LA NACION

Gritó 64, pero Messi todavía espera los goles de su vida

Nunca festejó de los 8os de final en adelante en los mundiales y sueña con vengar la definición que falló ante Neuer en Brasil

- Cristian Grosso

¿Alguien convirtió más goles que Lionel Messi en la historia de la selección? No. ¿Alguien convirtió goles más importante­s en la historia de la selección? Sí, Mario Alberto Kempes y Jorge Burruchaga estarán por siempre en el bronce. Argentina 78, México 86 y el lustre eterno. Un detallado seguimient­o del diario catalán Mundo Deportivo reveló hace algo más de un mes, después de un triplete del crack ante La Coruña, que Messi había perforado la barrera de los mil goles. Fascinante cifra que nació en las divisiones infantiles de Newell’s. Pero más allá de esos números de fábula, él todavía espera los goles de su vida.

Si decenas de veces repitió que cambiaría sus Balones de Oro por un título con la selección, el canje es comparable en el plano de los goles. Con gusto tiraría alguno de sus hat-trick contra Guatemala, Panamá o el de hace algunas horas contra Haití, con tal de sellar su nombre en la ruta más trascenden­te hacia la gloria. Messi sabe y declara que la Argentina no partirá entre las candidatas en Rusia, pero no abandona su íntima obsesión de ser campeón del mundo. Y en la final, cicatrizar la herida. Espantar sus demonios. “Si hacía ese gol contra Alemania se hubiera dicho que mi Mundial en Brasil fue espectacul­ar”, confesó. ‘Ese gol’ es el que no entró, el que nunca existió. En el inicio del segundo tiempo llegó la habilitaci­ón al espacio, la corrida y la definición cruzada al segundo palo del arquero Manuel Neuer. Salió por milímetros. “¿Qué querés que te diga? Una lástima. Nos vamos a arrepentir toda la vida, de esa, y de las otras oportunida­des que tuvimos y no pudimos meter adentro”, amplió más adelante. Y hace poco, casi que el rosarino elevó una plegaria: “Me gustaría volver a tener esa situación. Viendo el video, me doy cuenta de que no le pego bien. Le pegaría igual, pero con más empeine”. Messi despegó anoche rumbo a su cuarta Copa del Mundo soñando con que el destino le regale otra oportunida­d.

Messi ya convirtió 64 goles en la selección. Entre los registros de todos los tiempos de los campeones del mundo, solo el brasileño Pelé (77) y el alemán Miroslav Klose (71), lucen más conquistas. irá por ellos también. Atrás están el español David Villa (59), el inglés Wayne Rooney (53), el francés Thierry Henry (51), el uruguayo Luis Suárez (50) y el italiano Luigi Riva (35). Más allá de los récords, antes tiene otras cuentas que saldar. Por ejemplo, marcar en las etapas de eliminació­n directa en los mundiales. Sus cinco gritos entre las Copas de 2006, 2010 y 2014 siempre llegaron en los grupos, antes de los octavos de final.

Pero nadie podrá quitarle trascenden­cia a los goles de Messi. Sería ridículo discutirlo. Ha hecho muchos, y muchos vitales para la selección. Sin bucear muy profundo, enseguida aparecen los tres en Quito que depositaro­n a la selección en Rusia. En una imaginaria tabla de valoración, contabiliz­ando los goles útiles, los que garantizan beneficios, es decir los que llevan el eco de los mundiales, las eliminator­ias y las Copas América, Messi y Gabriel Batistuta están en un pie de igualdad. Nadie hizo más que Batistuta en los mundiales (10, contra 5 de Messi); Messi es el top scorer en las eliminator­ias (21, contra 11 de Batigol), y en las Copas América, Batistuta toma ventaja de 13 contra 8. ¿La suma? 34 para cada uno. Una paridad que Messi buscará pulverizar en sus primeras tres estaciones en suelo ruso: Moscú, Nizhny Novgorod y San Petersburg­o.

Un caso opuesto es el de Sergio Agüero. Muchos goles con escasa rentabilid­ad. Al Kun le quema el déficit interno: todavía no grabó su apellido en las redes de los mundiales. Es el tercer goleador histórico de la selección argentino, ese podio de leyendas que encabezan Messi y Batistuta, pero la disección de sus 37 gritos descubre que apenas 16 tuvieron el valor añadido de marcarlos cuando algo importante está en juego. Porque, además de aún no haber festejado en una Copa del Mundo, en las eliminator­ias sólo cosechó 9 (cuatro para Sudáfrica 2010, 5 para Brasil 2014 y ninguno para Rusia 2018) y otros 7 en las Copas América de las que participó: tres en 2011, tres en 2015 y uno en 2016.

Su volumen goleador se basa en los amistosos. Vale la pregunta: ¿cuál fue el tanto más trascenden­te de Agüero en sus 12 años en la selección? Apenas uno, el que señaló el 15 de noviembre de 2011 para rescatar al joven ciclo de Alejandro Sabella del derrumbe. Por la ruta clasificat­oria, y después de perder con Venezuela y empatar con Bolivia, la Argentina caía con Colombia en Barranquil­la. Entro Agüero por Pablo Guiñazú y se torció el rumbo. Empató Messi con otro grito clave y a seis minutos del final, ‘Kun’ selló la victoria que enderezó una marcha entonces tambaleant­e hacia Brasil 2014. Un gol entre 37, un recuerdo esquelétic­o después de 85 partidos en la selección. El Mundial les recuerda a Messi y a Agüero diferentes deudas con el gol. Compinches siempre, anoche tomó altura el operativo venganza.

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A. Greco Messi y el gol, sociedad frecuente en la selección

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