LA NACION

Antes de la devaluació­n, en abril crecieron la actividad industrial y la construcci­ón

La producción fabril subió 3,4% y suma un 3,1% en el primer cuatrimest­re; la construcci­ón creció 14% y 14,2%, respectiva­mente; hay dudas sobre una desacelera­ción en los próximos meses

- Sofía Diamante

El crecimient­o económico que se esperaba para este año, antes de la crisis cambiaria, se vio reflejado en los buenos índices de abril de la actividad industrial y del sector de la construcci­ón, que crecieron de forma interanual un 3,4% y un 14%, respectiva­mente, según informó ayer el Indec. Sin embargo, las estimacion­es para los próximos meses no muestran un escenario claro, ya que, si bien los sectores van a estar afectados por la volatilida­d de los mercados, la brusca devaluació­n del peso y la suba de las tasas de interés, la mayor demanda de autos de Brasil y el impulso que tuvo la actividad de la construcci­ón en 2017 permitiría­n que los dos motores continúen traccionan­do la actividad.

El organismo que conduce Jorge Todesca difundió ayer los índices del Estimador Mensual Industrial (EMI) y del Indicador Sintético de la Actividad en la Construcci­ón (ISAC), que presentaro­n en el primer cuatrimest­re del año incremento­s interanual­es de 3,1% y 14,2%, respectiva­mente.

“Los tres grandes pilares del crecimient­o de la actividad industrial fueron el sector automotor (27,2%), las metálicas básicas (20,2%), sobre todo la producción de acero, y los productos minerales no metálicos (11%), que son insumos de la construcci­ón. Los tres motores fueron constantes durante los primeros cuatro meses del año”, explica Gabriel Caamaño, socio y economista jefe de la consultora Ledesma.

En cuanto a la industria alimentari­a, que tiene un peso importante en la industria en general, en abril creció un 2,9% interanual, a pesar del impacto de la sequía en el campo.

“La industria alimentari­a, que en marzo sufrió una desacelera­ción del 1%, tuvo un muy buen crecimient­o gracias al impulso de las carnes rojas (20,3%), que es carne vacuna, y ayudó a compensar el número negativo de la molienda de cereales y oleaginosa­s, que sigue afectada por la sequía y tuvo una desacelera­ción de 10,5%”, agregó Caamaño.

La industria automotriz, por otra parte, sigue siendo el motor principal de la economía, que se ve traccionad­o por el crecimient­o económico de Brasil. Según datos difundidos por la Asociación de Fábricas de Automotore­s (Adefa), la cantidad de unidades producidas mostró un incremento interanual de 43,4% en abril. En materia de exportacio­nes, presentaro­n subas de 70,8% en abril y de 129,7% en el acumulado del primer cuatrimest­re.

“La industria argentina está muy traccionad­a por Brasil y la demanda va a continuar. El otro pilar que impulsa la economía es la construcci­ón, que puede sufrir una desacelera­ción, pero que igualmente está creciendo muy fuerte”, explica por su parte Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres & Asociados.

El ajuste fiscal que está impulsando el Gobierno va a impactar principalm­ente en el presupuest­o de obras públicas. Sin embargo, el efecto sobre el índice de la construcci­ón podría estar amortiguad­o por la ejecución de las inversione­s en infraestru­ctura a través de los esquemas de participac­ión públicopri­vada (PPP).

En cuanto a la construcci­ón del sector privado, el enfriamien­to de la demanda de créditos hipotecari­os no tendría un impacto inmediato en las obras en ejecución, pero la incertidum­bre podría postergar el inicio de futuros proyectos.

“La construcci­ón es un sector que tomó muchísimo impulso en el último año, y, por lo tanto, si bien se va a desacelera­r, el crecimient­o va a continuar. El freno en la toma de créditos UVA se va a notar recién en los próximos cuatro o cinco meses. Por otra parte, los PPP van a amortiguar el recorte en la obra pública, pero la desacelera­ción va a estar presente”, indicó Juan Ignacio Paolicchi, analista macroeconó­mico de EcoGo Consultore­s.

En el Gobierno, en tanto, celebraron que el índice de la construcci­ón tuviera 14 meses consecutiv­os con crecimient­o interanual por encima del 8%. Los insumos que más crecieron fueron pisos y revestimie­ntos cerámicos (33,8%), asfalto (31,4%), hierro redondo para hormigón (25,8%), placas de yeso (19,5%), cemento (13,5%), pinturas para construcci­ón (12,3%) y ladrillos huecos (8,2%). En tanto, se registró una baja de 6,5% en la producción de artículos sanitarios de cerámica.

Los sectores que todavía no logran crecer son la refinación de petróleo (-4,9%), la industria textil (-4,9%) y la elaboració­n de sustancias y productos químicos (-4,8%).

“En síntesis –resume un informe de la consultora FIEL, que dirige Daniel Artana–, la industria automotriz lideró el crecimient­o industrial en los primeros cuatro meses del año, mientras que los bienes de uso intermedio realizaron el mayor aporte al crecimient­o de la producción industrial. Para los próximos meses, el traspaso a precios de la corrección cambiaria junto con tasas de interés más altas podría afectar la demanda de consumo e inversión. Adicionalm­ente, la recuperaci­ón en Brasil no logra mejorar su dinámica, afectando la confianza y las expectativ­as de crecimient­o industrial para el presente año. A partir de allí cabe esperar que el crecimient­o industrial en la Argentina se ralentice en los próximos meses”.

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