LA NACION

el curso vojvoda la pasión por la pelota y el reto de la Universida­d

Al asumir en Defensa y Justicia, el DT postergó la graduación como médico y fue una revelación; admirador de Bielsa y de Martino, vive en el predio de Bosques

- Texto Alberto Cantore | Foto Santiago Hafford

Una llamada desde un número que no figuraba en su lista de contactos de su teléfono celular le reconfigur­ó el futuro. De un momento a otro, dejó Rosario, la familia y hasta una carrera universita­ria que estaba muy avanzada. La pasión tiene forma de pelota para Juan Pablo Vojvoda, y Defensa y Justicia le ofreció desandar un camino, explorar un nuevo territorio, demostrar su aprendizaj­e. El fútbol lo atrapó en la niñez, lo sedujo en la adolescenc­ia y una vez que se presentó como jugador profesiona­l, proyectó la carrera de director técnico. De 43 años, es otro eslabón de esa larga cadena que tiene como guía la estrella de Marcelo Bielsa. En su caso, jamás se entrenó bajo las órdenes del Loco, lo que resalta la onda expansiva que generó el rosarino en varias camadas de futbolista­s, en particular aquellos relacionad­os con Newell’s. Ni en los tiempos de pantalones cortos ni cuando decidió ponerse el buzo de DT, este cordobés que nació en Baldissera, un pueblo de 2000 habitantes, porque su mamá Marta y su papá Juan trabajaban allí, pero se crió en Cruz Alta, coincidió con los días de éxitos de los rojinegros. Sí, disfrutó de equipos que dejaron una huella: con 14 años se encandiló con el ciclo Bielsa, del que presenció la mayoría de los partidos que se jugaron en el Parque de la Independen­cia. “Los del torneo local y también los de la Copa Libertador­es. Entrábamos gratis, con el carnet de futbolista de las divisiones inferiores”, recuerda. Esa fue la primera formación que lo entusiasmó. ¿La última? La que diseñó el Tata Martino. “Por el juego, claro, porque su equipo jugó bien y logró resultados, pero también porque tuve la oportunida­d de charlar con varios jugadores como Mateo, Bernardi, Heinze… y me explicaron con la sencillez que baja el mensaje. Juntar la metodologí­a de trabajo de Bielsa y cómo comunica el Tata sería la llave del éxito para cualquier entrenador”, comenta.

El predio de Bosques, a metros de la avenida Calchaquí, en Florencio Varela, se convirtió en la nueva casa de Vojvoda. No solo porque el plantel de Defensa y Justicia desayuna, almuerza y se entrena ahí. Tampoco porque es el espacio en donde el club construyó una concentrac­ión por la que pasaron seleccione­s como las de Uruguay o Paraguay, por nombrar a algunos de los varios visitantes que se alojaron en el complejo. “Vivo acá, pero no soy el único. También mis ayudantes Raúl Damiani y Gastón Liendo y el preparador físico Emanuel Lillini. El único integrante del cuerpo técnico que viaja todos los días desde Buenos Aires es Juan Carlos Gambandé [entrenador de arqueros]. Al principio dije que sería por un par de meses, mientras buscaba una casa, pero acá estoy muy cómodo y como mi esposa Marité y mis hijos Marko, Matías y Santino viven en Rosario… Comemos lo que preparan para los chicos de la pensión, y si queremos de vez en cuando algún gusto extra los cocineros no nos defraudan”, le explica a la nacion, mientras hace de guía en la recorrida por el edificio vidriado, de 52 habitacion­es, un auditorio con capacidad para 100 personas, un salón de uso múltiple, sala de juegos, un restaurant­e, tres canchas de impecable césped...

“Cada vez que venía con la reserva de Newell’s [fue campeón en 2016], veía cómo crecía la infraestru­ctura, las instalacio­nes. La primera vez que me contactaro­n fue para interioriz­arse de mi situación en Newell’s, sobre las ganas de venir a trabajar a Defensa y Justicia, porque después del segundo interinato [primero sucedió a Lucas Bernardi, en 2016, y un año después a Diego Osella] volví a dirigir a la reserva… Fue todo tan simple y rápido que no vine con un proyecto armado”, dice, quien reemplazó a Nelson Vivas y debutó con una derrota 3-1 ante San Lorenzo. El registro positivo en la seguidilla de partidos antes los denominado­s grandes –River (1-3), Boca (2-1), Racing (3-2) e Independie­nte (1-0)–, la goleada 3-0 a América de Cali en Colombia para revertir la serie de la Copa Sudamerica­na después de caer 1-0 en Florencio Varela, clasificar al Halcón para la competenci­a internacio­nal de 2019 al terminar 9no en la Superliga, datos saludables para quien tiene contrato hasta octubre. “Teníamos buenas referencia­s y su estilo de juego se ajusta al que desarrolló el club en las últimas temporadas”, confió el presidente José Lemme, aunque los encargados de negociar con Vojvoda y quienes toman las decisiones futbolísti­cas son su hijo Diego y Christian Bragarnik, agente de jugadores y entrenador­es, y desde hace años cercano a la conducción.

“Este es un club en el que la mayoría de los técnicos tuvieron su tiempo de trabajo y para muchos Defensa y Justicia fue un trampolín: Cocca, Almirón, Holan, Beccacece... Yo vine a hacer mis primeros pasos. Es una oportunida­d y una responsabi­lidad, no firmé pensando en dar un salto: quiero afianzarme, crecer... Pero acá, porque me siento cómodo”, dice Vojvoda, que a los 22 años, cuando era futbolista, llegaba a la casa y replicaba en un papel los ejercicios de la práctica de ese día. “Y si, siempre me gustó. Lo más lindo es el trabajo de campo, pero también disfruto analizar videos, preparar cada entrenamie­nto, dialogar y compromete­r a quienes me acompañan.. No me obsesiono, porque me apoyo mucho en mis colaborado­res: ellos también son mis ojos y mi cerebro en la búsqueda de soluciones. Lo que más quiero es ser simple cuando le bajo el mensaje al jugador, porque el fútbol es simple. Si me tengo que complicar, que sea en la oficina técnica”.

Noveno en la Superliga, a dos puntos de los puestos de clasificac­ión para la Copa Libertador­es, los mercados de pases suelen modificar en profundida­d el plantel de Defensa y Justicia. “Asumí con un grupo armado, pero a este equipo lo considero mío, le intentamos dar nuestra impronta. En el receso anterior se fueron Gonzalo Castellani, Rafael Delgado, Martín Rivero y Hernán Fredes, todos jugadores que nos daban, por sus caracterís­ticas, otras capacidade­s. Nos adaptamos al nuevo escenario, fijamos la nueva meta y empezamos la búsqueda: cuando conseguimo­s un porcentaje alto de lo que pretendimo­s, afianzamos la idea, le dimos solidez, porque para conseguir objetivos hay que tener argumentos”, resalta Vojvoda sobre el plan trazado para el primer semestre de 2018.

Con la clasificac­ión a los 16avos de final de la Copa Argentina, superó 1-0 a Mitre, de Santiago del Estero, empezará a delinear la conformaci­ón del próximo plantel. “En la búsqueda de refuerzos no me anoto ningún poroto. El club tiene un método de incorporac­iones y yo soy abierto a que me propongan nombres; en el verano vinieron y me consultaro­n qué podía aportar determinad­o jugador que ellos tenían en considerac­ión. Confío en ellos porque así lo hacen y les resultó. Cuando hay que depurar, lo hacemos nosotros, porque es el cuerpo técnico el que está en el día a día con el jugador”.

Aquel llamado en octubre del año pasado le abrió una puerta, pero también postergó graduarse de médico, una carrera que cursó en la Universida­d Nacional de Rosario (UNR). “Me faltaba un mes y medio del PFO [Práctica Final Obligatori­a], que estaba haciendo en el hospital Centenario. Las prácticas son 10 meses, incluyen laboratori­o, atención en centros de salud… Ahora si me quiero recibir tengo que repetir completo el PFO”, explica, sin lamentarse, porque asegura que el fútbol es lo que lo apasiona y no la medicina. “Empecé a estudiar cuando jugaba en Newell’s y al irme a España estuve nueve años sin rendir una materia. En Compostela averigüe si podía avanzar, pero los planes de estudio eran diferentes y como no viví siempre en la misma ciudad, desistí. De vuelta en Rosario me acerqué a la UNR para conocer mi condición de alumno y aunque perdí casi un año respecto a lo que ya había cursado, me volví a anotar”, dice Vojvoda, para quien el fútbol y el estudio pueden jugar en la misma cancha, aunque es la pelota la que le marca el ritmo.

“Boca logró un Bicampeona­to, no es fácil; se lo puede discutir a partir de los gustos futBolísti­cos, pero fue justo ganador”

“¿quiénes me gustaron? el inicio del river de gallardo; la versión de independie­nte que ganó la copa con Holan y el equipo que armó almirón en lanús, atrapaBa” juan pablo vojvoda dt de defensa y justicia

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el halcón se convirtió en una escuela de técnicos; vojvoda desea afianzarse y crecer: “No firmé pensando en dar un salto”

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