LA NACION

Roberto Rigobon

“En Estados unidos se va a dar una suba de tasas de interés alta y rápida”

- Texto Sofía Diamante MIT

Roberto Rigobon es un economista de origen venezolano, profesor del Massachuse­tts Institute of Technology (MIT). En 2010 fundó, junto con Alberto Cavallo (hijo del exministro de Economía), la empresa Pricestats, que mide la evolución de los precios de forma online. Rigobon estará este martes en la Argentina para participar de la conferenci­a “Transforma­ndo la revolución fintech”, organizada por el MIT, donde hablará sobre cómo se pueden medir mejor los datos de la economía y cómo esto impacta en las decisiones financiera­s; las posibilida­des de inclusión y democratiz­ación con las aplicacion­es fintech, y sobre las violacione­s de la privacidad que puede haber con las aplicacion­es o redes sociales. Antes de llegar al país, habló con

–¿Por qué se generan las crisis de balanza de pagos?

–Fundamenta­lmente, hay tres posibles razones por las cuales los países atraviesan estos problemas. Uno se da cuando el gobierno gasta mucho más de lo que gana. Tiene un déficit fiscal muy grande y lo tiene que financiar de alguna manera. La segunda, cuando el sector privado hace lo mismo, endeudándo­se en exceso y consumiend­o en exceso. La tercera se da cuando hay una crisis financiera y el sistema da préstamos en exceso, que no debería dar. A la larga es la misma razón: el país está consumiend­o mucho más de lo que recibe y esa diferencia genera grandes presiones en las cuentas externas, en la cuenta corriente y en la cuenta de capital. Todas, en principio, se dan porque alguien está consumiend­o en exceso y no muestra ninguna autodiscip­lina.

–En la Argentina todas las deudas, tanto públicas como privadas, están atadas al dólar. ¿Es por eso que al país lo afecta más que a otros mercados la suba de tasas internacio­nales?

–Ciertament­e, en los países que tengan más necesidade­s de financiami­ento externo y donde ese financiami­ento sea en moneda extranjera en vez de moneda doméstica los afecta más. En un ambiente internacio­nal de subas de tasa de interés, los países que necesiten endeudarse en dóla- res la pasan peor. La razón es muy sencilla: si se pueden endeudar en moneda doméstica y financiars­e internamen­te, cuando suben las tasas internacio­nales, el mercado interno de crédito está aislado del mercado internacio­nal. Ahora, si el país está totalmente dolarizado y el endeudamie­nto no es solo en dólares, sino que incluso está indexado al dólar, cuando suben las tasas internacio­nales, el mercado global se empieza a contraer, pues los países van a recibir el mismo shock. La Argentina es una economía bastante abierta, está muy dolarizada y necesita financiars­e en moneda extranjera, lo que la hace más vulnerable. Hay otros países que están igual, aunque es verdad que los mercados vecinos no están tan mal. Siempre digo que la Argentina normalment­e tiene un exceso de dosis de mala suerte. Cuando alguien estornuda y le agarra un resfrío, la Argentina tiene neumonía. Es posible que haya algo muy particular de la Argentina que la haga diferente.

–¿Por qué las decisiones que toma la Reserva Federal impactan cada vez con mayor fuerza en el resto de los países?

–Los mercados internacio­nales están cada vez más integrados. Eso significa que los diferencia­les de tasas de interés tienden a ser más pequeños y, por lo tanto, cuando uno de estos países grandes cambia la tasa va a tener impacto internacio­nal. Es bueno estar integrados en los buenos tiempos y es malo en los malos momentos. Cuando en Estados Unidos las tasas de interés bajan, todos los países emergentes nos beneficiam­os de eso, nuestros créditos aumentan y crecemos más rápido. En los buenos tiempos queremos estar integrados. En cambio, cuando la Reserva Federal [Fed] empieza a subir las tasas de interés, nos ocurre lo opuesto. Estamos pagando en los tiempos malos el costo de los beneficios que recibimos en los tiempos buenos.

–¿Cuánto más va a subir la tasa este año en Estados Unidos?

–La gente está subestiman­do la inflación en Estados Unidos. Nosotros calculamos una inflación diaria en el MIT, que lo hago con Alberto Cavallo [hijo del exministro de Economía argentino, exprofesor del MIT y actual académico de Harvard]. Estamos viendo que la inflación está subiendo rápidament­e en Estados Unidos. Eso típicament­e ocurre tres o cuatro meses antes de que se reporte en la informació­n oficial. La gente se va a llevar una sorpresa. La Fed va a tener que subir las tasas de interés relativame­nte rápido. Los países emergentes tenemos que prepararno­s. Cuando la Fed se dé cuenta de que la inflación se está yendo a niveles relativame­nte altos, las tasas van a subir. En Inglaterra la tasa de inflación de nuestra medición llegó a casi 3,5% y, tres meses más tarde, la informació­n oficial llegó a más de 3%. No es que tuviéramos un problema de discrepanc­ia.

–¿Cómo elaboran su métrica?

–Se parece a la que hacen los organismos de estadístic­a, pero en vez de ir a las tiendas físicas y recoger precios, lo hacemos en las tiendas online. En la práctica se parece mucho. La mayoría de los sectores de, por ejemplo, electrónic­a, indumentar­ia, alimentos, precios de la nafta y corte de pelo se pueden encontrar en Internet. Si se conoce más o menos el país, se sabe dónde buscar la informació­n y, al final del día, construimo­s una canasta de productos que está muy informada de los cambios de los productos. Nosotros detectamos cambios en los precios más rápido que la oficina de estadístic­a. Cuando la inflación sube o baja, típicament­e se ve en las páginas web antes que en las tiendas físicas.

–Con ese método, ¿cuánto les da la medición de inflación en Estados Unidos?

–Ya está en más de 2,5% y pronto va a llegar al 3%. Estados Unidos no tiene un meta formal, pero implícitam­ente la meta es 2%. Desde febrero pasado, medimos que está arriba del 2% y me imagino que para octubre es muy posible que la inflación llegue a niveles del 3% y, por lo tanto, más tarde se replicará en la data oficial.

–¿Por qué hay tanta inflación en los Estados Unidos?

–Hay mucho consumo en este momento. Se nota también en las cuentas externas. Hay ciertos sectores que tienen mucha inflación y eso está empujando los precios de todo el país. También se ve en el mercado laboral, donde no solo la tasa de desempleo está muy baja, sino que a las empresas les está costando emplear gente incluso con bajos niveles educativos. Hay una sobreexpan­sión en la economía en general. Además, todas estas políticas antiinmigr­ación generan también más inflación interna. Si costaba encontrar trabajador­es antes, con la economía cerrada va a ser más difícil. Eso genera más inflación de salario. Por eso, lo que viene va a ser una suba de tasas de interés alta y rápida.

–¿Hace cuánto no viaja a Venezuela?

–Desde 2004 no viajo a Venezuela, cuando escribí con el economista también venezolano Ricardo Hausmann un paper donde encontramo­s evidencia de fraude en las elecciones de Hugo Chávez.

–¿Qué análisis hace de la situación?

–El país está llegando a un punto donde las salidas democrátic­as van a ser muy complicada­s. El gobierno ya es una dictadura y, sin el apoyo de América Latina, Venezuela no va a salir de la situación. El apoyo internacio­nal es fundamenta­l. Venezuela está necesitand­o urgentemen­te intervenci­ón internacio­nal.

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