Una cárcel de mujeres presentada con toda crudeza
vis a vis ★★★★ muy buena. creadores: Daniel Écija, Álex Pina, Iván Escobar, Esther Martínez Lobato. elenco: Maggie Civantos, Najwa Nimri, Carlos Hipólito, Cristina Plazas, Alba Flores, Inma Cuevas. dirección: Jesús Colmenar, Jesús Rodrigo, Sandra Gallego, David Molina, Álex Rodrigo. disponible: tres temporadas, en Netflix
La historia que cuenta Vis a Vis es la de Macarena Ferreiro (Maggie Civantos), una joven ingenua que, manipulada por su jefe, cometió varios delitos de malversación de fondos en la empresa en la que trabajaba. Fue descubierta, acusada de varios cargos y recluida preventivamente en una cárcel de mujeres. Ella intentará adaptarse a un lugar en el que nadie es inocente y donde ningún favor es gratis, mientras afuera, su familia hará lo que sea para ayudarla.
En la cárcel descubre que las posibilidades de sobrevivir a los siete años que pide su condena pasan por cambiar, evolucionar y convertirse en otra persona muy distinta a lo que era ella antes de entrar. El programa muestra el día a día de las presas y de un grupo de funcionarios en una penitenciaría de gestión privada en España y hace foco en la transformación de una persona inofensiva, aparentemente incapaz de hacer daño, en una superviviente que abandona sus escrúpulos.
La primera impresión que genera la serie es que se trata de una realización muy parecida a Orange is the
New Black. Un gran error, porque antes de terminar el primer episodio se ponen de manifiesto las diferencias entre esta propuesta y la de la serie norteamericana. La más evidente de estas diferencias pasa por la crudeza con que se muestran ciertas situaciones en este relato y la libertad que demuestran sus guionistas para no escatimar expresiones groseras propias del lenguaje carcelario, así como tampoco se ahorra temperatura a la hora de filmar escenas calientes que lo requieran.
Entre los aciertos del programa se cuenta sin dudas la elección del elenco, que realiza un muy buen trabajo actoral de manera prácticamente unánime, con caracteres muy bien logrados que son un aporte fundamental para conseguir convertirse en un programa adictivo, una característica diferencial de esta propuesta. En este campo el enfrentamiento de caracteres entre la protagonista con el personaje de Zulema (Najwa Nimri), la más peligrosa de las reclusas, es un duelo continuo que ofrece sorpresas y momentos de tensión notables con resoluciones inesperadas. Tampoco pueden obviarse elogios a personajes como el de la gitana que encarna Alba Flores (La casa
de papel); el del padre, que interpreta Carlos Hipólito, y la villana a la que da vida Inma Cuevas.
Finalmente, el punto flojo de la serie son los pasajes que intentan explicarlo todo a fuerza de redundantes flashbacks. Otro problema radica en algunas escenas muy jugadas que, con la intención de no mostrar los hechos rebajados en su crudeza, a veces van más allá de los límites necesarios y se vuelven exageradas. Algo que no desluce una propuesta de calidad y sobre todo capaz de atrapar con firmeza a la audiencia. Ricardo Marín