Encuentran un hotel de 1888 enterrado bajo la arena
Estaba a 15 kilómetros de Miramar; la historia del hallazgo acaba de ser publicada en un libro
El teléfono sonó una y otra vez. Cuando el destinatario de la llamada atendió, del otro lado de la línea solo escuchó: “Te felicito, acabás de resolver un misterio que tiene más de 100 años”. Con emoción, el arquitecto y especialista en conservación del patrimonio Pablo Grigera le confirmó la extraordinaria noticia a Laureano Clavero, un documentalista argentino ahora residente en Barcelona. Transcurría 2012 y había encontrado el famoso hotel fantasma de Mar del Sud, desaparecido misteriosamente un siglo antes.
“Es la historia de una búsqueda y de un encuentro de dos personas que, por caminos diferentes, llegaron a encontrar el hotel desaparecido”, dijo Grigera sobre una de las primeras construcciones hoteleras en la costa atlántica, 50 kilómetros al sur de Mar del Plata y a solo 15 de Miramar: el Hotel Mar del Sud, construido en 1888.
Había sido el primer mojón de una urbanización que no llegó a desarrollarse por varias razones: porque nunca llegó el ferrocarril como se había proyectado, por la gran crisis de 1890 y por un entorno hostil que no daba tregua a los pioneros de la época.
Según los especialistas, el inmueble probablemente fue también la primera gran edificación más cercana al Mar argentino, a poco más de 100 metros del agua.
Funcionó solo dos temporadas y, poco a poco, fue deteriorándose por el abandono y los golpes del clima, hasta que su rastro desapareció completamente después de la primera década del siglo XX. La ubicación de sus ruinas se transformó en un misterio y una fuente inagotable de leyendas.
“El Hotel Mar del Sud siempre fue motivo de polémica entre los vecinos –contó Clavero desde Barcelona–. Estaban los que decían que nunca había existido; los que recordaban que había sido desguazado por los habitantes del lugar, y los que aseguraban que se lo había tragado el mar durante una noche de olas gigantes”.
El proyecto del pueblo Mar del Sud no sobrevivió al nuevo siglo y quedó trunco para siempre, mientras tres kilómetros al sur, otro hotel y otro trazado catastral iban tomando forma: la nueva villa balnearia Boulevard atlántico, ubicada tácticamente entre los arroyos La Tigra y La Carolina.
El Hotel Mar del Sud y el Hotel Boulevard atlántico fueron contemporáneos, pero con escalas y estilos completamente diferentes. El primero, de solo una planta, a pocos metros del mar y sin grandes pretensiones más que su gran pórtico, sus arcos y sus molduras. El segundo, retirado de la playa, sin las molestias de la arena, con dos amplias plantas, de estilo neoclásico y clara impronta academicista, podía divisarse a varios kilómetros a la redonda.
El duelo por la preferencia de los veraneantes lo ganó Boulevard atlántico. Suspicacias de la historia mediante, todos le dicen Mar del Sur.
Mientras, el pueblo nunca desarrollado aún existe en la nomenclatura catastral de la provincia de Buenos aires: partido 33, circunscripción V, Mar del Sud, un sitio despoblado, solitario y paradisíaco de playas hermosas que los pescadores conocen como El remanso.
La historia del hallazgo de su hotel acaba de ser publicada en España por Clavero y Grigera en el libro Hotel Mar del Sud, un misterio bajo la arena (Ediciones Oblicuas, 2018). “Llegamos al mismo punto por caminos diferentes: Laureano buscando en el territorio y yo, en los archivos. Cuando me da la ubicación precisa, la contrasto con mis documentos y confirmo que coincide exactamente con la dirección que yo tenía en mis papeles”, recordó Grigera.
Clavero conocía las historias del hotel fantasma por haber vivido en el pueblo de pequeño y, también, por haberlas leído en el libro Mar del Sud, historia y vivencias, de Osvaldo aramendi, un antiguo poblador. Varias veces había intentado ubicarlo de acuerdo con aquellas coordenadas, pero sin éxito, por lo que decidió seguir otras pistas, sin más referencias que las que aseguraban que el viejo hotel estaba “al norte del arroyo La Carolina”.
Durante uno de sus tantos recorridos por El remanso, en paralelo al océano rastreó una y otra vez como un sabueso. al llegar al pie de un arroyo seco y a pocos metros de una de las playas más solitarias y hermosas de la zona, el reflejo luminoso de una serie de fragmentos acariciados por el sol lo guió hasta un enorme montículo de arena que parecía ser nada más que un médano.
El momento clave
Cuando ascendió al lugar, los reflejos que lo habían guiado hasta allí se convirtieron en una innumerable cantidad de pedacitos de vidrio que sobresalían entre la arena. Clavero juzgó que el material era muy antiguo y ya no tuvo dudas. Estaba parado sobre el Hotel Mar del Sud.
La historia sumó un nuevo capítulo con la intervención de Daniel Schávelzon, un arqueólogo argentino renombrado por sus hallazgos sobre el período colonial de Buenos aires, y su veintena de libros y artículos publicados.
“La memoria de este hotel se había desdibujado por la falta de población local. algunos lo vieron enterrarse hasta desaparecer como Pedro Bovet y, por las fotos, sabemos que hubo gente que entraba y trepaba por sus paredes. Poco a poco se fue perdiendo todo rastro y hoy es imposible imaginar su presencia entre esos médanos”, describieron Schávelzon y Grigera en un paper titulado El Hotel Fantasma de Mar del Sud, datos de un rescate arqueológico, publicado en el sitio de arqueología Urbana de la Facultad de arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBa.
allí también citan otro hallazgo: la descripción en vivo y en directo de Bovet, especialista en movimiento de médanos, sobre el hotel en 1911. “agoniza semienterrado otro edificio destinado a hotel. Las arenas ya entran por las ventanas y salen por las puertas; las habitaciones son sótanos, el edificio se encorva y sucumbe. Quise interrogar abrumado por mi soledad, pero el guardián no estaba”, describió.
Cuando Schávelzon llegó al lugar donde Clavero y Grigera habían constatado la ubicación del hotel, vio tres pozos. “Lo observado es bastante aunque no explica la historia del hotel. Pero al menos nos da su ubicación exacta y su posición respecto al mar y permite sugerir algunas hipótesis”, dijo Schávelzon.
“Hubo y sigue habiendo operaciones de saqueo de ladrillos. Una afirmación actual es que parte de las casitas de la zona, algunas muy modestas, se hicieron con esos materiales que no tenían costo”, agregó. Según Clavero, “durante su agonía, el edificio fue desmantelado de manera furtiva al mejor estilo de las tumbas del antiguo Egipto”.
Por todo esto, ya en abril de 2015 los investigadores enviaron un informe pormenorizado de este rescate arqueológico a la Dirección de Patrimonio de la provincia de Buenos aires en la ciudad de La Plata, tal como indica la legislación vigente. Como respuesta les sugirieron no brindar las coordenadas del lugar para evitar que se continúe destruyendo lo que pudiera quedar del hotel.
“a mediados de 2017 volvimos al sitio –explicó Clavero–. “El área había comenzado a sufrir cambios. Huellas de cuatriciclos y jeeps rodeaban las cercanías, así como una garita de seguridad, que vigilaba desde lejos”.