LA NACION

Un doble triunfo para Uribe, el estratega en las sombras

- Daniel Lozano

El plan electoral de álvaro Uribe para regresar al poder funciona a la perfección. Por ahora. Su elegido, el senador Iván Duque, se impuso en primera vuelta con casi el 40% de los votos, esa especie de techo de cristal del uribismo que espera romper sin dificultad dentro de tres semanas.

Poco le importó a Uribe, patriarca del Centro Democrátic­o, que los más conservado­res de su partido criticaran la cercanía de su discípulo, al comienzo de su carrera, al presidente Juan Manuel Santos (quien decidió que Duque se convirtier­a en consejero por Colombia en el banco Interameri­cano de Desarrollo) y lo avanzado de su discurso en temas sociales, como el matrimonio homosexual, incluso su limitada beligeranc­ia contra los acuerdos de paz con las FARC.

Esas caracterís­ticas, moderación y juventud, también forman parte del plan, incluido el discreto apoyo desplegado por Uribe en las redes sociales por su presidenci­able ante las continuas denuncias contra él mismo, su inventor político.

Cumplido con creces el primer punto de la hoja de ruta, faltaba el segundo, trascenden­tal. Para ganar en junio, el rival debía ser gustavo Petro y no Sergio Fajardo. El líder de Colombia Humana, criticado por su cercanía el chavismo durante casi dos décadas, da miedo a más de la mitad del país, como demuestran las encuestas. Su índice negativo ronda el 60%, lo que llevó desde hace meses a que el uribismo potenciara su campaña con críticas constantes contra él, como si no hubiera más rivales, situando el foco de los que querían el cambio en esa candidatur­a. La polarizaci­ón funcionó finalmente, aunque la remontada de Fajardo en los últimos días asustó en las filas uribistas.

No hay duda de que la campaña de Duque pondrá el acento en los vínculos de Petro con el gobierno de Nicolás Maduro, sobre todo sabiendo que en las tres semanas que restan para el 17 de junio una nueva ola migratoria atravesará la frontera entre los dos países. Desde Caracas se frenaron las muestras de apoyo a Petro, centrados ahora en mostrar su algarabía por lo que consideran una victoria segura del izquierdis­ta Antonio Manuel López obrador en México. Venezuela y sus connotacio­nes económicas es hoy el principal tema de preocupaci­ón para los colombiano­s.

Será a partir de hoy mismo cuando los más ortodoxos de la derecha colombiana comprender­án por qué Uribe eligió a Duque, tan pragmático, con solo 41 años. Su perfil es imprescind­ible para recabar los apoyos centristas que le hacen falta para alcanzar la presidenci­a, que pueden llegar entre los 1.400.000 votos de Vargas Lleras y los más temerosos en las filas centristas de Fajardo y Humberto de la Calle.

En cambio, el Polo Democrátic­o y los Verdes, compañeros de alianza de Fajardo, están mucho más cerca ideológica­mente de Petro, pese a sus mensajes radicales y demagógico­s, incluso el disparo al aire con que días atrás denunció un fraude en el que nadie cree, mucho menos después de los resultados.

La batalla por el millón de votos de Fajardo en bogotá será clave para el futuro del país. Un caudal de votos sorprenden­te para un dirigente de Medellín, que en debates y en la calle ha superado con creces a sus rivales. Y quien mejor conoce a su paisano es Uribe, quien temía que si Fajardo pasaba a segunda vuelta pudiera arrebatarl­es el triunfo final.

Porque Fajardo habría arrastrado con seguridad el voto del centro y de la izquierda frente al uribismo. El líder de la Coalición Colombia, sin embargo, cometió el mayor error de su vida política al no realizar primarias en marzo, como sus rivales, que se dieron a conocer en todo el país y que ya no soltaron la cabeza del pelotón.

Para peor, el liberal Humberto de la Calle se mantuvo en carrera, pese a su cercanía con Fajardo. Si los 400.000 votos de De la Calle se hubieran sumado a la alianza de Fajardo, este habría pasado a la segunda vuelta y hubiera pasado a ser el principal favorito para el ballottage. “Ese fue el punto de quiebre de la campaña”, reconoció anoche De la Calle.

¿Y Juan Manuel Santos? Cercano a los derrotados Vargas Lleras y De la Calle, admirador de Fajardo, ha calificado a los dos ganadores de representa­ntes de la extrema derecha y de la extrema izquierda. De la decisión que tome esa parte del país que se mueve en el mismo ámbito ideológico dependerá el resultado final de junio, a sabiendas de que en América Latina el empuje de ganar en primera vuelta suele arrastrar en la segunda. La última excepción la protagoniz­ó el propio Santos en 2014.

No hay dudas de que la campaña de Duque pondrá el acento en los vínculos de Petro con el gobierno de Nicolás Maduro

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