Los vecinos lograron rescatar el cine teatro Urquiza
La empresa dueña del inmueble, que será demolido, se comprometió a incluir una sala cultural en el edificio que construirá
“Rescatamos la cultura para el barrio”, suspiró aliviada Karina Cicovin, habitante de Parque Patricios. Fueron cinco años de una lucha vecinal para recuperar el histórico cine teatro Urquiza que, aunque ya no estaba activo desde hacía algunas décadas, corría riesgo de demolición. Tras un acuerdo firmado entre la asamblea de vecinos, representantes de la Ciudad y el propietario del inmueble, este se comprometió a construir una sala teatral en el lugar.
La sala, en la avenida Caseros al 2800 e inaugurada en 1921, por la que transitaron reconocidas figuras del espectáculo nacional, hace más de cuatro décadas que ya no proyecta películas ni es sede de una puesta teatral. Incluso, tiempo atrás funcionaron allí una concesionaria y un supermercado chino. Pero los vecinos de la zona tenían esperanzas de que, de alguna manera u otra, el edificio volviera a brillar a la luz de los reflectores.
En 2013, una noticia golpeó a la comunidad de Parque Patricios: el propietario del lugar iba a demoler el inmueble para construir un edificio de oficinas. La asamblea de vecinos presentó proyectos de ley en la Legislatura porteña con la intención de que se protegiera el valor patrimonial del excine teatro Urquiza y para que la Ciudad lo expropiara. Las iniciativas no prosperaron.
Se emprendió otro camino al amparo de la ley nacional 14.800 que, en uno de sus artículos, indica que en los casos de demolición de salas teatrales, “el propietario de la finca tendrá la obligación de construir en el nuevo edificio un ambiente teatral de características semejantes a la sala demolida”. Existe una norma similar en el ámbito porteño.
Luego de una larga batalla legal, finalmente se firmó un acuerdo entre las partes ante el Tribunal Superior de Justicia de la ciudad (TSJ) que, de alguna manera, efectiviza el cumplimiento de la ley. Octavio Martín, otro de los vecinos involucrados, explicó que si bien la empresa dueña del lugar puede llevar adelante su emprendimiento inmobiliario “se comprometió a construir una sala teatral destinada a la actividad cultural”. Según el texto del acuerdo, el espacio estará en la planta baja y en el primer piso del edificio; además, se respetará la fachada de la antigua construcción.
“Será un espacio cultural de gestión privada y tanto los integrantes de la asamblea como la Ciudad podremos proponer actividades para esas salas”, sostuvo Martín.
Algunos vecinos tuvieron que asistir a una mediación judicial luego de que la propietaria del terreno les iniciara una demanda por daños y perjuicios. Ahora, los demandados confían en que ese expediente quede desestimado.