LA NACION

Cayó el zar del juego

Roberto Laffont está acusado de liderar una organizaci­ón que levantaba apuestas de lotería, quiniela y carreras; tenía operacione­s en todo el país y en Uruguay; hay 35 detenidos

- Fernando Rodríguez

El Lujanero fue detenido junto a 34 sospechoso­s en el área metropolit­ana.

El jueves lo fueron a buscar, pero alguien le avisó y él se escapó. Al día siguiente los detectives lo atraparon en su casa, en España al 1100, Luján, en un allanamien­to casi secreto. La fiscal de Berazategu­i María de los Ángeles Attarian quiso evitar que policías “infieles” volvieran a “soplarle” el dato y, por eso, solo le dio los detalles finales a la brigada a la que encomendó la tarea: detener a Roberto Laffont, el Lujanero, histórico zar del juego en la provincia de Buenos Aires que, como hace 20 años, vuelve a estar acusado de comandar una gigantesca red de “pasadores” y oficinas dedicadas a tomar apuestas clandestin­as desde cualquier punto de la Argentina e incluso de Uruguay.

El Lujanero fue detenido junto a otros 34 sospechoso­s al cabo de un gigantesco procedimie­nto que incluyó 40 allanamien­tos en el área metropolit­ana y el secuestro de fuertes sumas de dinero, materiales y equipos presuntame­nte relacionad­os con las apuestas clandestin­as, informaron fuentes policiales.

El operativo fue resultado de una investigac­ión realizada por la División Análisis Delictivo de la Informació­n de la Policía de la Ciudad a pedido de la fiscal Attarian, bajo el control legal del juez de Garantías de Quilmes Alejandro Mora. Los allanamien­tos se realizaron en la ciudad de Buenos Aires, Berazategu­i, Quilmes, Ezpeleta, Mercedes, Luján, Florencio Varela, Ramos Mejía, Caseros, San Francisco Solano, Pablo Podestá y San Martín, según informaron fuentes del gobierno porteño.

“Este es el resultado de una tarea coordinada con la Justicia, el Ministerio de Justicia bonaerense y el Instituto de Loterías y Casinos de la Provincia. Ellos confiaron en la Policía de la Ciudad para llevar adelante tan importante tarea”, sostuvo el ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Martín Ocampo.

Los 35 detenidos fueron indagados el sábado por la titular de la Unidad Funcional de Instrucció­n (UFI) Nº 2 de Berazategu­i. Todos se negaron a declarar, según confiaron fuentes judiciales. Quedaron detenidos, acusados del delito de asociación ilícita en concurso real con juego clandestin­o.

Un nombre conocido

El Lujanero Laffont, de 71 años, es un mito en la provincia de Buenos Aires, donde es considerad­o un histórico regente de las apuestas. Buena parte de su trayectori­a “empresaria­l” en este rubro la hizo por fuera de los canales legales.

Él mismo reconoció que había “levantado” quiniela y apuestas de forma clandestin­a desde los 18 y durante unos 30 años. Hizo esa admisión en 2003, cuando debió pagar casi 245.000 pesos de la época como rescate para la liberación de su hijo Facundo, que tenía 14 años y estuvo cautivo durante 24 días, entre mayo y junio de ese año, en un secuestro extorsivo que por entonces los investigad­ores del caso vincularon con algún tipo de “revancha” contra el conocido capitalist­a del juego.

Para esa época, Laffont afirmaba que ya se había “retirado” de la actividad ilegal; se lo reconocía como dueño de agencias hípicas en la zona oeste bonaerense y “hombre fuerte” en el ambiente del turf. Incluso criaba caballos de carreras. Muchos en el rubro lo mentaban como “el banquero” –capitalist­a del juego– más importante de la Argentina y resaltaban que “el Lujanero siempre paga”.

Laffont estuvo detenido por la investigac­ión que llevó adelante, entre septiembre y octubre de 1998, el entonces juez platense César Melazo, por presunta defraudaci­ón al fisco bonaerense a partir del juego clandestin­o. Tras un primer procesamie­nto, finalmente, fue sobreseído. Luego de eso habría abierto negocios legales en Luján y en otras localidade­s del oeste del conurbano.

Software propio

Casi dos décadas después, Laffont volvió a quedar preso, vinculado a maniobras como aquellas con las que había comenzado su actividad en el ramo.

Según informó la Policía de la Ciudad ayer, las investigac­iones realizadas por detectives de esa fuerza permitiero­n establecer los lugares y la operatoria con la que la banda ejecutaba la maniobra de toma de apuestas ilegales de lotería, quiniela y carreras hípicas.

En cada una de las localidade­s donde operaba –en las que se realizaron los allanamien­tos de los últimos días–, la banda tenía búnkeres, donde hubo allanamien­tos.

Se pudo determinar que en esas oficinas se recibían, por medio de mensajes de WhatsApp, jugadas provenient­es de distintos puntos del país. Se detectaron comprobant­es de apuestas realizadas, incluso desde Uruguay, según se informó.

A través de una aplicación y de un software cuya creación se atribuye al Lujanero, cada uno de los “pasadores” de quiniela –el eslabón más fino delacadena– enviabato masfotográ­ficas de las apuestas a los búnkeres, donde se dejaban asentadas las jugadas. Como muchos de los “pasadores” eran personas mayores de edad poco habituadas al uso de las nuevas tecnología­s, la operatoria también podía ser realizada mediante el envío de los comprobant­es por fax.

“En los 38 allanamien­tos realizados entre el jueves y el viernes fueron detenidas 35 personas y se secuestrar­on documentos, teléfonos, computador­as, faxes y más de 350.000 pesos. Estos equipos serán peritados y la investigac­ión puede continuar”, afirmó el secretario de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro.

Los detenidos, se explicó, conformaba­n toda la pirámide que va de los “pasadores” de quiniela a los responsabl­es de los búnkeres y, de allí, hasta la cabeza de la organizaci­ón, donde la investigac­ión sitúa a Laffont.

Según informó la Policía de la Ciudad, el Lujanero “no solo aportaba los programas necesarios, sino que también brindaba soporte técnico en forma permanente en cada uno de los lugares, cobrando para ello un arancel mensual. Esta persona había montado una empresa con varios empleados para cubrir las necesidade­s de los clientes”.

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Policía de la ciudad Uno de los búnkeres allanados, con sus faxes y los tableros con las jugadas del día

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