Nueva cumbre entre Kim y Moon
El líder de Corea del Norte viajó para dialogar con su par del Sur, y Estados Unidos revivió la agenda para el encuentro de Singapur el 12 de junio
Los líderes de las dos Coreas se encontraron otra vez para estrechar lazos y hablar de la posible reunión con Trump
SEÚL.– Pese a las idas y venidas de los últimos días, una sorpresiva reunión iniciada ayer entre el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el dictador del Norte, Kim Jong-un, dio nuevo impulso a la posibilidad de que haya un encuentro cumbre el próximo 12 de junio en Singapur entre el líder norcoreano y Donald Trump.
Las conversaciones en la localidad fronteriza de Panmunjom, cuyo resultado se conocerá hoy, se centraron en dar seguimiento a lo acordado en la primera reunión del 27 de abril, así como las condiciones para que pueda celebrarse el encuentro con Trump, estrecho aliado de Seúl.
Pocas horas después de iniciado el encuentro de ayer, la vocera de la Casa Blanca, Sara Huckabee Sanders, dijo que un “equipo de preanálisis” ya estaba viajando a Singapur, país que albergará la eventual cumbre.
“El equipo de preanálisis para [la reunión de] Singapur viajará según lo programado para prepararse para el caso de que la cumbre se realice”, dijo Sanders.
Anteayer, el presidente norteamericano había anunciado en Twitter que al contrario de lo que había asegurado el día anterior, aún confiaba en que fuera posible reunirse con Kim en Singapur en esa fecha.
“Tenemos conversaciones muy productivas con Corea del Norte para restablecer la cumbre”, escribió Trump en la noche del viernes en Twitter. “Si se llega a producir, seguramente será en la misma fecha, el 12 de junio, en Singapur”. En caso de ser necesario, la reunión podría prolongarse más, agregó.
El jueves, Trump había cancelado el encuentro en una carta dirigida a Kim, en la que se quejaba de la actitud agresiva de Corea del Norte y su dura retórica. Pyongyang había sido el primero en amenazar con una suspensión de la cumbre, pero tras la carta del presidente ambas partes volvieron a dialogar.
El encuentro de ayer entre Kim y Moon no había sido anunciado con anterioridad. De hecho, Corea del Norte había suspendido los contactos con el Sur en protesta por una serie de maniobras militares de Seúl con Washington.
En la cumbre del 27 de abril, Kim había asegurado que estaba dispuesto a desmontar por completo su programa de armas nucleares y sellar la paz con su vecino del Sur, con el que hasta ahora solo firmó un armisticio tras el final de la guerra hace 65 años.
Aunque hasta ese momento Kim no había hecho concesiones concretas para acabar con su arsenal nuclear, el encuentro fue considerado también una pieza clave de cara a la reunión con Trump.
Kim fue el primer líder de su país en cruzar la frontera hacia el sur desde el final de la Guerra de Corea (1950-1953), y fue recibido en la Línea de Demarcación por Moon. Desnuclearización
Esta semana el gobierno norcoreano dio otro paso hacia la distensión de la zona invitando a periodistas de varios países a presenciar el desmantelamiento de su base de ensayos nucleares en Punggye-ri, en el nordeste del país.
La ceremonia de cierre ocurrió entre el miércoles y anteayer ante la presencia de un grupo de periodistas (en su mayoría provenientes de Corea del Sur, China, Estados Unidos, Rusia y Gran Bretaña) en la estructura existente en una zona montañosa. La primera de las detonaciones se registró con dinamitas colocadas en el túnel norte. Más tarde, otros dos túneles colapsaron con un mismo procedimiento.
Otras detonaciones destruyeron las estructuras de respaldo en la superficie, entre ellas, edificios de distintos tipos y almacenes. Pyongyang había prometido destruir el centro durante la cumbre de abril.
Algunas versiones aseguran que tanto la destrucción de esas instalaciones como el acercamiento de Kim a su vecino del Sur y a Estados Unidos obedecen en realidad a que luego de los ensayos nucleares del año pasado las instalaciones de Corea del Norte habían sufrido serios daños y continuar con las explosiones significaba serios riesgos para la seguridad del país y de toda la zona.
El régimen de Kim desmintió la versión y aseguró que su base de Punggye-ri estaba en perfectas condiciones.