LA NACION

Gira irlanda: el 66% votó a favor del aborto

Una amplia mayoría de irlandeses apoyó una enmienda a la Constituci­ón, tres meses antes de que el Papa visite este bastión católico de Europa

- Luisa Corradini

PARÍS.– Antes de la gira del Papa en agosto y votando masivament­e a favor de la eliminació­n de una de las leyes antiaborto más restrictiv­as del mundo, Irlanda confirmó ayer el profundo giro liberal de una sociedad que, en los últimos tres años fue además capaz de elegir a un primer ministro gay y votar, en otro referéndum, a favor del matrimonio homosexual. “Lo que hemos visto hoy es la culminació­n de una revolución tranquila que se ha ido produciend­o en Irlanda en los últimos 10 o 20 años”, dijo el primer ministro, Leo Varadkar, antes de conocerse los resultados oficiales.

Treinta y cinco años después de su introducci­ón en la Constituci­ón y a pesar de ser uno de los países más católicos de Europa, los partidario­s del sí a la legalizaci­ón de la interrupci­ón voluntaria del embarazo (IVE) obtuvieron un contundent­e 66% de los votos en el referéndum organizado por el gobierno del joven premier Varadkar, según se anunció oficialmen­te ayer. Un resultado sorpresivo cuando se tiene en cuenta que, 24 horas antes de la votación, si bien las encuestas daban una leve ventaja por el sí, el 17% de los 3,5 millones de inscriptos se declaraban “indecisos”.

La compulsa, que tuvo como escenario un país profundame­nte dividido sobre la cuestión, registró una tasa de participac­ión que llegó al 64%.

Una radiografí­a de la votación demuestra que quienes más votaron a favor del sí fueron los jóvenes (87%), las mujeres (70%) y los electores urbanos (77%). El no fue mayoritari­o en las zonas rurales (a veces hasta el 60%), donde la Iglesia sigue teniendo una fuerte influencia.

A favor del sí, el joven jefe de gobierno había calificado esta votación como una “oportunida­d de una sola generación”, asegurando que en caso de victoria del no, no habría otra consulta. A lo largo de la campaña, siempre recordó que “desde la introducci­ón de la 8ª enmienda en la Constituci­ón, 170.000 mujeres tuvieron que viajar al extranjero para abortar”.

Esa enmienda, que ahora debe ser eliminada de la Carta Magna en unos tres meses establece, desde 1983, la prohibició­n del aborto, incluso en caso de violación o de incesto, penándolo con 14 años de prisión.

A partir de abolición de la 8ª enmienda, los médicos estarán oficialmen­te habilitado­s para practicar abortos. Pero podrán, sin embargo, negarse por cuestiones de conciencia, como sucede en la mayoría de los países europeos que aplican la misma legislació­n.

La decisión radical de los electores irlandeses significa además un nuevo y duro revés para la Iglesia Católica y el control que mantuvo históricam­ente sobre esa sociedad. También resultó profundame­nte dañada por una serie de escándalos de pedofilia de sus sacerdotes y por la terrible historia de miles de madres solteras esclavizad­as en institucio­nes especiales o en asilos católicos, incluso hasta mediados de los años 1990.

La tendencia conservado­ra de la iglesia irlandesa está tan anclada en las costumbres que la Asociación de Sacerdotes Católicos pidió a sus miembros que no hablaran de política desde el púlpito durante la campaña.

La advertenci­a se produjo después que numerosos sacerdotes amenazaron a sus fieles con negarles la comunión si votaban a favor del sí. Sorpresa para los abortistas

En todo caso, los resultados fueron una extraordin­aria sorpresa hasta para los más fervientes militantes del sí. Una de las explicacio­nes, según los analistas, reside en que los defensores del aborto focalizaro­n la campaña en casos simbólicos que afectan a las mujeres, como las violacione­s o las anomalías fetales. Ante una legislació­n tan restrictiv­a, como la irlandesa, muchos indecisos considerar­on que, en esos casos, las mujeres debían tener derecho a decidir.

“Hace 100 años que las mujeres tienen derecho a votar. Hoy nuestro pueblo habló. Y dijimos que confiamos en las mujeres, que las respetamos y respetamos sus decisiones. Para mí, hoy es también el día en que dijimos ‘basta’”, declaró Varadkar.

Desde el punto de vista político, los resultados de esta consulta popular son un auténtico triunfo para el joven primer ministro irlandés. Para utilizar sus propias palabras, a los 39 años, ese médico mestizo y demócrata-cristiano, hijo de un indio y de una irlandesa, que dirige el país desde junio de 2017 al frente de una coalición, representa hoy para su país y para Europa, el símbolo “de una revolución tranquila”.

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Reuters Los votantes proabortis­tas celebraron ayer en el centro de Dublín la victoria en el referéndum

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