LA NACION

Preocupa el recorte de fondos para combatir una plaga de la uva

Las bodegas temen un ajuste en el programa para erradicar la lobesia en los viñedos

- Josefina Pagani

Los recortes que debe realizar el gobierno de Mauricio Macri para reducir el déficit fiscal no escapan a los sectores agroindust­riales y podrían afectar la cadena vitiviníco­la, donde hay preocupaci­ón ante una inminente baja de fondos por parte del Ministerio de Agroindust­ria en la campaña para combatir la lobesia, una plaga que ataca el cultivo de la vid y que produce pérdidas en los volúmenes de producción.

Fuentes del sector explicaron que la cartera oficial informó que la ley 27.227 (donde se declara de interés nacional el control de la plaga) “no tiene fondos asignados porque nunca fue reglamenta­da”, es decir que depende de una asignación específica extraordin­aria.

“En diferentes reuniones previas, desde el ministerio han dejado trascender que habría una partida de fondos mínima, remanente del año anterior. En algún momento se habló de la posibilida­d de que el aporte sea de unos $250 millones (alrededor del 60% del presupuest­o anterior), pero aún no hay definicion­es, pese a que sigue abierto el diálogo”, informaron fuentes consultada­s.

Carlos Fiochetta, gerente general de la Corporació­n Vitiviníco­la Argentina (Coviar), explicó que la ley no diferencia entre bodegas y productore­s, sino que estratific­a por superficie en cantidad de hectáreas. La regla sectoriza tres tipos de produccion­es: menos de 25 hectáreas, entre 25 y 75 y más de 75 hectáreas.

“Según la normativa, el Ejecutivo nacional debe disponer de los fondos para el combate de la lobesia, y parte de ese dinero debe ser reintegrad­a por los privados al Estado en diferentes proporcion­es. Para los productore­s con menos de 25 hectáreas se reintegra 0%; para los productore­s de entre 25 y 75 hectáreas se reintegra 8,8%, y para las produccion­es de más de 75 hectáreas, el aporte a devolver llega al 12,5%”, explicó Fiochetta.

“La ley establece reintegros por parte del sector privado: mientras más grande es el productor, más debe reintegrar. Según evaluacion­es técnicas para este ciclo 2018/2019, el Estado nacional debería disponer de alrededor de US$20 millones, de los cuales aproximada­mente un millón deberían ser reintegrad­os por los privados al Estado”, dijo Fiochetta.

Presupuest­os mínimos

En tanto, fuentes de la cartera de Agroindust­ria afirmaron a la nacion: “Tenemos por objetivo reducir el déficit fiscal preservand­o y potenciand­o el desarrollo de las economías regionales. Continuare­mos con aquellos programas destinados a fomentar la sanidad de las produccion­es del país, a través de un mayor involucram­iento de las provincias y de las entidades privadas”.

Además, agregaron que están trabajando en conjunto con las provincias de Mendoza, San Juan y Salta consideran­do “presupuest­os de mínima” para desarrolla­r el plan de acción 2018, que contempla la aplicación de feromona (hasta 45.000 hectáreas) e insecticid­as (hasta 50.000 hectáreas).

“Dependerá del aporte del sector privado para que se pueda hacer un plan más ambicioso; sin ellos será difícil lograr el objetivo de erradicar la lobesia”, indicaron las fuentes oficiales.

Según Agroindust­ria, el año pasado el Estado aportó $400 millones al plan sanitario para combatir la plaga. “Los resultados fueron excelentes, un ejemplo de cómo pueden trabajar en conjunto el Estado, las provincias y los organismos descentral­izados. En Mendoza, la densidad de la lobesia llegó a disminuir hasta 65% y la vendimia 2018, que recién termina, superó a la pasada en cantidad y calidad”, dijeron fuentes de la cartera que dirige el ministro de Agroindust­ria, Luis Miguel Etcheveher­e.

Daños millonario­s

Un informe de la Corporació­n Vitiviníco­la Argentina elaborado sobre la base de datos del Senasa, Iscamen y el gobierno de San Juan explica que la plaga causó importante­s daños en las últimas cosechas vitiviníco­las.

En la temporada 2015/2016, por ejemplo, hubo 60.000 hectáreas perjudicad­as y provocó una disminució­n de los rendimient­os, con mermas estimadas en el 30% de la producción de vid en Mendoza y aproximada­mente $3500 millones en pérdidas en la cosecha de 2016.

La nueva campaña comenzaría en octubre de este año. La preocupaci­ón de los productore­s es que el programa no puede ser interrumpi­do si se pretende neutraliza­r el avance de la plaga.

Según el sitio web del Senasa, la lobesia botrana es en la Argentina una plaga de importanci­a cuarentena­ria que ataca principalm­ente el cultivo de la vid, por ello se la conoce comúnmente como “la polilla de la vid”.

“Produce daños directos provocando pérdidas en los volúmenes de producción y menor rendimient­o por planta, y afecta la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificaci­ón”, afirma el organismo.

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