Laura Fernández busca en el dial su nueva personalidad
Vale es lo que se conoce como una radio de género. Su principal objetivo es la difusión musical. Por ello encontrar un programa que agregue contenido relevante a los temas que se escuchan en cada emisión no suele ser lo habitual. Sin embargo, eso es lo que puede encontrarse en Dale que vale. A la difusión de música pop, que ocupa alrededor de un 70 por ciento del programa, los conductores aportan una mirada a ciertos aspectos de la actualidad, segmentos de interacción con el público y ciertas producciones especiales vinculadas a la visita al país de artistas pertenecientes al mundo de la música, que enriquecen y aportan una cuota de variedad a la propuesta.
Una de las sorpresas agradables que brinda el programa es la soltura de Laura Fernández en el rol de conductora radial, una práctica muy lejana a la de bailarina o cantante a los que se la relaciona más fácilmente por sus antecedentes más conocidos, aunque también en su carrera haya desarrollado antes experiencias como panelista y como presentadora en televisión.
Ella y Marcelo D’Alesio llenan muy bien los tiempos entre tandas musicales con charlas sobre temas banales, pero que están en el foco de los contenidos mediáticos vinculados al entretenimiento. La cantera de la que extraen el material de algunas de sus charlas es lo que se vio el día anterior en televisión. La perspectiva desde la que observa Fernández esas cuestiones resulta interesante por que no es la de quienes frecuentan los chimentos de farándula, sino la de alguien que conoce a fondo ese ambiente y puede leer entre líneas aquello que otros ojos no entrenados no consiguen percibir. Otra fuente que sirve de disparador a las charlas son noticias de interés general que aparecen en Internet. Los comentarios que surgen de estas cuestiones no se alejan de aquello que puede opinar cualquiera en una mesa de café o en una charla de oficina al escuchar la noticia. Lo positivo, en todo caso, es que ninguno de los dos integrantes del programa intenta mostrarse como especialista en asuntos a los que maneja solamente de oído, algo poco común en los medios por estos días.
La interación con el público al que día a día se le proponen desafíos para ganar premios es amena, amable y divertida. Finalmente otra sorpresa: la solvencia que muestra Laura Fernández en roles periodísticos como el de entrevistadora, que le toca ejercer en ciertos momentos, con bandas o cantantes con los que debe charlar.