Dujovne avanza en la agenda para recortar el gasto y bajar el déficit
El jefe de Hacienda se reunió con sus pares del área económica; preocupa el crecimiento
Como un nuevo gesto, el ministro piensa en recalcular la meta fiscal de 2019
“Con quien tienen que hablar es con Dujovne”. La frase del presidente Mauricio Macri ayer, en la tradicional reunión de gabinete en la Casa Rosada, buscó blindar aún más el nuevo rol de ministro coordinador que el titular de Hacienda estrenó la semana pasada, una vez superada la crisis cambiaria.
Macri –cuentan cerca del nuevo hombre fuerte del equipo económico– volvió a expresar que para pedir un ajuste primero es necesario dar el ejemplo desde la política. Por eso, Dujovne ya se reunió uno por uno con sus pares de las áreas económicas para “pasar el peine fino” a todos los gastos de los distintos ministerios. Viáticos, autos, viajes en business, entre otros rubros, están bajo la lupa, como contó la nacion el domingo pasado.
Pero pese a que la información ya trascendió en los medios más importantes, cerca de Dujovne afirman que buscarán formalizar el ajuste de gastos de la política con un anuncio conjunto del ministro de Hacienda y su par de Modernización, Andrés Ibarra.
Sin embargo, el equipo de Dujovne entiende que solo se trata de un gasto simbólico para el público y que para convencer al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que aporte el nuevo colchón de dólares para sostener un gradualismo a medias deberán acelerar el ajuste. Incluso ayer Sebastián Galiani (viceministro), Guido Sandleris (jefe de asesores), Rodrigo Pena (secretario de Hacienda) y Santiago Bausili (secretario de Finanzas) viajaron a Washington para retomar las negociaciones con los subordinados de Christine Lagarde, directora del Fondo. Las tratativas son hasta ahora herméticas. Pese a que trascendieron cifras de préstamos, recortes y condicionalidades, nada era confirmado ayer por Hacienda ni por la Jefatura de Gabinete.
No hay aún precisiones, pero sí confirmaciones. Una es que el acuerdo se firmaría en las próximas dos semanas. Incluso, las versiones indican que Dujovne viajaría para sellar él mismo el acuerdo con Lagarde. Otra, que el Gobierno impulsará un ajuste más profundo. “Nos cambió el mundo”, contaron en Hacienda. “Necesitamos del FMI para asegurar la financiación”, aclararon cerca de Dujovne. Sin embargo, como ratificó Macri dos semanas atrás, los requerimientos del Fondo no serán cualitativos, sino cuantitativos.
En ese sentido, luego de que en medio de la tormenta cambiaria Dujovne anunció en conferencia de prensa que, gracias al sobrecumplimiento previsto, formalizarían un cambio de meta de reducción del déficit fiscal para este año (de 3,2% del PBI a 2,7%), ahora ya se escenifica una nueva señal para el año electoral: el sobrecumplimiento, dicen en Hacienda, llevaría el déficit primario del año próximo a 1,7% del PBI (la meta es 2,2%). “No es un pedido del Fondo”, aclararon, por las dudas, cerca de Dujovne.
La reducción del rojo fiscal se convirtió en el nuevo leitmotiv del Gobierno, bandera que es izada con orgullo desde que Dujovne se convirtió en el coordinador y la figura fuerte que –explican en el Gobierno– “buscaba el mercado”.
Con ese nuevo rol, Dujovne ganó además poder para una revisión completa de las obras públicas nuevas y de la política de reducción de subsidios, sobre todo a la energía, ejes retocables de un gasto considerado “muy rígido”.
Pero de reojo los ojos del equipo económico estarán también puestos en el crecimiento. Pese a que la devaluación licuará gastos, la volatilidad cambiaria, sumada a la sequía y a un reajuste de la economía brasileña, impactará en el nivel de actividad de este año. Del 3,5% fijado en el presupuesto a un mucho más humilde 1,5% o 2%. Cerca del ministro de Hacienda, hasta ayer, aún creían que lograrían que el país volviera a tener crecimiento en un año par (no electoral). La mala noticia: el cimbronazo global también afectó a Brasil. Los analistas privados redujeron la expectativa de mejora de esa economía de 2,92 a 2,37%. La actividad acumula en ese país tres meses de caída.
La inflación y el preocupante traslado a los precios del movimiento cambiario será otro de los indicadores a monitorear por el ministro de Hacienda. Para eso, Dujovne también tendrá la misión, ya asumida, de mejorar la coordinación entre la política fiscal, aplicada por él, y la monetaria, que controla el Banco Central (BCRA). Dujovne y Federico Sturzenegger tienen una relación más afable que la que el presidente de la entidad monetaria mantenía, por citar un caso, con Mario Quintana, coordinador de Jefatura de Gabinete.