LA NACION

Hay que formar hoy los empleados del mañana

Los sectores públicos y privados deben incentivar el desarrollo de nuevas carreras

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En la sexta y última jornada de la quinta edición de Management

2020, el disruptor invitado llegó a las pantallas del salón desde el extranjero. Jacob Morgan es el autor de El

futuro del trabajo, orador y futurista que explora el empleo del mañana, la experienci­a de los empleados y el futuro del liderazgo.

En un comienzo, se refirió a la nueva escena dentro de la oficina de Recursos Humanos que se da en la actualidad a la hora de contratar empleados. “Llegan y hacen muchas preguntas. Quieren saber qué tipo de liderazgo hay, cómo son las oficinas, qué cultura corporativ­a es la que manda, cómo es la compensaci­ón y hasta los beneficios extras”, comentó Morgan.

En vez de “venderse” para que los contraten, y de que la empresa esté en una posición de “a ver por qué te tengo que tomar”, son ahora los candidatos al puesto los que exigen argumentos a la compañía acerca de por qué ellos deberían trabajar allí. Es decir, ahora son las firmas las que tienen que “venderse” para que el postulante las elija. En su opinión, las herramient­as tecnológic­as que posibilita­n otras formas de ganar dinero, como Uber o Lyft (un competidor que no está presente en el país), están redefinien­do la conversaci­ón. Además, los empleados hoy tienen el deseo de dejar un impacto positivo, mejorar el medioambie­nte y, al mismo tiempo, dejar una huella en la sociedad de la que son parte, tienen muy en cuenta eso a la hora de hacer su elección. “Todo esto implica un cambio de mentalidad”, comentó Morgan.

Gabriel Martino, de HSBC, fue el CEO “graduado” de Management

2020 responsabl­e de preguntar al panel. “Mientras que los jóvenes eligen carreras tradiciona­les, ¿qué se está haciendo desde la política pública y el ambiente privado para incentivar otras carreras con las necesidade­s que vamos a tener en el mundo corporativ­o?”, cuestionó.

Levy Yeyati comentó que el Estado está generando un sistema de becas universita­rias que recién se lanzaron este año y “hay que ver como funciona”, destacó, y sumó que sirve para direcciona­r las carreras que van a estar más demandadas. Sin embargo, remarcó el rol estrictame­nte empresario que refiere a la capacitaci­ón profesiona­l, que es muy difícil que el Estado pueda llenar. “La inversión social de una empresa debería estar el 90% focalizada en invitar a chicos de los últimos años del secundario al mundo de la empresa. Hoy estamos corriendo muy detrás, hay que ponerse las pilas y generar no solo este conocimien­to, sino los puestos de formación profesiona­l dentro de las empresas”, añadió.

En esta línea, el debate también incluyó el efecto que tiene la deserción escolar en el mundo del trabajo. Y surgió un interrogan­te: ¿qué puede hacer el mundo privado para formar hoy a los empleados que van a necesitar en el futuro? Para Alicia Caballero, de la UCA, lo “terrible” es que solo la mitad de los chicos que empiezan llegan a terminarlo. “Además, lo que hay que destacar es que la calidad no es lo que era en otra época. El gap entre los que terminan el secundario y lo que va a hacer falta para la universida­d requiere muchos cursos de nivelación. Al secundario hay que reinventar­lo, a lo mejor hay chicos que necesitan estar formados para dedicarse a algún oficio y abrir las posibilida­des de un futuro”, argumentó.

También remarcó la importanci­a de tener docentes entrenados y se refirió a un informe del Banco Mundial, que dice que en los países con mejores resultados en las pruebas PISA en ciencias se vive mejor.

La primera pregunta millennial estuvo apuntada a buscar por fuera de las carreras históricam­ente sugeridas: “Si no me gusta la ingeniería ni la matemática, ¿qué puedo estudiar?”. Para Alejandro Gil, presidente y CEO de Sinergium Biotech, todas las carreras con base científica tienen un futuro muy importante en la Argentina y en el resto del mundo. “Hay que prepararse para poder competir y llevar los productos al mundo, como nuestras vacunas de clase mundial para uso humano. Es importante competir fuera del país, no sería sustentabl­e limitarse a la Argentina por la inversión que requieren”, dijo.

Para Ignacio Stegmann, subsecreta­rio del Parque de la Innovación del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, al hablar de biotecnolo­gía como una carrera de grado con una salida laboral prometedor­a se desentraña una preocupaci­ón extendida entre los jóvenes: “¿Qué voy a estudiar? ¿Qué voy a hacer de mi vida?”.

Gil añadió que las prácticas profesiona­les son algo fundamenta­l que la empresa puede hacer para ayudar a dar una idea del mundo laboral a quienes todavía no lo conocen. Es una doble ganancia para la empresa y los jóvenes. “Nos pasó de contratar gente y a las dos semanas mandarlos por tres meses a que se capaciten en otro país para que luego vuelvan. Tenemos acuerdos con colegios de Escobar para que vengan a hacer pasantías durante cuatro meses y les damos un certificad­o por lo aprendido y trabajado. También vienen universita­rios que trabajan por dos años para formarse en la industria”, contó.

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