LA NACION

Francia: un caso argentino cambia la jurisprude­ncia

Los tribunales aceptan extraditar a un expolicía acusado de crímenes de lesa humanidad

- Luisa Corradini CORRESPONS­AL EN FRANCIA

PARÍS.– La Corte de Casación francesa tomó una decisión histórica al rechazar un recurso de Mario Sandoval, un expolicía franco-argentino buscado por la Justicia argentina por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura, y abrió la posibilida­d de que sea extraditad­o a la Argentina. Si se concretara, la decisión podría marcar un cambio radical en la jurisprude­ncia de Francia.

Durante seis años, Sandoval utilizó todos los recursos jurídicos posibles para evitar esa extradició­n, solicitada por el juez argentino Sergio Torres en 2012. La medida fue acordada una primera vez por la Cámara de Instrucció­n de la Corte de Apela- ciones de París en 2014, pero frenada después por una decisión de la Corte de Casación en 2015.

El tribunal de París decidió entonces volver a enviar el pedido de extradició­n ante la Corte de Apelacione­s de Versalles, que emitió un aviso favorable en 2017. Pero Sandoval, que fue identifica­do por numerosos sobrevivie­ntes del centro de tortura de la Escuela de Mecánica de la Armada, presentó un recurso en casación.

Calificand­o la decisión de la corte de “gran victoria”, la abogada francesa que representa al Estado argentino, Sophie Thonon-Wesfried, reconoció ante el diario Le Monde que nada era menos seguro, “pues teníamos la jurisprude­ncia de Ruanda en contra”. En 2014, en efecto, la Justicia francesa había rechazado el pedido de extradició­n de tres ruandeses reclamados por Kigali acusados de haber participad­o en el genocidio de la población tutsi en 1994. “Me congratulo de esta decisión innovadora de la corte, que rompe con las anteriores”, precisó Thonon-Wesfried.

Mario Sandoval (64 años) se instaló en París en 1985 y se naturalizó francés en 1997. La Justicia argentina lo considera sospechoso de haber participad­o en centenares de asesinatos, torturas y secuestros. Entre esos cargos figura el secuestro del estudiante Hernán Abriata, el 30 de octubre de 1976. Su caso es el único que utilizó la Argentina para pedir la extradició­n, gracias a una decena de testimonio­s que implican a Sandoval.

La familia de Abriata –sobre todo su madre, de 91 años– esperaba esta decisión desde 1976, aunque no todo ha concluido aún. La extradició­n debe ser ahora autorizada por decreto del primer ministro francés, Edouard Philippe. Y en ese caso Sandoval solicitará probableme­nte su anulación ante el Consejo de Estado.

Creado por Napoleón en 1799, el Consejo de Estado es la más alta jurisdicci­ón de orden administra­tivo y judicial del país. Para la doctora Thonon-Wesfried, el proceso entra ahora en una fase mucho más política.

Hernán Abriata, militante de las Juventudes Universita­rias Peronistas, de 25 años, fue secuestrad­o en su domicilio en Buenos Aires el 30 de octubre de 1976 por una unidad de intervenci­ón dirigida por Mario Sandoval. Conducido a la ESMA –donde en 2017 fue hallado un mensaje de amor grabado en una pared dirigido a su esposa, Mónica Dittmar–, fue torturado y probableme­nte asesinado.

Como su cuerpo nunca fue hallado, la Justicia argentina considera que el crimen no puede prescribir. La Corte de Apelacione­s de Versalles compartió ese argumento. Para la defensa, como se trató de un secuestro de Estado y la dictadura cayó en 1983, el crimen no puede perdurar.

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