Hungría penará con cárcel a los que ayuden a inmigrantes
El gobierno de Orban apunta a quienes brinden asistencia legal
BUDAPEST.– Cada vez más enfrentada con las políticas liberales de la Unión Europea (UE), Hungría se dispone a votar una ley que penaliza a quienes prestenasistencia de manera organizada a los inmigrantes ilegales.
Según un proyecto de ley presentado ayer, y que será votado en los próximos días, las personas o grupos que ayuden a presentar solicitudes de asilo a los inmigrantes ilegales, o que colaboren para que obtengan el estatus que les permita la residencia, recibirán hasta un año de prisión.
En otro proyecto de ley, el gobierno del primer ministro Viktor Orban propuso además enmendar la Constitución para endurecer la llegada de extranjeros desde un tercer país, en alusión a otros miembros de la UE que intenten la transferencia de inmigrantes a Hungría.
En el poder desde 2010, Orban aumentó progresivamente el control sobre las instituciones del Estado y sobre la prensa independiente, y se presenta a la opinión pública como un paladín contra la inmigración ilegal con políticas nacionalistas.
Las propuestas reaccionarias de Orban, centrales en la campaña que le dio la reelección en abril, fueron ratificadas por un gran porcentaje de los votantes, que le dieron a la alianza del Partido Fidesz y el Partido Demócrata Cristiano la mayoría absoluta con 133 de las 199 bancas del Parlamento.
El Ministerio del Interior denunció que había organizaciones locales e internacionales que colaboran en el ingreso de inmigrantes ilegales al país, y agregó que “sancionar esto está justificado”.
La legislación propuesta, que fue condenada de inmediato por la agencia de refugiados de la ONU, forma parte de la campaña de Orban no solo contra los inmigrantes, sino contra el multimillonario George Soros, un norteamericano de origen húngaro conocido por financiar causas liberales y fuerte crítico del primer ministro.
El líder nacionalista acusó durante años a Soros ya su ONG, Open Society Foundation, de conspirar contra la “cultura cristiana” de Hungría inundando el país con inmigrantes. Presionada a niveles insostenibles, y frente a la cruzada autoritaria de Orban contra las instituciones civiles, la fundación anunció el cierre de su sede en Budapest y el traslado a Berlín.
“El gobierno húngaro ha denigrado einfr arre presentado a la sociedad civil para obtener rédito político, utilizando tácticas sin precedente en la historia de la Unión Europea”, denunció la ONG fundada por el magnate.
Orban había dicho luego de las elecciones que su prioridad era “recuperar el pueblo” húngaro. “No debemos caer en el error de pensar que la solución es la llegada masiva de inmigrantes”, concluyó el premier.