LA NACION

Llega la precuela que revela el origen del legendario Han Solo

Mientras se espera por la película que cierre la tercera trilogía, llega a los cines Han Solo: una historia de Star Wars, el spin off que sostiene el “universo paralelo” de la franquicia

-

Alden erhenweich estuvo en Tetro y en Twixt, las películas tardías de Francis Coppola, y en Hail, Cesar, de los hermanos Coen. acaso imaginando que una cara nueva puede asimilarse con mayor facilidad a la historia del personaje que otra que venga con su propio pasado, la elección del estudio disney recayó en él. y también se habrá calculado que el beneficio de tener de nuevo a Han solo para incluirlo en la avalancha de secuelas y spin offs que se viene superaba el riesgo de que la nueva cara del personaje fuera rechazada por los fans de la primera hora.

el casting no fue la única dificultad de este film, cuya producción tormentosa incluyó el despido de los realizador­es Phil Lord y Christophe­r miller con dos tercios de la película filmada y el consiguien­te reemplazo, por problemas de agenda, de algunas figuras claves del elenco, como michael K. Williams, el recordado omar Little de The Wire, que encarnaba al villano principal y debió ser suplantado por el anodino Paul Bettany. Paradójica­mente, tanto este film como Rogue One, las dos “historias de Star Wars” que supuestame­nte aportarían miradas novedosas al universo creado por George Lucas, sufrieron el reemplazo de sus directores originales porque sus visiones no se ajustaban a la del estudio.

Una franquicia imparable

el sábado, el día de la boda entre el príncipe Harry, el sexto en la fila para heredar el trono británico (la familia real tendría que pasar por una masacre a nivel de Game of Thrones para que el lejano Harry alcanzara la corona), y la actriz clase B meghan markle, mark Hamill tuiteó: “¿Qué les interesa más? a. La boda real. B. La polémica yanni vs. Laurel. C. una precuela de Batman sobre la infancia de los padres de Bruce Wayne”. más allá de reflejar el hartazgo generaliza­do con las historias de príncipes y plebeyas y las “bodas del siglo”, el tuit es llamativo porque Hamill (que viene de encarnar nuevamente a Luke skywalker en El último Jedi, la octava película de Star Wars) bromea sobre la implacable maquinaria hollywoode­nse que exprime sus éxitos hasta la última gota... exactament­e como hace Star Wars.

Tras las ocho películas “oficiales”, los dos spin offs, las series animadas y el especial de día de acción de Gracias, el estudio disney anunció que planea seguir expandiend­o esta galaxia muy, muy lejana no solo con la obligatori­a novena película que cerraría la tercera trilogía, sino, además, con un nuevo trío de films (los episodios X al XII, a ser dirigidos por Rian Johnson) y nuevas historias sobre obi Wan Kenobi, Lando Calrissian y hasta el cazarrecom­pensas Boba Fett. Hamill bien podría haber tuiteado sobre una eventual precuela sobre la infancia de los padres adoptivos de Luke skywalker.

Como toda franquicia con décadas de antigüedad y una docena de títulos en su haber, Star Wars se enfrenta continuame­nte a la paradoja de cambiar y no cambiar a la vez: debe mostrar algo distinto para que haya una razón para volver a ella (¿aunque cuántas veces vamos a ver al Imperio construir una estrella de la muerte?), pero no demasiado distinto para evitar el riesgo de que aquella cosa inefable que hace de algo un éxito se rompa. Por esto, cada nueva película carga con el peso titánico de incorporar a los viejos fans, a los nuevos fans, a los que ingresan con ella a su universo, a los menores y a los adultos que los llevan, a los personajes que más merchandis­ing venden, y todo sin descuidar la laberíntic­a continuida­d de sus líneas narrativas en los diferentes medios (cómics, videojuego­s, series de Tv) ni las semillas argumental­es para futuras secuelas y spin offs. en efecto, las películas de los “universos cinemático­s” hacen esto y más, pero al costo de ya no ser lo que antes se llamaba “una película”, sino elaborados dispositiv­os de marketing.

en este contexto, la idea de contar “historias de Star Wars” parecía una forma acertada de aflojar las restriccio­nes, abrir la saga hacia nuevos caminos y animarse a correr algunos riesgos creativos, aunque los primeros disturbios en la fuerza de la boletería no tardaron en devolver todo a su cauce normal.

Tal como Rogue One, que había sido confiada al joven director Gareth edwards, Han Solo… fue encargada a Phil Lord y Christophe­r miller, los realizador­es de la delirante La gran aventura Lego. y, tal como pasó con Rogue One, que fue reescrita y refilmada por Tony Gilroy (experiment­ado guionista y director de Michael Clayton) cuando edwards ya había concluido casi todo el rodaje, Lord y miller fueron despedidos por Kathleen Kannedy, la responsabl­e de Lucasfilms, aduciendo “diferencia­s creativas” y reemplazad­os por el veterano Ron Howard.

según el testimonio anónimo de un actor que participó en la producción (reproducid­o en Hollywood Reporter), una suerte de “arrepentid­o” de Han Solo…, Lord y miller no estaban a la altura de la circunstan­cias: se mostraban inseguros y requerían treinta tomas del mismo plano. Por otro lado, el estudio no estaba conforme con la interpreta­ción que estaban obteniendo de erhenweich, de modo que incorporar­on a una coach actoral para que colaborara con él.

a pesar de todas estas dificultad­es, el principal problema con los realizador­es parece haber sido que, desde el punto de vista de Lucasfilms, se tomaban demasiadas licencias creativas: muchas veces no respetaban el guion (escrito por el veterano Lawrence Kasdan, autor de El imperio contraatac­a y El regreso del Jedi) y preferían improvisar con los actores. Paradójica­mente, si bien la idea del estudio fue incorporar talento joven para dar un nuevo aire a su franquicia, también se le exigía que no accionara fuera de parámetros estrictame­nte definidos. Lord y miller abandonaro­n la producción expresando que no tuvieron ningún tipo de libertad artística para hacer su tarea.

una señal de alarma en contra de la visión particular de estos jóvenes realizador­es debe de haber sido que Rogue One, que fue encarada por edwards como una película bélica y tuvo una performanc­e en la boletería por debajo de lo esperado, aunque es la décima entre las que más dinero recaudaron en la historia de los estados unidos, con 532 millones de dólares. La película anterior de la franquicia, El despertar de la fuerza, dirigida por J.J. abrams, recaudó 937 millones y es el título número uno en la taquilla histórica, por encima de Avatar. este tipo de resultados disparan expectativ­as imposibles y solo así el décimo puesto entre los mayores recaudador­es puede ser visto como una decepción.

Han Solo: una historia de Star Wars no solamente debe cumplir con todas las obligacion­es que le impone ser parte de una franquicia, sino que, además, debe demostrar que esta no se encuentra en decadencia, que puede dominar limpiament­e la taquilla. Con Howard en los controles, resulta una película eficaz y entretenid­a de un modo aséptico, anónimo, que cobra más vida cada vez que aparece una robot muy progre (con la voz de Phoebe Waller-Bridge) y que tiene algo para agradar a cada espectador potencial: humor, acción, aventuras, romance, robots, monstruos, fantasía. sin embargo, también confirma que en los 20 años que este universo lleva expandiénd­ose sin límite, no pudo hacer lo que logró la saga original: producir al menos una película inolvidabl­e.

 ?? Disney ?? Donald Glover como Lando Calrissian, un personaje pansexual, según comentó su guionista, el veterano Lawrence Kasdan
Disney Donald Glover como Lando Calrissian, un personaje pansexual, según comentó su guionista, el veterano Lawrence Kasdan

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina