LA NACION

La selección, más cerca de la gente

Unos 30.000 chicos disfrutaro­n de ver de cerca a Messi y el plantel argentino en un entrenamie­nto en la cancha de Huracán, en una acción organizada por AFA Social; en la antesala del Mundial, todas las ovaciones fueron para el N° 10

- Fernando Vergara

Abrir las puertas de un estadio en plena ciudad para que la selección se entrene es una tendencia que crece en el mundo: España y Perú apelaron al formato recienteme­nte y Brasil lo hace en su concentrac­ión con habitualid­ad. No es tradición, en cambio, en la Argentina, siempre resguardad­a en el predio de Ezeiza. Ayer, cuatro días antes de volar a Rusia, sede del Mundial, la selección fue protagonis­ta de un multitudin­ario entrenamie­nto a puertas abiertas en el estadio de Huracán.

De los 40.000 hinchas en las tribunas, 30.000 eran chicos. La selección se medirá mañana con Haití en la Bombonera, en su partido despedida.

Nuevos lazos para dejar atrás la distancia. Crear ambientes, sembrar sensacione­s. Compartir una mañana con padres y amigos. Humanizar a sus ídolos. La selección argentina y su gente, fundamenta­lmente niños, volvieron a vivir una comunión que parecía extraviada en la memoria. Al igual que Brasil, España o Perú, que abrieron sus entrenamie­ntos en los últimos tiempos, el equipo de Jorge Sampaoli se sumó a la movida de acercarse a los hinchas y eligió el estadio de Huracán como escenario para una práctica a puertas abiertas, ante unas 40 mil personas, de los cuales 30.000 eran chicos. Un ambiente familiar y de fiesta para apoyar a Lionel Messi y compañía.

Posiblemen­te, esa veintena de chicos de 8 o 9 años de Banfield solo hayan escuchado su apellido de boca de algunos de sus padres. Jorge Burruchaga, el hombre del tercer gol en la final de México 1986, entró al Palacio Ducó casi como uno más. Burru, claro, es ídolo de otras generacion­es, cuando todavía no existía la palabra “millenials”. Algo lógico: lo que esos miles de chiquiline­s querían ver, muchos de ellos por primera vez en sus vidas, llegaba desde Rosario y semanalmen­te, a través de la televisión, desde Barcelona: Messi. Y la cancha de Huracán estalló cuando Matías Martin, dentro del campo de juego, anunció el nombre del astro argentino. “¡Olé, olé, olé, olé, Messi, Messi!” y “¡Que de la mano, de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar!”.

Ayer, todo giró en torno al astro rosarino. Acompañado­s por mayores, al estadio del Globo ingresaron menores de edad que concurren a escuelas primarias, hogares y comedores de barrios de escasos recursos, así como también chicos que forman parte de distintos clubes. La acción estuvo coordinada por AFA Social. ¿De cuánto le sirvió el entrenamie­nto abierto a un plantel que habitualme­nte se mostraba distante con el público? El avance, desde ya, fue notorio y hubo buena comunión entre los jugadores y la gente. Un detalle lo evidencia: a diferencia de otras ocasiones, el micro llegó a Parque de los Patricios con las cortinas abiertas, sin ocultarse. Se aguardaban gestos cómplices, autógrafos, fotos, algún acercamien­to. En fin, un guiño. Y se logró, en la previa del amistoso que la selección disputará mañana con Haití, en la Bombonera.

Si bien en el inicio de la práctica las estrellas del selecciona­do no interactua­ron demasiado, con el correr de los minutos se soltaron y fue allí donde se dibujaron miles de sonrisas en las tribunas. El primero que se animó a patear una pelota a la popular local fue Ever Banega. Después, lo siguieron Messi y Paulo Dybala. Bien cerca de ellos, mientras trotaba alrededor del terreno de juego, Nicolás Otamendi levantó sus brazos y saludó a cada una de las tribunas. El único susto tuvo a Marcos Acuña como protagonis­ta: en una época del año con los campos de juego en etapa de recambio de césped, sufrió “un traumatism­o en la rodilla izquierda” después de enviar un centro. Nada grave, indican.

En la Argentina, se sabe, el público de la selección es usualmente familiar y distante. Pero ayer, grandes, medianos y miles de chicos vivieron una situación casi inédita. El día que retrotrajo a Buenos Aires a la primavera ayudó para que el Palacio Ducó disfrutara de una fiesta. Niños de todas las edades invadieron las tribunas. Desde Córdoba, los jugadores de las inferiores de Instituto. Una familia de San Antonio de Areco con tres chicos que cumplieron su sueño y se marcharon con los ojos vidriosos: “Vimos a Messi y a estas estrellas por primera vez. Fue una gran iniciativa porque no es fácil tenerlos tan cerca”. Los socios de la Liga de Hurligham, Almagro, Banfield y Boca. Todos vestidos con la camiseta celeste y blanca con la ‘10’ en la espalda, gritaron, cantaron y aplaudiero­n el espectácul­o montado para despedir al equipo en la antesala de su odisea mundialist­a. Las infantiles del Club Amirante Brown, Sportivo Pereyra, la Asociación Deportiva infantil, los jugadores locales de Huracán, la selección de talla baja, la selección de fútbol inclusivo y los jóvenes rosarinos también dijeron presente.

A la hora del aplausómet­ro, sin dudas, Messi recibió las mayores ovaciones. Los chicos –sus padres y profesores también– nunca dejaron de tomarle fotos y grabar videos desde las tribunas en cada una de sus intervenci­ones. Varios se llevaron en sus celulares un tiro libre que se metió en el ángulo derecho de Nahuel Guzmán. Un gesto marcó a la Pulga cuando finalizó el evento y expuso una vez más esa idea de arrimarse a la gente. Recorrió todo el campo de juego, levantó sus brazos y les pidió a sus compañeros: “Vengan, saluden todos”.

Muchas veces el plantel albicelest­e eligió el silencio. Pareció ser un escudo contra las críticas por las definicion­es perdidas y los malos resultados durante las últimas eliminator­ias. Esta vez, la ecuación se invirtió. “Les agradecemo­s que hayan venido a vernos”, resaltó Otamendi. “Fue un gran momento, el estadio con toda la gente, sobre todo con todos esos chicos”, dijo Cristian Ansaldi. Mientras, Cristian Pavón no paraba de sacarse fotos y tuvieron que ir a buscarlo para que abandonara la cancha. Lo propio hizo Sergio Agüero a la salida del vestuario del Ducó. Hoy, casi 30 mil chicos, en el colegio, en sus casas, en la calle, hablarán del día en el que conocieron a sus ídolos y que jamás podrán olvidar.

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GEntilEza faMilia koch Los niños aman a Messi, y tres de ellos –Goyo Cingolani, Tonio Santilli Pazos y Nicolás Koch– obtuvieron una foto con el ídolo
 ?? SANTIAGO FILIPUZZI ?? una multitud, en su mayoría chicos, colmó el estadio de Huracán
SANTIAGO FILIPUZZI una multitud, en su mayoría chicos, colmó el estadio de Huracán
 ?? Aníbal greco ?? los jugadores de la argentina se entrenaron a puertas abiertas en el estadio Tomás ducó y recibieron el cariño de la gente a pocos días de emprender el viaje
Aníbal greco los jugadores de la argentina se entrenaron a puertas abiertas en el estadio Tomás ducó y recibieron el cariño de la gente a pocos días de emprender el viaje

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