Más días agitados para el Incaa, entre denuncias y movilizaciones
Una investigación interna por gastos de imprenta de casi siete millones de pesos entre enero y abril de este año forzó la renuncia de dos gerentes del organismo; interviene la Oficina Anticorrupción
La investigación interna sobre una supuesta malversación de fondos por casi siete millones de pesos entre enero y abril de este año abrió una nueva instancia de conflicto en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, cuya primera consecuencia visible fue el alejamiento de dos de los gerentes del organismo, Bernardo Bergeret (Asuntos Internacionales) y Nicolás Yocca (Administración).
Además de pedirles la renuncia a ambos funcionarios, el presidente del Incaa, Ralph Haiek, dispuso a través de una resolución la suspensión de los pagos a las cinco empresas gráficas encargadas de confeccionar y preparar material gráfico, folletos, afiches y artículos de librería para ser utilizados en las tareas promocionales del Incaa en distintos festivales y encuentros internacionales. Un empleado fue suspendido, otro separado de sus funciones, se iniciaron algunos sumarios y se le rescindió el contrato a la abogada Sandra Menichelli, que trabajaba como asesora del Incaa en el área de compras.
Los hechos se iniciaron con una denuncia anónima enviada desde una cuenta de correo electrónico
(incaacorrupto@gmx.es) a funcionarios, periodistas y a la Oficina Anticorrupción. Intervino la Unidad de Transparencia Institucional del Incaa, creada durante la gestión de Haiek, y allí se comprobó la “verosimilitud de algunos de los dichos vertidos por el denunciante”, según la resolución oficial. Entre ellas, una gran cantidad de contrataciones directas por un total de 6.487.600 pesos con las empresas gráficas Paysandú, Visual, Item 54, Hidden Castle y Print Forms, ninguna de ellas por montos superiores a los 500.000 pesos para evitar licitaciones y controles. Todas las actuaciones fueron enviadas a la Oficina Anticorrupción, que se encargará de averiguar si hubo relación entre esas firmas y las personas denunciadas.
El único de los involucrados que hizo un descargo fue Bergeret. Ayer al mediodía, a través de una carta que se cierra con una cita de Ionesco (“No capitularé”) , dijo que es “ajeno a las infamias que me atribuye una denuncia anónima”. Y agregó: “Ni he cometido irregularidades, ni las consentí. Esta denuncia, imagino, pretende cobrarse algo que ni siquiera entiendo qué puede ser, pero algún interés habrá sido afectado. Espero llegar a conocer cuál fue”.
El primero en respaldar a Bergeret fue Matías Mosteirín, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica, que nuclea a las empresas productoras más importantes de la Argentina. “No conozco los pormenores del tema, pero es injusto que a través de una denuncia anónima y mediática se castigue a un funcionario que llevaba 12 años trabajando con eficacia, decencia, austeridad y transparencia en el fomento del cine argentino en el mundo. Sobre todo a través del vínculo único que estableció con los grandes festivales del mundo, empezando por Cannes”, dijo a la nacion.
El conflicto estalla en vísperas de una nueva reunión de la Asamblea Federal y del Consejo Asesor del Incaa, prevista para mañana. En coincidencia con el encuentro está prevista a las 10 una movilización frente a la sede del organismo de las entidades nucleadas en la Asamblea Abierta en Defensa del Cine Independiente, en rechazo de los cambios dispuestos para elegir los comités de selección de las películas y en reclamo de un nuevo plan de fomento para el sector.
Pasado mañana, en el auditorio de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica, el Incaa presentará su anuario 2017 y habrá un reconocimiento para el film argentino más visto del año pasado, Mamá se fue de viaje. Mientras tanto se aguardan definiciones en torno de quién ocupará de aquí en más la estratégica gerencia internacional.