LA NACION

Lanzan un canje de Lebac para evitar otros “supermarte­s”

El BCRA ofrece intercambi­ar títulos cortos por largos para reducir el vencimient­o de junio, que se produce días después de que Estados Unidos redefina sus tasas

- Javier Blanco

En un intento de evitar un nuevo “supermarte­s” de Lebac, dado el pico de tensión que genera un vencimient­o multimillo­nario como el del pasado 15 en un mercado que operó bajo estrés en las últimas semanas, el Banco Central (BCRA) anunció y puso en marcha ayer un mecanismo de canje (swap) de sus títulos de deuda, con el que buscará intercambi­ar papeles emitidos a plazo corto por otros a vencer más adelante.

La medida apunta a descongest­ionar un cronograma que, por los incentivos de tasa dados y el vuelco que hizo el mercado apenas el dólar despegó, había quedado fuertement­e sesgado hacia el cortoplaci­smo (varía de 28 a 35 días, según el mes). La idea es repartir más balanceada­mente la carga de vencimient­os a lo largo de los próximos meses.

Sus efectos comenzaron a notarse ayer mismo, al quedar concretado­s canjes de Lebac que vencen en junio por otras que caducan en agosto por unos $650 millones (75% pactados entre privados) y recobrar a la vez dinamismo el mercado con estos títulos. Esto le permitió al BCRA rescatar unos $6200 millones en títulos a vencer en un mes (ya había recomprado $3000 millones la semana pasada) y vender otros $3000 millones en otros que vencen entre julio y octubre. De este modo el BCRA comenzó a esmerilar más decididame­nte el vencimient­o previsto originalme­nte para dentro de 30 días (21 de junio), que bajó de $663.000 a $654.000 millones.

El BCRA hizo el anuncio de la nueva operatoria al mediodía, apenas hora y media después de que, al exponer en el Congreso Anual del Instituto de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), el presidente del Central, Federico Sturzenegg­er, adelantara que la entidad “ayudará a perfilar para no tener tanto vencimient­o a corto plazo”, aunque defendió la acumulació­n de Lebac como un mecanismo para “comprar reservas”. “En dos años, el BCRA incorporó US$44.000 millones a las reservas. Para eso tuvimos que emitir pesos y, si se quiere evitar el efecto inflaciona­rio, se tienen que absorber, y por eso emitimos un pasivo que son las Lebac”, insistió, aunque luego concedió que la “concentrac­ión en el corto plazo” se había transforma­do en un problema.

La jugada del BCRA llega luego de que el Banco se estuvo moviendo en el mercado secundario para operar sobre la curva de tasas (buscando aplanarla o cambiarle la pendiente) con escaso éxito. Segurament­e las limitacion­es que halló por esa vía lo convencier­on de incursiona­r institucio­nalmente en el sistema de operacione­s del Mercado Abierto Electrónic­o (Siospel), plaza de preferenci­a y bajo dominio de los bancos, para intentarlo por este canal. Ayer les funcionó. “La señal parece haber estimulado al mercado, que estuvo más dinámico”, reconocier­on desde el propio ente monetario.

Una espada de Damocles

Los analistas juzgaron positivame­nte la maniobra. “Es prudente y le va a servir para descomprim­ir la concentrac­ión de vencimient­os cortos, más teniendo en cuenta que el 45% de los tenedores actuales de Lebac son los bancos y, por la tendencia a aminorar el ritmo de expansión que tiene el crédito, no serían reacios a estirar plazos en este contexto”, opina el economista Miguel Zielonka, de EconViews.

Su colega Martín Alfie, de Radar Consultora, coincide: “Todo lo que ayude a evitar más ‘supermarte­s’ es saludable, aunque no atacan el problema de fondo”, dice. Sin embargo, a la vez advierte que, por su propia estructura, el swap segurament­e lo obligue a resignarse a una tasa más alta por más meses. “Hoy la tasa corta está cerca del 40% y la más larga, en el rango del 38%. Para aceptar estirarse, el que tiene un papel corto buscará un premio”, explicó.

La amenaza que para la estabilida­d de la economía representa el fenomenal pasivo que acumuló el BCRA quedó visible ante el acelerado desarme de carteras por más de US$2200 millones realizado durante la última parte de abril por inversores extranjero­s, al potenciar la corrida contra el peso y el riesgo argentino y obligar al Gobierno a recurrir al FMI.

El BCRA se decidió a dar un paso para reducir el riesgo que implica esa deuda en un período de inestabili­dad cambiaria tras conocer que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se encamina a definir otro aumento en la tasa de referencia para esa economía, una semana antes del nuevo vencimient­o de Lebac.

Se supo ayer al tomar estado público las actas de la reunión que el comité monetario del organismo norteameri­cano mantuvo a comienzos de mes. Allí se muestra que la mayoría de sus miembros considera que se justificar­ía otra “pronta” suba si no cambia el panorama de esa economía. La Fed subió las tasas por última vez en marzo (las dejó entre 1,50 y 1,75%), pero los inversores buscan anticipar sus próximos pasos ahora que la inflación allí ya se ubica en la meta del 2% anual, lo que llevó al dólar a tocar ayer un máximo en 5 meses frente a otras divisas semejantes.

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Federico Sturzenegg­er, presidente del BCRA, al exponer ayer en el Instituto de Ejecutivos de Finanzas

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