LA NACION

El Gobierno advierte que será inflexible ante los delitos en las protestas

Ante una etapa de mayor conflictiv­idad, la Casa Rosada enfatizó que no tolerará excesos, como cortes de vías férreas, ni acciones violentas con palos o encapuchad­os

- Santiago Dapelo

Superada la “turbulenci­a” económica, en el Gobierno prevén que en los próximos días habrá un incremento de la conflictiv­idad, en línea con lo que ya ocurrió esta semana. Entiende que parte de la oposición busca generar un escenario de agitación social para aprovechar los problemas económicos y la previsión de un acuerdo con el FMI. Por eso, dejaron trascender que serán inflexible­s con los delitos que se cometan en las protestas, como el corte de vías que provocó el martes la detención de los delegados del subterráne­o. Tampoco tolerarán encapuchad­os ni acciones violentas en manifestac­iones callejeras.

“No es posible que los problemas los resolvamos en el conflicto permanente”, se quejó ayer el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

A su vez, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, aseguró que “sería oportuna una legislació­n” que reglamente las protestas en el caso de los servicios básicos.

En la Casa Rosada trazan una línea divisoria entre los delitos que puedan protagoniz­arse en el marco de una protesta y las marchas pacíficas, como la realizada ayer por los sindicatos docentes en reclamo de una paritaria nacional.

Superada la “turbulenci­a” económica, en el Gobierno prevén que en los próximos días habrá un incremento de la conflictiv­idad, en línea con lo que ya ocurrió esta semana. Entiende que parte de la oposición busca generar un escenario de agitación social para aprovechar los problemas económicos y la previsión de un acuerdo con el FMI. Por eso dejaron trascender que serán inflexible­s con cualquier exceso que se cometa en las protestas, aunque siempre cuidando que no haya un recrudecim­iento represivo si se trata de marchas pacíficas.

Desde el oficialism­o no hay dudas: el kirchneris­mo y la izquierda, en sociedad, trabajaron en las últimas horas para promover el caos en la ciudad y así generar un ambiente negativo. El mensaje que le envió el Gobierno fue, según describier­on fuentes cercanas al presidente Mauricio Macri, inequívoco: la violencia es el límite. “Hay cosas que había que empezar a marcar”, reconoció una altísima fuente oficial.

Al conflicto abierto con los metrodeleg­ados, que anteayer llevó a la suspensión total del servicio de subterráne­os, y la multitudin­aria movilizaci­ón que ayer protagoniz­aron los gremios docentes de todo el país, se suma un intenso cronograma de marchas que finalizará el 1° de junio, con la Marcha Federal que lideran sindicatos y organismos sociales.

Hoy, por ejemplo, la Federación Portuaria, que encabeza Juan Carlos Schmid, uno de los integrante­s del triunvirat­o de mando de la CGT, hará un paro de actividade­s en los puertos de todo el país y finalizará con una movilizaci­ón al Ministerio de Trabajo, en el bajo porteño. Mañana, en tanto, habrá un reclamo de la Multisecto­rial 21-F en el Obelisco en oposición de la negociació­n con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI). Será unas horas después del tedeum por el 25 de Mayo, que encabezará el presidente Mauricio Macri en la Catedral Metropolit­ana.

Y el lunes será el día más fuerte: Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y la Confederac­ión de Trabajador­es de la Economía Popular (CTEP), con el respaldo de la CGT, se movilizará­n desde Liniers hasta el Congreso.

Desde el Gobierno hicieron una relación directa entre la crisis bancaria, que el presidente Mauricio Macri dio por “superada”, y este escenario de movilizaci­ones y conflictos callejeros. “El tema económico les duró poco tiempo..., pero no pueden mantener indefinida­mente el conflicto, la gente ya no les tiene tolerancia”, dijo a la nacion la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Y advirtió: “Después de varias semanas difíciles, estamos de nuevo en el centro del ring. Vamos a ejercer la autoridad”. La responsabl­e de Seguridad utilizó como ejemplo el paro docente, que ayer en su segunda jornada tuvo una adhesión promedio del 30%, según informó el ministro de Educación, Alejandro Finocchiar­o. “No es posible que los problemas los resolvamos en el conflicto permanente”, se quejó ayer el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Desde el gobierno nacional y el porteño también marcaron diferencia­s entre lo que sucedió anteayer en los subterráne­os de la ciudad y las marchas multitudin­arias convocadas para los próximos días. Incluso, según fuentes del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, todas las movilizaci­ones fueron autorizada­s.

“Es un tema constituci­onal, el derecho de huelga está en la Constituci­ón. Sería oportuna una legislació­n que por lo menos lo reglamente en el caso de los servicios básicos, no solamente en el subte, en el transporte. También en la educación”, reclamó el jefe de gobierno porteño.

Según dijo ayer Rodríguez Larreta, que integra la mesa chica del Presidente, el paro de ayer de los metrodeleg­ados “fue realmente inentendib­le”. En diálogo con Radio Continenta­l, agregó que “los metrodeleg­ados no son un gremio oficial, son ilegales, y segundo porque una cosa es hacer un paro, aunque sea ilegal en este caso, y otra cosa es cortar el servicio público”.

Detrás de los metrodeleg­ados estuvo el kirchneris­mo, así lo creen en el Gobierno. “Están buscando la desestabil­ización. Ellos creen en la teoría del conflicto permanente. Cuanto peor es para nosotros, mejor para ellos”, describió un funcionari­o de primera línea de la ciudad.

Ayer, desde Bahía Blanca, donde inauguró el Parque Eólico Corti, el jefe del Estado reclamó “una política que sea seria y responsabl­e, y que no esconda en su proceder privilegio­s indebidos”. Fue un mensaje hacía los supuestos desestabil­izadores.

En la Casa Rosada apuestan a que en los próximos meses comenzará a cambiar el escenario, principalm­ente el económico, y que eso ordenará el descontent­o en la calle. Nadie visualiza en el Gobierno un escenario similar al de diciembre último, cuando se aprobó la reforma previsiona­l en medio de serios incidentes. “No hay margen para que algo así se repita”, dijeron, con seguridad, cerca de Macri.

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Télam La marcha docente de ayer fue multitudin­aria y se replicó en el resto del país
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Santiago hafford En todo el centro porteño se produjeron inconvenie­ntes para circular

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