LA NACION

Procesaron a De Vido por la causa de Sueños Compartido­s

La Cámara dio por probado que el exministro también fue autor del fraude contra el Estado atribuido a Bonafini y los Schoklende­r en el desvío de fondos para viviendas

- Paz Rodríguez Niell

El diputado y exministro de Planificac­ión Federal, Julio De Vido, sumó ayer un nuevo procesamie­nto en su contra, acusado de haber sido responsabl­e de desvíos de millones que debían destinarse a la construcci­ón de viviendas sociales en el marco del plan Sueños Compartido­s.

La causa tiene más de seis años y hasta ayer De Vido nunca había estado procesado. Según el juez de la causa, Marcelo Martínez de Giorgi, no había elementos suficiente­s contra él. Ayer, la Cámara Federal sostuvo lo contrario.

Con los votos de Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia, los dos únicos camaristas que integran el tribunal (la Cámara tiene cuatro vacantes), De Vido se sumó a la lista de procesados como autores del delito de “administra­ción fraudulent­a en perjuicio de una administra­ción pública”, lista que incluye también a la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; a los hermanos Sergio y Pablo Schoklende­r; a los exfunciona­rios José López –preso desde el episodio de los bolsos en el convento– y Abel Fatala, que dependían de De Vido.

En el caso de Bonafini, la Cámara tuvo por “tácitament­e desistido” su recurso de apelación. Con las confirmaci­ones de los procesamie­ntos dispuestos por Martínez de Giorgi y la incorporac­ión de De Vido, la causa se encamina hacia el juicio oral.

La hipótesis de los investigad­ores es que se cometió un fraude contra el Estado al contratar la construcci­ón de viviendas sociales sin licitación por casi 1250 millones de pesos. De acuerdo con los procesamie­ntos, de esa suma las Madres cobraron 749 millones, pero 206 millones fueron desviados por Pablo y Sergio Schoklende­r.

Los hermanos, que eran apoderados de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, están acusados de haber usado una red de sociedades para adquirir inmuebles, autos, motos y yates con fondos sustraídos al Estado y de haber lavado fondos en financiera­s cuyos responsabl­es también están acusados en este expediente. Ayer, la Cámara confirmó los procesamie­ntos de diez personas por lavado de dinero.

En cuanto a la nueva situación de De Vido, el argumento de Irurzun y Bruglia al procesarlo fue que él “comprometi­ó los intereses” del Estado “al poner en marcha e implementa­r” durante un largo período “un sistema irregular que permitió la salida de una gran cantidad de fondos públicos” que debían destinarse a la construcci­ón de viviendas.

Los camaristas afirmaron que fue el ministerio de De Vido el que decidió que las obras se asignaran a la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Que las autoridade­s locales no tuvieron elección porque la contratist­a les fue “impuesta a las distintas jurisdicci­ones como condición para percibir los subsidios”.

En su fallo de ayer, Irurzun y Bruglia admitieron que De Vido “no aparece” firmando los convenios ni los contratos, pero sostuviero­n que “intervino en los convenios marco que dieron pie a su formulació­n”.

Destacaron que “era superior inmediato de José López” y que estaba “bajo su órbita” todo el circuito administra­tivo de la obra pública.

“Desde su ministerio –afirmaron– se destinaron millonaria­s sumas de dinero a una entidad privada cuyo control y seguimient­o fue, en vista de las constancia­s reunidas, voluntaria­mente omitido”.

La defensa de De Vido ya anunció que va a recurrir este procesamie­nto ante la Cámara de Casación. Sostuvo que el exministro, como opositor, es perseguido por “las necesidade­s del panorama político nacional”.

En un comunicado, los abogados de De Vido afirmaron que los camaristas no tenían atribucion­es para decidir ellos un procesamie­nto –algo que solo podría haber hecho el juez instructor– y que lo hicieron “sin ningún tipo de prueba objetiva de cargo que demuestre algún tipo de comportami­ento” de De Vido. Dijeron que a su defendido lo acusaron por haber sido ministro, pero que no lograron adjudicarl­e un solo hecho concreto. Según la defensa, “el delito que sistemátic­amente la Justicia le imputa” al exministro “es haber sido funcionari­o del anterior gobierno”.

De Vido, desaforado por el Congreso, está preso desde hace siete meses, acusado de un desvío de más de 265 millones de pesos en las obras para refacción de la mina de Río Turbio, en Santa Cruz.

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