el impacto que tendrá la aprobación de la ley de mercado de capitales.
Hace una semana entró en vigencia la norma que crea herramientas de inversión en el real estate e impulsa el desarrollo de nuevas obras
La Ley de Financiamiento Productivo —tal como se denominó la reforma del mercado de capitales— va a permitir tener crédito hipotecario por varias décadas y va a dar más opciones para canalizar el ahorro… Le pedimos al Congreso que tenga este ley en sus prioridades para este año”, le reclamaba hace tan sólo tres meses el presidente de la Nación, Mauricio Macri, a los diputados y senadores al celebrar el boom hipotecario en la apertura de las sesiones ordinarias. Obedientes, los congresistas aprobaron en la última sesión de la Cámara de Diputados la reforma y tras su inmediata promulgación por parte del Gobierno, entró en vigencia el último sábado 19 de mayo. Se trata de una medida muy esperada por los inversores locales dado que, si bien crea nuevas herramientas de financiamiento para las PYMES —capítulos que promocionó el oficialismo para reclamarle a la oposición la sanción de la ley—, también impulsa la apertura de capital y el desarrollo de proyectos inmobiliarios y de infraestructura, crea nuevos instrumentos financieros como las letras hipotecarias y las pólizas de seguro y da de baja algunos controles regulatorios.
Hipoteca para todos
Para el sector inmobiliario, el proyecto cuenta con un capítulo que permite que los bancos adquieran fondos a través de la securitización de los créditos hipotecarios. Esto significa que pueden convertir esas deudas en títulos que se pueden comprar y vender en el mercado de capitales, admitiendo la posibilidad que esas “letras hipotecarias” sean ajustables por inflación u otros índices como el CER. De esta manera, lo que se busca es disminuir los costos de transferencias de dichas carteras y otorgar mayor seguridad jurídica a los inversores que adquieran esas letras. El objetivo de la creación de estas herramientas, según la Casa Rosada, es aprovechar y apuntalar el desarrollo que está mostrando el mercado del crédito hipotecario como el medio más eficaz de acceso a la vivienda propia. Durante la sesión, el diputado de Cambiemos Eduardo Amadeo explicó “que en los últimos meses hemos visto la infinita demanda de crédito hipotecario que hay para que los argentinos puedan concretar lo que en el mundo es normal: el sueño de la casa propia. Este mercado solo puede crecer si las hipotecas que se han emitido son los beneficios impositivos para los fondos comunes de inversión, una medida muy esperada por el sector utilizadas como nuevos instrumentos para la captación de capitales y de tal manera multiplicar el volumen para ofrecer nuevos créditos”, y añadió que “la letra hipotecaria permitirá descontar en el mercado de capitales los créditos hipotecarios y de tal manera podrán emitirse nuevas hipotecas sobre la base de los montos que han sido descontados”. Es decir, la norma permitirá securitizar las carteras UVAS, que los bancos tengan mayor liquidez, y representa un incentivo para la compra de carteras hipotecarias de largo plazo
Además, se habilita a las compañías de seguros a emitir pólizas de riesgo ajustadas por CER para operaciones de crédito financiero puro o hipotecario. Esto es que se contempla obtener cobertura o transformar el riesgo crediticio que se desprende de eventuales cambios en las tasas de interés, del valor de mercado de un insumo, producto o moneda y de otras variables. “Parece mentira que esta propuesta permita –tal como ocurrió en Estados Unidos– que las hipotecas tengan acceso al mercado secundario, como el subprime (activos garantizados por seguros de hipotecas), en el que hay menos controles y está autorregulado”, se quejó el diputado kirchnerista, Axel Kicillof. En la misma línea se manifestó la diputada del Movimiento Evita Araceli Ferreyra y recordó: “Todas las medidas que se fijan en este proyecto tienen por fin favorecer la desregulación. En España, dos generaciones han perdido sus casas por regulaciones laxas como las que se están incluyendo en este nuevo mercado de capitales”.
En lo que respecta a los Fondos Comunes de Inversión (FCI), la nueva norma crea una serie de instrumentos y modifica otros ya existentes para atraer nuevas inversiones para el desarrollo de proyectos inmobiliarios y de infraestructura. En este sentido, se establecen beneficios impositivos para que losfci sean un vehículo para ese financiamiento de la actividad inmobiliaria. Estos fondos dejarán de tener doble imposición en Ganancias —en la actualidad tributan el instrumento y el cuotapartista— y la carga recaería sólo sobre los inversores. Esta modificación es clave para los desarrolladores a los efectos de generar certezas sobre la rentabilidad real de los FCI. “Los que tienen proyectos puedan llevarlos adelante con un marco regulatorio razonable y creíble. Se permite asimismo que los capitales internacionales lleguen a la Argentina con perspectiva de largo plazo sin ser discriminados”, aseguró Amadeo. Por otra parte, se exime totalmente de ese impuesto a los fondos comunes destinados a los proyectos sociales –aquéllos dirigidos a la clase media–.