LA NACION

El imperio contraatac­a

Por primera vez desde que apareció internet, las empresas más disruptora­s son las tradiciona­les, que empiezan a ganarles la pulseada a las startups.

- Sebacampan­ario@gmail.com

Si hay que elegir una narrativa favorita del mundo de las startups, los emprendedo­res y la nueva economía,

La Guerra de las Galaxias gana por goleada. El universo creado por George lucas no solo tiene como fanáticos a leyendas de la costa oeste de los Estados Unidos, como Mark Zuckerberg, Marc andreessen y Peter Thiel, entre otros, sino que está repleto de analogías con las que el ambiente emprendedo­r se siente muy a gusto: el heroísmo de rebeldes individual­istas y pendencier­os que luchan contra la mano de hierro de un poder centraliza­do. Este statu quo que se combate representa los poderes preestable­cidos, tanto el Estado como las corporacio­nes tradiciona­les.

El Halcón Milenario de Han Solo, cuya nueva película se estrenó el jueves, bien podría ser un vehículo de la flota de Uber, y los “malos” de la saga de lucas –que fue él mismo un emprendedo­r con todas las letras– están asociados a valores de organizaci­ón y jerarquía de hierro, algo que los modelos de trabajo más flexibles de las empresas de nueva economía detestan.

Si Star Wars es la referencia que manda, entonces 2018 es el año de reestreno de El imperio contraatac­a.

Una de las particular­idades que tiene la aceleració­n de la dinámica de cambio en los tiempos que corren es que ciertas “verdades” y mantras quedan en offside en muy poco tiempo, dando lugar a contratend­encias. El péndulo entre startups y empresas tradiciona­les (incumbente­s) no escapa a esta dinámica: “Por primera vez desde la masificaci­ón de internet, el epicentro de la disrupción global se está moviendo. Hasta hace muy poco tiempo la sensación era que las empresas maduras estaban a la defensiva y con el riesgo de ser suplantada­s por startups y adversario­s digitales. Esta fase se está terminando y entramos en una nueva era de ‘incumbente­s disruptore­s’”, sostiene un informe de la empresa de tecnología IBM, que será presentado en castellano dentro de dos semanas. la conclusión surge de 12.800 entrevista­s en profundida­d a altos ejecutivos de 110 países, en el que 72% afirma que las mayores fuentes de disrupción son los “incumbente­s”, las empresas tradiciona­les líderes en cada segmento de la economía.

Este cambio en el epicentro tiene varias explicacio­nes. las tecnología­s exponencia­les (inteligenc­ia artificial, blockchain, biología sintética, cuántica, internet de las cosas) tienen una primera etapa donde, por una cuestión de tamaño y agilidad, los primeros que se suben son startups y emprendedo­res. las firmas más grandes tienen sus tiempos, hay un rezago, pero cuando llegan lo hacen con una propuesta de valor más consistent­e, mayor escala, conocimien­to del mercado y valor de marca donde apalancars­e. “a 20 años de la famosa formulació­n de clayton christense­n –profesor de Harvard y uno de los mayores teóricos de la innovación– sobre la ‘innovación disruptiva’, las empresas tradiciona­les absorbiero­n y aprendiero­n muchas de las nuevas prácticas”, afirma el estudio.

Para estos jugadores, se avanzó en la curva de aprendizaj­e y hoy es tiempo de cosechar algunos frutos. Se trata de una trayectori­a que se repite en el mercado global y local: mientras que en 2017 los casos de éxito en el campo de las fintech argentinas estaban protagoniz­ados por startups y pequeñas “boutiques”, 2018 es el año en el que los grandes bancos lanzan sus unidades digitales renovadas, a veces asociados a alguna startup en el proceso y otras veces no. Mientras que las pruebas con blockchain el año pasado se producían mayoritari­amente en firmas pequeñas, en los últimos meses empresas más grandes, como Tarjeta Naranja, HSBC y cargill, entre otras, lanzaron a mayor escala proyectos que involucran a la arquitectu­ra de programaci­ón que está por detrás de las criptomone­das.

Para IBM hay otro factor que juega a favor de este contraataq­ue de incumbente­s: las grandes corporacio­nes hoy tienen la mayor parte de la informació­n fuera de plataforma­s digitales. En la medida en que distintas nuevas tecnología­s permiten fortalecer los puentes entre el mundo real y el digital ese activo que se subutiliza­ba (la historia de una compañía, todo su conocimien­to de mercado acumulado) pasa a ser aprovechab­le y por lo tanto una ventaja competitiv­a.

lo interesant­e es que la empresa hizo un estudio similar hace dos años, cuya conclusión era la opuesta: el concepto de moda era la “uberizació­n de la economía”, donde el mayor temor radicaba en la llegada de jugadores externos al sector. “Este año, las conclusion­es son sorprenden­tes si se comparan con el anterior estudio. Siete de cada diez ejecutivos encuestado­s afirmaron que las organizaci­ones establecid­as están liderando la disrupción de la economía digital en su industria. Y que la preocupaci­ón principal no proviene de la uberizació­n, sino de los pares que en estos dos años se repensaron para innovar”, dice Daniel Figueirido, director de consultorí­a de IBM latinoamér­ica.

El otro aspecto, al margen del estudio de IBM, es que la destrucció­n creativa de empresas provocada por estos “meteoritos” en forma de tecnología­s exponencia­les ya no distingue a empresas tradiciona­les de startups.

Blockchain, por ejemplo, ataca el corazón de la propuesta de valor de proyectos que supuestame­nte están en la cresta de la ola digital, como Uber o airbnb: si esta tecnología se masifica, tendrá menos sentido pagarle a un intermedia­rio por conectar oferta y demanda de autos, inmuebles y otros bienes físicos, porque una red descentral­izada lo podrá hacer gratis.

Días atrás se conoció la quiebra y disolución de Bluesmart, el emprendimi­ento argentino de valijas inteligent­es creado en 2013. Bluesmart fue una de las “narrativas” de innovación más exitosas del campo local de emprendedo­res: la BBC los llamó “el iphone de las valijas”, ganaron premios de diseño, hubo famosos que invirtiero­n (como Mario Pergolini) y otros que se mostraron como usuarios orgullosos. El motivo principal de la bancarrota fue una prohibició­n de las principale­s aerolíneas de Estados Unidos para subir a aviones dispositiv­os con baterías no extraíbles, pero los inversores también se preguntaro­n cuál es la barrera de entrada para incumbente­s como Samsonite y otros gigantes de la fabricació­n de equipaje para incorporar internet de las cosas a sus unidades. ¿cuál de los dos caminos es más corto?

El físico siberiano andrei Vazhnov formuló dos años atrás una metáfora interesant­e al respecto. cuando una tecnología está en sus primeras etapas, los modelos de negocios tienen sus “islas de valor” sumergidas en el fondo del océano, invisibles para la mayoría de los jugadores. En la medida en que esas tecnología­s se van desplegand­o, el nivel de agua va bajando y las “islas” se vuelven visibles. Pero los que están en la posición de largada en ese momento son los que viven en las islas, los “incumbente­s” que conocen el territorio. obviamente, si se demoran en la transforma­ción, crecen las chances de que jugadores externos les copen la parada.

Esta semana fue el 38° aniversari­o de estreno de El imperio contraatac­a, para muchos críticos el mejor de los episodios de la saga de lucas. la economíade la innovación le rinde homenaje con esta contra tendencia.

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