Del Potro se prueba para definir si puede sumarse a la fiesta en París
El torneo francés comienza hoy, pero el tandilense –con un desgarro– no decidió aún si se presentará al debut pasado mañana, ante Mahut
PARÍS.– Afuera, unos 28 grados, el sol escondido entre las nubes y miles de niños en la clásica antesala de Roland Garros, la segunda casa de Rafael Nadal, que le pega a la pelota con una prepotencia y seriedad que desmiente a la jornada festiva, coloquial. Aplausos, risas y champagne para los más atrevidos. Unos 25.300 espectadores disfrutan de la escena, en la que se entretienen casi todas las figuras. Adentro, en una sala pequeña, en el caos del ir y venir del día anterior de la fiesta del polvo de ladrillo, Juan Martín del Potro se recuesta sobre una silla, estira las largas piernas y mide cada una de sus palabras. Nada que ver con sus derechas, que vuelan no siempre con el sentido del análisis. Dice, primero, que no sabe aún si jugará el torneo, mientras se repone de un desgarro grado 1 en la pierna izquierda. Dice, después, que el caso Nicolás Kicker es un llamado de atención para el universo del tenis argentino.
“El polvo de ladrillo es la parte del año que más dificultades me trae, eso ya lo sabía. En Madrid tuve partidos duros. En Roma, sentí ese pequeño desgarrito que tuve en el partido con Goffin. Y todavía me tiene en plena recuperación. Me hace dudar si voy a estar en plenas condiciones para jugar. Es el último torneo en tierra y después viene la gira en césped, que me da mucha ilusión. Por eso, me tomo toda la cautela necesaria para la recuperación. Voy día a día”, cuenta el tandilense, que durante los últimos días se entrena en doble turno. Pasa de las buenas sensaciones a un cheque en blanco.
“Quería contar cómo estoy. Voy día a día. Posiblemente juegue el martes –contra el francés Nicolas Mahut, un especialista sobre el césped–, y como pasaron ocho días, que era lo que el médico me había dicho que tardaría la recuperación... Es bueno… pero estamos con lo justo. Estamos hablando de un Grand Slam, en tierra y a partidos a cinco sets… Hay que poner muchas cosas sobre la mesa”, explica, con el semblante medido. Días atrás, anduvo por Barcelona, en donde visitó facultativos y empezó con la recuperación. “Estoy evolucionando, estoy haciendo todo lo posible. Si la recuperación sigue como hasta ahora, es positivo”, confiesa.
–¿Te arriesgarías por jugar aquí?
–No quiero llegar a ese punto. Tengo una temporada muy buena, con mucha ilusión y torneos lindos por jugar. Hago este esfuerzo porque es Roland Garros. Por eso me quedé en Europa. No quiero perder la ilusión de jugar aquí. Conozco de lesiones, tengo experiencia en este tipo de cosas. Esto es hora a hora.
Su vida está atravesada por dolores, angustias, transformaciones milagrosas y títulos inolvidables. Por eso, acaso, repite, casi al pasar “tengo experiencia en este tipo de cosas”. A los 29 años, su templanza se corrige desde la práctica del yoga. Ahora, los viajes interminables ya no son un motivo de orgullo: cada día le cuestan más. Sin embargo, lo motiva la grandilocuencia: las grandes citas se ven mejor en su espejo. “Partidos como la final contra Roger en Indian Wells, la seguidilla de Acapulco, instalarme en el top ten y querer más. Roland Garros, Wimbledon...”, contó días atrás. –¿Cuándo vas a tomar la decisión? –Y..., hasta el martes tengo tiempo. A veces me siento mejor, a veces, no tanto. Es parte de la recuperación. Me queda un día y medio. Hay que tener en cuenta que es un torneo sobre tierra y a cinco sets.
El jueves pasado, Nicolás Kicker fue declarado “culpable” de arreglo de partidos por la Unidad de Integridad del Tenis (TIU). El jugador, de 25 años y 84° en el ranking, nacido en Merlo, fue encontrado responsable de arreglar el resultado de un partido en el Challenger en Padua, Italia, en junio de 2015, y de otro encuentro en el Challenger en Barranquilla, Colombia, en septiembre de ese mismo año. De modo inmediato, fue retirado del torneo –esa tarde, se estaba entrenando con Federico Delbonis– y, además, fue declarado culpable de “no informar” un movimiento corrupto y de “no cooperar” con la investigación de la TIU sobre las acusaciones formuladas en su contra.
Mariano Zabaleta, flamante vicepresidente de la Asociación Argentina de Tenis, está en París, se reunió con el joven jugador y mantiene charlas con otros tenistas. Como Delpo. “Lo vi hace un ratito. Lo saludé, supongo que a medida que vayan pasando los días vamos a juntarnos. Es la gente nueva que está manejando el tenis. Todos queremos lo mejor para nuestro tenis, le deseo lo mejor. Ojalá que tengan buenas ideas y buenas intenciones. Hacen faltan proyectos para los que menos tienen”, asume. También se refiere al caso Kicker y a la situación de Federico Coria –fue suspendido por no haber denunciado un supuesto soborno– ante la consulta de la nacion. “En el mundo del tenis y en el deporte no fueron buenas noticias. Sobre todo, para nosotros, que estamos cerca de esos chicos. Tampoco hay muchos detalles del tema, ni sanciones firmes. No hay nada establecido. Es un tema delicado para opinar, hay que ver cómo se desarrolla todo”, explica. –¿Qué relación tenés con Kicker? –Nos conocemos todos. Estuvo hasta hace poco por acá. Fue una sorpresa grande no verlo en el cuadro principal. Pero no sé muchos detalles del tema, es algo muy sensible.