de esa provincia. Es el ejemplo que puso ayer el Ministerio de Educación de la Nación para anticipar que se trabaja con las casas de estudios nacionales de todo el país para equilibrar las necesidades reales de ocupación laboral con la formación profesional.
“No se tratará de la redefinición de lo que ya existe, pero con este diagnóstico se podrá evaluar la creación de nuevas carreras orientadas a las necesidades regionales”, explicó la secretaria de Políticas Universitarias, Darya Tavela, al presentar el informe Áreas de vacancia, vinculación, pertinencia y planificación del sistema universitario.
Este relevamiento efectuado con información de las casas de estudios, de los ministerios de Educación y de Producción provinciales y del Indec fue dividido en siete regiones para su mejor comprensión.
“No hay ninguna región que tenga equilibro entre las necesidades productivas y la formación educativa”, argumentó la funcionaria al anticipar que “habrá recomendaciones a las universidades públicas para desarrollar ofertas pertinentes para atender las necesidades regionales.
“No podemos imponer, pero podemos proponer”, sumó Magalí Catino, secretaria ejecutiva de los Consejos Regionales de Planificación de la Educación Superior (Cpres), que trabajaron para tener el diagnóstico de la realidad educativa y las necesidades específicas.
“Esto es una foto. Por ejemplo, electricidad y energía solar no estaba hace cinco años como carrera formal”, ejemplificó Catino al hacer hincapié en que la redefinición de carreras busca “darle garantía de empleabilidad al graduado. No nos desentendemos de quien se recibe”.
“Habrá incentivos para el proceso de diseño de cambios”, anticipó Tavela, aunque aclaró que estos “no tienen que plantearse solo desde una cuestión de fondos (para las casas de estudios)”, sino, por ejemplo con el sistema de becas Progresar que procuran que los jóvenes permanezcan en sus zonas y puedan estudiar.
El relevamiento permitirá que el sistema pueda pensarse en su conjunto y no de forma fragmentaria como sucede en la actualidad. Por ejemplo, Tavela no ocultó que “hubo mucha irresponsabilidad en au- torizar carreras idénticas a menos de 15 kilómetros de distancia entre ellas” como sucedió con buena parte de las denominadas Universidades del Bicentenario, creadas desde 2010 hasta hace un par de años, que atraviesan problemas de calidad profesional y docente.
Aunque no está directamente vinculado con el relevamiento efectuado y explicado por ambas funcionarias, el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, esbozó sin especificaciones de tiempo ni de metodología el interés del Gobierno por contar con “carreras más ágiles con trayectorias formáticas que permitan, sin quitar conocimiento, reducir horas de estudio”.
“No podemos permitir que un chico tarde siete años para ser ingeniero”, dijo a modo de ejemplo al señalar que “en cualquier país razonable esto no pasa”.
Así como planteó la posibilidad de reducir horas de estudios, dejó entrever que “los titulares de cátedra, profesores concursados, tienen que ser doctores”.
Finocchiaro aprovechó la presentación del relevamiento regional para garantizar el presupuesto universitario de este año, calculado en “103.000 millones de pesos en el presupuesto nacional y 10.000 millones de pesos en becas Progresar”, quizás para despejar las dudas surgidas en las últimas semanas frente a la posibilidad de recortes de fondos nacionales por la reciente crisis cambiaria.
“Tenemos que hacer un sistema real (universitario), tenemos áreas de vacancias enormes y seguimos produciendo profesionales que no se necesitan”, dijo el ministro al señalar que a pesar del amplio frente marítimo argentino –que junto con el litoral fluvial son más de 5000 kilómetros de extensión– “no hay carreras de producción marítima, ni de litoral marítimo”. También recordó que no solo faltan ingenieros, sino que, señaló, “en Santiago del Estero faltan médicos y enfermeros”.