Charly García
El rock, como Carlos Gardel, no es fácil. Hay que sangrar para tocar rock y para ser Gardel, también
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y, en el medio de ellos, el Gardel de oro, el séptimo de la cosecha 2018. en un camarín improvisado, en un primer piso y en la diagonal que muestra la lluvia intensa y la intersección vacía de Leandro alem y Corrientes, Charly exhibe las siete estatuillas con las que cierra un ciclo: el de su regreso al disco (Random) y el de su retorno a los escenarios (este año ya se presentó en dos oportunidades, en los teatros Coliseo y Gran Rex). Rodeado de sus músicos y amigos Fabián “Zorrito” von Quintiero, Kiuge Hayashida y Toño silva, nos recibe con una sonrisa, muy buen humor y predispuesto a conversar.
en el cierre de la ceremonia número veinte de los Premios Gardel, Charly recordó a músicos vitales en su trayectoria. Les dedicó el premio a maría Gabriela epumer, Luis alberto spinetta, el Negro García López, Prince, Gustavo Cerati y también a Gardel, ese símbolo que abraza a todos los músicos argentinos. “me dolió mucho cuando se fueron el Negro García López, Gabriela; realmente eran amigos míos. Lo dije de corazón. y es gente que hizo mucho por mí en situaciones bravas”, dice.
Cuando se le pregunta si este Gardel de oro, el tercero de su cosecha, tiene un gusto especial, el músico apela a una pincelada de su humor característico. “Recién le pasé la lengua para saberlo”. después, ya más serio, hablará de que lo disfruta como una “venganza”, aunque prefiere recordar a sus amigos. a los que ya no están, pero también a los que siguen acá, a su lado. “Como Palito (ortega) que recién vino a verme”.
Viene de tapa –Estos siete Premios Gardel te sorprenden en un muy buen momento. Es tu año más activo en una década. –y estoy preparando otro disco, La torre de Tesla. Como cualquier utopía cuesta pero va a salir. –¿Vas a seguir tocando bajo esta modalidad en la que se anuncian los shows con muy poca anticipación? –sí, pero quiero eliminar a los productores de la cadena del espectáculo. esto es muy lindo, estoy contento. No soy boludo, pero mucha de la gente que nombraron acá (durante la ceremonia), productores con comillas, no me merecen respeto para nada. muchos me dijeron que no servía, otros tapizaron el auto con piel de músicos. Zorri, ¿qué les parece?
a su lado, el Zorrito Quintiero interviene. “’Lamentablemente es así”, dispara y nace un pequeño ping-pong entre ambos amigos. “Lamentablemente para los demás”, responde Charly, a lo que el tecladista agrega: “Hay que seguir, Charly”. el fin del pasaje lo pone el propio García: “¿y quién habló de parar?”
afuera, la tormenta continúa. en otro piso y a varios metros, escale- ras y recovecos, empieza a sonar la música que acompañará la fiesta final, el momento en el que músico y miembros de la industria discográfica se distienden, brindan y se felicitan. adentro, en un camarín cada vez más poblado, el Zorrito lanza otra frase inspirada en el gran protagonista de la noche: “es el primer Gardel subacuático”, en alusión al gran show del regreso que Charly ofreció en vélez, en 2009, bajo un diluvio. –Charly, en tu dedicatoria también mencionaste al autotune, ese procesador de audio que se utiliza hasta el cansancio para procesar voces en la música actual. ¿Por qué? –Porque la música tiene un límite y el autotune es el límite. yo estoy un poco aburrido de la música que se hace ahora. La música es armonía, melodía y ritmo, y lo que estoy escuchando últimamente no tiene nada de eso. Say no more. –También se habla periódicamente de la muerte del rock, pero siempre termina resurgiendo, ¿no? –Hay mucha gente que nunca tocó rock ni lo sintió. el rock, como Carlos Gardel, no es fácil. Hay que sangrar para tocar rock y para ser Gardel también. ¿viste a los Who cuando vinieron acá? eso es rock. y te diría que Gardel es rock. Los pibes no sé en qué andan. a mí me afanan a lo loco, pedazos de canciones y esas canciones tampoco son rock. el rock es una puñalada que te atraviesa el corazón. y si fallás pegate un tiro.
Como el Zorrito, Kiuge Hayashida y Toño silva, dos de los tres músicos chilenos que Charly descubrió hace años y que siguen junto a él, disfrutan de cada una de las intervenciones de García. sin shows ni compromisos a la vista, vinieron de santiago de Chile solo para acompañar al Jefe. “es un orgullo estar acá y haber participado del disco, Random. estoy de acuerdo con lo que dijo él, hay que sangrar para hacer rock. el rock tiene cierto drama. Él me dijo una vez que el talento sin cojones no servía”. –Charly, ¿te acordás de cómo los conociste?
–Los conocí por Piñera, el hermano del presidente de Chile. era su mánager, me llevó a un bar en el que estaban tocando. Los escuché y enseguida me di cuenta de que sonaban mejor que mi banda.
Toño Silva: –Tocábamos Procol Harum, temas clásicos del rock, de Led Zeppelin, The Who, Beatles y a Charly le gustó.
Charly: –ellos sabían los temas. un defecto del rock local es que nadie sabe tocar nada. ¿Beatles? ¿Qué es eso? eso es una falacia, no podés tocar rock si no sabés tocar los temas de los Rolling stones, los Beatles. Investigá, preguntale a tu vieja. Toño: –me acuerdo de que estábamos tocando un tema clásico de los stones y metí un doble bombo. Charly me dijo: “¿Qué estás haciendo? en esa época no existía el doble bombo”.
“Un defecto del rock local es que nadie sabe tocar nada”
“La música es armonía, melodía y ritmo, y lo que estoy escuchando últimamente no tiene nada de eso”