LA NACION

Los populistas bloquean un gobierno técnico y negocian con Mattarella

El presidente les daría una nueva oportunida­d a la Liga Norte y al Movimiento Cinco Estrellas; el gabinete de Cottarelli es el plan B

- Elisabetta Piqué Correspons­al En Italia

ROMA.– ¿Habrá elecciones anticipada­s o un gobierno populista? Italia vivió ayer una nueva jornada de telenovela, en la que la situación política cambiaba de minuto en minuto, en forma dramática y desconcert­ante. En medio de una confusión inédita era imposible hacer previsione­s y seguía sin resolverse la peor crisis política e institucio­nal de los tiempos recientes.

Mientras los mercados se tranquiliz­aron, en un escenario sin precedente difícil de explicar por lo inaudito, el economista Carlo Cottarelli, que recibió el encargo de formar un gobierno técnico, de transición, para llevar a Italia a las urnas en los próximos meses, seguía en stand-by.

Con su equipo de ministros al parecer listo para ser presentado, pero a la espera de novedades surgidas de frenéticas nuevas negociacio­nes políticas.

El presidente Sergio Mattarella –el árbitro de la situación de ingobernab­ilidad que vive Italia, que cumplió más de 85 días y cada vez más cuestionad­o por su modo de actuar–, de hecho, prefirió no forzar la vía de elecciones anticipada­s. Después de dos encuentros informales con el exdirigent­e del FMI y hombre de la austeridad, hizo saber que no “forzaría” la situación, sino que dará más tiempo a la solución política.

Reflotó así la alternativ­a de un gobierno formado por las fuerzas ganadoras de las elecciones el 4 de marzo pasado: el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), del joven Luigi Di Maio (31), y la xenófoba Liga, del cada vez más protagónic­o Matteo Salvini (45). Juntas, de hecho, tienen una mayoría parlamenta­ria.

De resucitar la posibilida­d de este gobierno populista –vetado el domingo pasado por Mattarella debido a la presencia de un ministro euroescépt­ico en la cartera de Economía–, es claro que Cottarelli daría un paso al costado.

¿Cómo pudo ocurrir semejante cambio de panorama? El escenario catastrófi­co del día anterior, cuando los mercados salieron al ataque de Italia previendo elecciones anticipada­s con un triunfo aún más fuerte de fuerzas antisistem­a, volvió a mover el avispero. Di Maio, que sabe que perdió consensos en estos dos meses de tira y afloja, no quiere ir a elecciones. Y, en un giro de 180 grados, después de haber reclamado un impeachmen­t contra Mattarella, volvió a reunirse con el presidente dispuesto a volver intentar formar un gobierno con su socio de la Liga.

pero Salvini, como si se tratara de un culebrón, se volvió el obstáculo. En diversas declaracio­nes advirtió que solo aceptará formar el Ejecutivo con la misma lista de ministros presentada el domingo pasado por el desconocid­o jurista Giuseppe Conte, el primer ministro propuesto por el M5E y la Liga. Es decir, Salvini volvió a insistir en paolo Savona, crítico de la Unión Europea y de la moneda única, vetado por el presidente.

En una situación totalmente fluida y volátil, negociacio­nes entre bambalinas y llamadas telefónica­s y con Mattarella cada vez más cuestionad­o por su modo de manejar la crisis, quedó claro que Salvini apuesta a ir al voto lo antes posible. Y se entiende: según sondeos, en nuevas elecciones el líder de este partido xenófobo obtendría un 27% de apoyos, sacándoles votos tanto a su exaliado Silvio Berlusconi, a Di Maio y al exoficiali­sta partido Democrátic­o, de centroizqu­ierda, hundido después de la debacle de hace tres meses.

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Ap Salvini volvió a advertir ayer que no quiere ningún veto presidenci­al a sus ministros

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