La Ciudad busca prohibir a los “trapitos” y limpiavidrios
Con foco en la igualdad de género, también se quiere restringir la tarea de los limpiavidrios; el gobierno cree que, en ambos casos, las mujeres son las más vulnerables
Los “trapitos” y los limpiavidrios volvieron a estar en la mira del Ejecutivo porteño. Ayer, la Ciudad anunció que enviará un proyecto de ley que busca prohibir y endurecer las penas a quienes realicen estas actividades sin autorización. La iniciativa se enmarca en una reforma del Código Contravencional.
Silbidos en la calle, bocinazos desde el auto, frases violentas, persecución obsesiva o malos momentos en el transporte son solo algunas de las situaciones que las mujeres sufren a diario cuando enfrentan el espacio público. Son figuras de otra época, de otros tiempos, que fueron visibilizándose lentamente para que la sociedad deje de tomarlas como situaciones normales de la vida cotidiana. La discusión sobre la reforma del Código Contravencional porteño, que comenzará en los próximos días, intentará aportar a ese cambio cultural, con leyes más cercanas a lo que ocurre en la actualidad.
Para llenar vacíos y saldar antiguas demandas, el Poder Ejecutivo porteño elaboró un proyecto de ley que será enviado a la Legislatura para su análisis en las comisiones y posterior debate en el recinto. La modificación principal propuesta establece nuevos agravantes para los casos de acoso sexual y callejero cuando la víctima sea una mujer o un menor, cuyas denuncias podrán realizarse en forma anónima para evitar amenazas o casos que no salen a la luz por miedo.
También plantea la prohibición de cuidar coches, “trapitos”, en la vía pública y limpiar vidrios sin autorización, dos viejos objetivos de la gestión anterior que no pudieron pasar el filtro de la Legislatura. Fueron incluidos porque quienes elaboraron el proyecto de modificación consideraron que en las dos situaciones podrían estar más expuestas y ser más vulnerables las mujeres que conduzcan un vehículo. Así quedaría saldada una vieja demanda.
La reforma incorpora nuevos delitos contravencionales, como el ciberacoso, manifestado en forma de hostigamiento, suplantación de identidad o acoso sexual a través de los medios digitales. Y también el de la oferta de prostitución mediante folletos pegados en el espacio público, que prevé clausuras de los establecimientos involucrados. En todos los casos también se establecerán multas económicas y hasta días de arresto (ver aparte).
Las modificaciones tienen que ver, estrictamente, con un enfoque de género para resguardar la seguridad de las mujeres que transitan a diario la ciudad. Todas ellas complementarían otras políticas oficiales como la línea de denuncia 144, los botones antipánico, la iluminación LED en las calles y las cámaras de seguridad que se están instalando en colectivos, para brindar mayor seguridad y resguardo.
“A lo largo de nuestras vidas las mujeres sufrimos algún tipo de acoso. El 89% de las porteñas vivieron algún episodio en el transporte público y el 54% de las amenazas registradas fueron contra mujeres”, indicó la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, Guadalupe Tagliaferri. “Ya no basta decir: ‘Está bueno que no nos peguen’. Los derechos de igualdad van más allá, con políticas de género profundas”, agregó.
Una mesa transversal, con representantes de varias áreas de gobierno, trabajó durante meses para elaborar el proyecto que ingresará en la Comisión de Justicia de la Legislatura, presidida por Daniel Presti, donde el oficialismo buscará el mayor consenso con el resto de los partidos. Después de la discusión en ese ámbito, deberá debatirse en el recinto y conseguir 31 votos para ser aprobada. El bloque de Vamos Juntos cuenta con 34 integrantes, por lo que se descarta la sanción.
Donde podría trabarse la discusión es en el tratamiento de la actividad de los cuidacoches y los limpiavidrios. En varias ocasiones, cuando el oficialismo trató de prohibirlos, la oposición logró frenar los intentos con proyectos alternativos que tampoco avanzaron.
En la propuesta actual se modifica la naturaleza de la figura y cometerá una contravención “quien ofrezca o preste el servicio de estacionamiento en la vía pública”. En el código actual se habla de exigencia de dinero a cambio del estacionamiento y la falta debía ser comprobada en el momento. Con la modificación, si la policía detecta la infracción, estará facultada para actuar. Lo mismo ocurrirá con los limpiavidrios.
La novedad es que todas las personas que estén realizando estas actividades podrán acceder a dos líneas de capacitación. Las cámaras de garajes y estacionamientos ofrecerán cursos de inserción en el mercado laboral formal y el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat los invitará a ingresar en el programa de Apoyo de Iniciativas Socioproductivas, que apunta a la capacitación para emprendimientos personales, con una línea de subsidios y créditos.
Hasta hoy la figura de acoso sexual forma parte del Código Contravencional, pero no establece una distinción entre mujer y hombre cómo víctimas; con los cambios, podrían ser penados los hechos de hostigamiento callejero, inmersos en una zona gris en donde suelen caer las denuncias de este tipo.
El ciberacoso será incorporado a la legislación para sancionar la difusión no autorizada de imágenes y la suplantación digital de la identidad; también, para penar las situaciones conocidas como “venganza porno” provocadas por una pareja o expareja de la víctimas.
Otra figura que se incorpora es la contravención por pegatinas para detectar a quienes coloquen afiches que promueven la oferta sexual, vinculada muchas veces con la trata de personas. Contempla también la clausura del establecimiento cuando el beneficiario sea una empresa o un local.