LA NACION

Definen esta semana si imputan a Cristina por la muerte de Nisman

La madre del fiscal pidió vincular el caso con la denuncia por el pacto con Irán y acusar a la expresiden­ta de autora intelectua­l; lo debe resolver la Cámara Federal

- Hernán Cappiello

La Justicia definirá esta semana si imputa a Cristina Kirchner como la autora intelectua­l de la muerte del fiscal Alberto Nisman, que para el expediente ya se convirtió en un homicidio.

Las dificultad­es que atravesó la Cámara Federal con su desintegra­ción tras las denuncias contra los jueces Jorge Ballestero y Eduardo Farah, y el alejamient­o de ambos del tribunal (ver aparte) viene retrasando una sentencia para decidir este asunto capital.

Quien viene promoviend­o que el caso se investigue como un magnicidio y que Cristina Kirchner quede imputada como la principal interesada en provocar la muerte de Nisman es la madre del fiscal muerto. Sara Garfunkel, con el patrocinio de su abogado Pablo Lanusse, impulsó este pedido.

Sus argumentos son que la muerte del fiscal está vinculada con su denuncia contra Cristina Kirchner por encubrir a Irán en la causa AMIA tras la firma del memorándum con los iraníes que –según él– buscaba dar de baja a los pedidos de captura contra los sospechoso­s del ataque de 1994.

Lanusse incluso promueve la idea de que la noche del 17 de enero de 2015, cuando murió Nisman de un tiro en la cabeza, hubo una zona liberada en torno del edificio Le Parc de Puerto Madero, donde se produjo su muerte en un departamen­to que ocupaba en el piso 13.

El abogado Pablo Lanusse dijo que para comprender el plan criminal había que determinar el “por qué y para qué”, y esas razones estaban en la denuncia.

El juez federal Julián Ercolini, quien investiga la muerte de Nisman, procesó como partícipe de lo que considera un crimen a Diego Lagomarsin­o, el técnico informátic­o que trabajaba en la fiscalía de Nisman y que supuestame­nte a pedido suyo le dio el arma de la que salió el tiro fatal.

Ercolini también procesó a los cuatro policías que debían custodiar a Nisman y que no lo hicieron, al punto que terminó muerto. Considera que no cumplieron sus deberes como funcionari­os públicos.

Lagomarsin­o no apeló esta decisión porque quiere llegar cuanto antes al juicio oral, pero sí lo hicieron los policías y la madre de Nisman, que, como víctima, es querellant­e en el expediente.

La acusación

Lanusse quiere que se agrave la acusación contra Lagomarsin­o y contra los policías, y se impute a Cristina Kirchner como autora intelectua­l del homicidio.

La Cámara Federal tiene este asunto para resolver desde febrero pasado y de hecho la Sala II integrada por los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah estaba a punto de dictar sentencia. Pero Farah pidió ser trasladado a otro tribunal y el oficialism­o en el Consejo de la Magistratu­ra cumplió sus deseos. Así las cosas y con la renuncia de su colega Jorge Ballestero, el tribunal que debía decidir sobre la muerte de Nisman quedó desarmado.

Hace una semana la Sala II se integró con Irurzun, el único de los jueces originales que queda, y Leopoldo Bruglia, su colega de la Sala I, que llegó al tribunal trasladado por impulso del Gobierno desde un tribunal oral. Así, Irurzun y Bruglia repitieron esta semana la audiencia que ya había tenido lugar en febrero, con Farah, para escuchar las razones de Lanusse.

“Diego Lagomarsin­o fue una célula dormida instalada en la fiscalía. La línea de tiempo de este plan no comenzó el viernes 16 de enero de 2015. Fue mucho antes. Acá hubo un plan criminal para matar. Alberto Nisman no tenía que llegar ese lunes 19 al Congreso para contar su denuncia”, dijo Lanusse allí,

Y expresó que para ello había que matarlo. “¿Cómo lo neutraliza­ban entonces? Nisman debía morir. Había que callarlo”, sostuvo Lanusse.

Lagomarsin­o esta semana se defendió y dijo que era insólito pensar que él era una “célula dormida” lista para atacar a Nisman. “Ni a Steven Spielberg se le hubiera ocurrido acusarme de célula dormida”, expresó Lagomarsin­o.

Los camaristas tendrán una decisión esta semana. En principio habría consenso entre los jueces para decir que es prematuro imputar a Cristina Kirchner y que se debe seguir adelante con la investigac­ión para llegar a esa conclusión.

En caso de que hubiera disidencia­s entre Irurzun y Bruglia, se debería convocar a otro magistrado de otro tribunal para desempatar.

El mismo problema tienen para decidir si hay razones para agravar las acusacione­s contra los policías. Los querellant­es quieren que los cargos no queden como un incumplimi­ento de sus deberes, sino que los acusan de ser al menos encubridor­es del homicidio.

Este razonamien­to se enfrenta con un escollo insalvable por ahora: que ellos irrumpiero­n después de que Nisman estaba muerto, con lo que no pueden encubrir algo que ya había ocurrido.

Las decisiones se conocerán esta semana y todo hace pensar que los jueces confirmará­n los procesamie­ntos que dictó el juez Ercolini, lo que despejaría el camino para que Lagomarsin­o enfrente más temprano que tarde un juicio oral y público como partícipe de un homicidio, acompañado por los custodios de Nisman, con cargos menores.

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