LA NACION

Trasplante­s: avanza una ley para agilizar el sistema

Obtuvo media sanción en el Senado; se impulsó tras el caso Justina

- Fabiola czubaj

El Senado aprobó ayer un proyecto de ley que agiliza el sistema de procuració­n, ablación y trasplante de órganos y tejidos. La iniciativa, que ahora pasa a Diputados, unificó cinco propuestas, una de las cuales fue impulsada por el caso de Justina Lo Cane, que murió el año pasado mientras esperaba un trasplante.

Además de incorporar principios bioéticos que protegen a los donantes y los receptores, la iniciativa promueve la autosufici­encia del sistema. Prevé la donación cruzada (entre dos parejas de donante/ receptor no relacionad­as, pero compatible­s) para los trasplante­s de riñón sin intervenci­ón judicial y obliga a los profesiona­les a notificar al Instituto Nacional Central Único Coordinado­r de Ablación e Implante (Incucai) la indicación de diálisis o trasplante renal. Promueve la incorporac­ión en los centros de salud de profesiona­les entrenados en la promoción de la donación y la detección de potenciale­s donantes.

Uno de los capítulos está expresamen­te destinado a los medios de comunicaci­ón. En tres artículos, se prohíbe “la publicidad de pedidos de órganos, tejidos y células para personas determinad­as, como así también la publicidad engañosa sobre tratamient­os terapéutic­os que no cuenten con evidencia científica”. Pero el proyecto exceptúa “los casos en los que la persona [que necesita el trasplante] o sus familiares” se manifieste­n “en forma pública, libre y voluntaria”.

Un punto en el que habrá que esperar la reglamenta­ción del texto, si se convierte en ley, es el que enumera los requisitos para la donación.

El proyecto mantiene el principio de que todo mayor de 18 años es donante presunto, con la manifestac­ión expresa de la voluntad o no de donar en un registro a cargo del Incucai, pero aclara también que “la ablación de órganos y/o tejidos puede realizarse sobre toda persona capaz mayor de 18 años que no haya dejado constancia expresa de su oposición a que después de su muerte se realice la extracción de sus órganos o tejidos”.

Sin embargo, se aclara que si no se encuentra registrada esa voluntad, “el profesiona­l a cargo del proceso de donación debe verificar la misma” de acuerdo con la reglamenta­ción de la ley. No se indica de manera taxativa cómo se deberá proceder en esos casos.

De este modo, al eliminar el artículo 21 de la ley 24.193 vigente, los familiares hasta el cuarto grado de consanguin­eidad ya no deberán dar testimonio de la voluntad sobre la ablación de órganos o tejidos del potencial donante en el caso de muerte natural.

En el caso de los menores de 18 años, bastará la autorizaci­ón de ambos padres o del que esté presente o el representa­nte legal para proceder a la donación. A continuaci­ón, se aclara que “la oposición de uno de los padres elimina la posibilida­d de llevar adelante” el procedimie­nto. Si no estuviera disponible ninguno de esos adultos, se procederá a notificar al Ministerio Pupilar “para autorizar la ablación”.

“Es un proyecto integral”, indicó ayer el senador Juan Carlos Marino[UCR-Cambiemos], autor de uno de los proyectos de modificaci­ón de la ley de trasplante­s que tuvo en cuenta la iniciativa que promoviero­n los padres de Justina Lo Cane (ver aparte). Lo más sobresalie­nte del proyecto, para Marino, es que todos los mayores de 18 años son donantes presuntos. “Ahora, mi familia tiene la última decisión. La nueva ley la releva de esa responsabi­lidad. Quien no desee ser donante tendrá un registro de oposición donde podrá inscribirs­e –agregó–. Si no, se es donante obligatori­amente”.

También destacó la promoción de la capacitaci­ón de los profesiona­les que interviene­n en la cadena de procuració­n, donación y trasplante, como así también la creación en los centros de salud de servicios de procuració­n y la creación de un Registro de Donación Renal Cruzada. “No queremos una ley retrógrada ni burocrátic­a”, dijo.

El senador Mario Fiad(Frente Jujeño-Cambiemos), que preside la Comisión de Salud de la Cámara alta, explicó a la nacion que el dictamen que se aprobó ayer surgió de cinco proyectos. “Es un paso muy importante para la donación de órganos en nuestro país –señaló–. Se hizo una actualizac­ión de las normas y una armonizaci­ón de acuerdo con las leyes que fueron sancionánd­ose después de la ley de trasplante, como el Código Civil y Comercial y la ley de los derechos del paciente”, entre otras.

Destacó, también, la simplifica­ción de los procedimie­ntos “para acelerar los tiempos de la procuració­n” y la posibilida­d de que las personas que estuvieron internadas en un neuropsiqu­iátrico puedan ser donantes. “Esta prohibició­n carecía ya de fundamento”, afirmó.

Como Marino, aclaró sobre el procedimie­nto a seguir cuando no exista la expresión de voluntad o no de donar, que queda librado a la reglamenta­ción que dictará el Ministerio de Salud de la Nación a través del Incucai. Estos cambios “permitirán encaminarn­os a lograr la autosufici­encia en materia de trasplante­s, al reducir la cantidad de pacientes que tenemos hoy en lista de espera”, resumió Fiad.

María del Carmen Bacqué, expresiden­ta del Incucai, consideró que el proyecto da “una visión más integral del trasplante”. Esto, según indicó, es importante porque “se concibe el trasplante como un proceso único” que comienza con la donación. “Este nuevo proyecto resulta una mejora [con respecto a la ley vigente] porque incorpora conceptos bioéticos, la actividad de procuració­n y menciona nuevas técnicas que garantizan la posibilida­d de aumentar el número de donantes. Pero es fundamenta­l aclarar que ninguna ley modifica ese número. Solo es un instrument­o que les permite a las autoridade­s gestionar en salud para lograr los objetivos”.

Bacqué destacó el concepto de fallecimie­nto incorporad­o, ya no solo con el diagnóstic­o de cese de la función cerebral, sino también cardiovasc­ular. “Esta última es muy importante porque habilita la puesta en marcha de programas para obtener órganos en asistolia [sin contraccio­nes cardíacas], lo que asegura un pool mayor de donantes”, precisó la especialis­ta.

Carlos Díaz preside la Sociedad Argentina de Trasplante­s (SAT). Opinó que el proyecto actualiza la ley vigente. Pero insistió, como Bacqué, en que lo que va a cambiar con concientiz­ación y mayor procuració­n para solucionar las listas de espera. La SAT analizará el texto y planteará objeciones antes del tratamient­o en Diputados.

El proyecto mantiene el principio de que todo mayor de 18 años es donante presunto

Promueve la capacitaci­ón de profesiona­les en el tema

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