Mercado de capitales y sector externo
Hace un mes que se logró llegar al país número 100 que reciba nuestras exportaciones agropecuarias. Es un gran logro, no por el nivel de ventas, sino por la posibilidad de vender. La diversificación de proveedores y destinos es clave para alcanzar un crecimiento sustentable, pero ¿cómo puede un país identificar los cuellos de botella en su producción actual? Y, sobre todo, ¿cuáles nuevas áreas son promisorias para atraer inversiones y promover exportaciones?
Hay indicadores que muestran cómo podrían expandirse algunos sectores hacia nuevas áreas o productos, como el Complexity Opportunity Index, que muestra múltiples variables con las que se puede ganar en variedad y complejidad de productos para vender al mundo. La Argentina exporta fundamentalmente productos agropecuarios, pero para producirlos son necesarios conocimientos biotecnológicos, diseño y producción de maquinaria y conocimientos específicos. Sin embargo, hay que destacar un elemento fundamental en todo el proceso: la financiación. Hay dos necesidades diferentes: capital para producir y capital para financiarse hasta que el comprador pague. Son diferentes porque, en un caso, es fundamentalmente moneda local y en el otro es casi seguro que deberá ser en divisas. El costo y acceso para el productor es diferente en ambas monedas. La reciente ley de mercado de capitales mejorará mucho el acceso al crédito tanto doméstico como internacional, pero llevará un largo tiempo lograr sofisticación en el sistema financiero. Y luego está la volatilidad del tipo de cambio: hay que desterrar de una vez el absurdo y reiterado pedido de mayor tipo de cambio para ser competitivos exportando. Si por devaluar fuera, la Argentina sería un gran exportador. El tema es lograr cubrir la volatilidad y reducir los costos de forma tal que el precio total, incluido el costo financiero, permita competir internacional mente.