LA NACION

Nueva guerra fría. Una empresa china podría ser la primera víctima

- Raymond Zhong

La compañía de telecomuni­caciones ZTE enfrenta problemas de producción debido a una sanción que le impide comprar componente­s norteameri­canos

Ni Apple ni Huawei. La primera baja de la guerra fría de la alta tecnología entre Estados Unidos y China podría ser ZTE. La firma china anunció hace unos días que había cesado “actividade­s operativas importante­s” en su planta de Shenzhen luego de que la administra­ción Trump prohibió el mes pasado el uso por la compañía de componente­s fabricados en Estados Unidos.

La compravent­a de acciones de la compañía ha estado suspendida durante semanas. A los miembros del personal se los ha instruido, a través de una guía a la que tuvo acceso The New York Times, para que tranquilic­en a los clientes ansiosos evitando hablar con ellos de la tecnología estadounid­ense a la que la firma no tendrá acceso en los próximos siete años.

Siendo uno de los proveedore­s chinos de tecnología más exitosos a nivel internacio­nal, con alrededor de US$17.000 millones en ingresos anuales, ZTE enfrenta una sentencia de muerte. El Departamen­to de Comercio ha bloqueado su acceso a componente­s fabricados en Estados Unidos hasta 2025, al decir que la compañía no castigó a empleados que violaron controles comerciale­s contra Irán y Corea del Norte.

microchips estadounid­enses son la base de equipos inalámbric­os de ZTE. Componente­s ópticos estadounid­enses son parte de sus redes de fibra óptica. Sus celulares funcionan con el sistema operativo Android, de Google. Al amenazar la administra­ción Trump con una guerra comercial para contener los planes chinos de promover industrias avanzadas, los problemas de la firma son una clara demostraci­ón para los líderes chinos de exactament­e por qué el país tiene que ser más autosufici­ente en tecnología.

El presidente Xi Jinping recienteme­nte lanzó un encendido llamado a la acción, según la agencia noticiosa estatal Xinhua. “Ajustándon­os el cinturón y apretando los dientes creamos dos bombas y un satélite”, dijo Xi, en referencia al programa de desarrollo de armas de la época de mao. “Esto fue así porque hicimos el mejor uso del sistema socialista, concentram­os nuestros esfuerzos para hacer grandes cosas. El siguiente paso es hacer lo mismo con la ciencia y la tecnología. Debemos dejar de lado falsas esperanzas y confiar en nosotros mismos”.

El momento de crisis de ZTE, si lleva al colapso de la compañía, también podría mostrar cómo puede extenderse la guerra fría tecnológic­a a todo el mundo.

La compañía tiene 75.000 empleados y negocios en más de 160 países. Es el cuarto vendedor de celulares inteligent­es en Estados Unidos. y su equipo de telecomuni­caciones es la columna vertebral digital de una gran parte del mundo en desarrollo.

Amenazas a la seguridad

Desde hace años, Estados Unidos considera a ZTE y Huawei, su rival mucho mayor en equipos para redes, amenazas a la seguridad nacional. Grandes compañías estadounid­enses de telefonía celular ya rechazan el equipo de telecomuni­caciones de las firmas. La Casa Blanca está pensando en una orden ejecutiva que haría más difícil a los entes gubernamen­tales comprarles.

En respuesta a las sanciones impuestas hace unas semanas, ZTE dijo que había trabajado para mejorar sus prácticas de cumplimien­to. Ha solicitado que se suspenda la prohibició­n de exportació­n y ya ha enviado informació­n adicional al Departamen­to de Comercio para sostener su argumento.

El predecesor corporativ­o de Z hong xingTeleco­m mu ni ca ti o ns Equipment fue creado en 1985 como joint venture entre una fábrica aeroespaci­al estatal y otras dos firmas. En unos pocos años la compañía estaba produciend­o equipo para operadores telefónico­s en el campo chino antes de expandirse a ciudades y, luego, al extranjero.

“Z hong xing” significa“China prospera ”. El accionista que control ala compañía esShenzhen­Z hong xingx in Telecom mu ni cat ion sE quipment,qu ea su vez es casi mitad propiedad dedos entes estatales chinos.

Remedio equivocado

Como mínimo, las sanciones contra ZTE parecen estar dando aún mayor impulso a la decisión de Pekín de actualizar los fabricante­s de microchips chinos, que han tenido dificultad­es para mantenerse a la par de los líderes de la industria global, pese al apoyo del Estado.

Chris Lane, analista de tele comunicaci­ones en Hong kong que trabaja para la firma Sanford C. Bernstein, cree que China ha resuelto lograr sí o sí que su industria de semiconduc­tores esté a la altura de los estándares mundiales, aunque lleve una década.

“Van a volcar miles de millones de dólares aevit arquees to vuelva a suceder ”, dijo .“Ala larga, estratégic­amente, esto podrías er peor para Estados Unidos que la actual situación”.

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afp ZTE es uno de los mayores conglomera­dos chinos

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