Faurie, en el Vaticano
El canciller habló con el Papa de aborto y del FMI.
ROMA.– No se habló del demorado viaje del Papa al país, pero sí sobre el debate sobre la despenalización del aborto y el polémico acuerdo con el FMI, durante las reuniones “muy amplias y ricas” que el canciller argentino Jorge Faurie mantuvo ayer con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y su par, el arzobispo Paul Gallagher.
Tal como se había adelantado, antes de reunirse con los números 2 y 3 de la Santa Sede, Faurie saludó brevemente al papa Francisco, luego de asistir a la misa matutina de Santa Marta, en el Vaticano.
A diferencia de otros compatriotas que suelen agigantar sus encuentros con Francisco, en diálogo con la nacion Faurie, que fue alumno del entonces maestrillo Jorge Bergoglio en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe, mantuvo un perfil muy bajo. “Fue un saludo brevísimo, al término de la misa, que era lo que sabíamos que íbamos a tener... Hice mención del tiempo que había estado yo en la Inmaculada, él había sido mi profesor de religión... Fue una cosa muy cordial, breve. No era tampoco el objetivo hablar con él”, dijo.
Sí fueron mucho más extensas las reuniones que tuvo con Gallagher y Parolin, por separado, en el Palacio Apostólico. Entonces se habló de asuntos generales como el G-20, de la situación de Venezuela, muy preocupante por el tema migratorio, la crisis humanitaria y su impacto regional; de temas medioambientales, la inquietud por desarrollos nucleares y las armas químicas. Pero también, ya a nivel bilateral, del acuerdo que se está negociando con el FMI y el debate sobre el aborto.
“Con Gallagher, a quien habíamos recibido en noviembre en Buenos Aires, charlamos de los últimos acontecimientos de la Argentina sobre la inestabilidad cambiaria. Le expliqué las razones y cómo lo hemos visualizado para superarlo, qué hacen el presidente Macri y el equipo económico para superar este problema consuetudinario y tradicional de la economía argentina, de un déficit fiscal sustantivo que hay que reducir para dar estabilidad a otras variables de la economía”, dijo. “Y en eso se inscribe el haber pedido la asistencia del FMI, que tiene líneas de crédito para situaciones coyunturales o de emergencia y con tasas de interés mucho más adecuadas que las que tiene la plaza financiera”, agregó.
El aborto
Faurie informó a Gallagher y a Parolin de que “hay una relativa paridad entre quienes se han manifestado a favor y en contra de la despenalización del aborto, pero queda todavía un conjunto de diputados que no se manifestaron y podrían desequilibrar”. Y destacó que la Conferencia Episcopal Argentina “ha tomado una actitud que respeta la discusión y no confrontativa”.
Faurie, quien hoy participará en París de una sesión ministerial de la OCDE, definió la relación con la Santa Sede como “excelente”. –¿Se habló del tan demorado viaje del Papa?
–No, ni con Gallagher ni con Parolin.
–¿Tampoco del clima que hay en la Argentina sobre el Papa?
–Yo no soy un intérprete de los climas, eso es una construcción. El Papa es argentino, nada nos puede enorgullecer más que la cabeza de la Iglesia sea un argentino y un hombre que tiene un rol muy protagónico en defensa de los más necesitados, con preocupaciones como la preservación de la paz y las migraciones. Es injusto y hasta indebido hablar de climas. No debemos leer el papado en clave argentina.
–En la Argentina la opinión pública parece no entender que el Papa no viaje a su patria...
–Dándole tanta mundanidad a lo que el Papa hace nos olvidamos de que cuando es elegido se supone que fue imbuido del Espíritu Santo, que le da cierta sabiduría para ver los asuntos del mundo y del espíritu al mismo tiempo. Y, en esa sabiduría, él sabrá cuál es el momento en que podrá llegar, si es que lo decide así, a la Argentina.
–¿Por qué está instalada la idea de que el Papa es kirchnerista y de que no le gusta Macri?
–Son lecturas de algunos sectores de opinión, pero no creo que nos debiéramos dejar llevar por esto.