Unirnos en torno al patrimonio compartido
Como país, compartimos un espacio natural común, particularmente amplio y variado, dado nuestro vasto territorio. A ese rico patrimonio natural hemos de sumarle otro tanto o más complejo como es el cultural, reflejo de nuestra identidad, de nuestra historia, de las epopeyas transitadas y de la épica que nuestros héroes patrios nos legaron.
Teresa Anchorena, presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, avizoró las oportunidades detrás de tan rico tesoro y, con el aval del ministro de Cultura, Pablo Avelluto, se abocó a organizar una iniciativa que movilizó a más de 5000 personas que trabajaron en la segunda edición del Día Nacional de los Monumentos. El 12 y el 13 del mes pasado, a lo largo de nuestra extensa geografía, el país vivió una verdadera fiesta federal, a la que se sumaron instituciones provinciales, municipales y privadas.
En la ciudad de Buenos Aires, la larga lista incluyó muchas dependencias oficiales, como la Casa Rosada y una especial visita al emblemático Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional, además de museos, bares, palacios, hospitales, buques o iglesias. Países como Portugal, Brasil, Uruguay y Rumania abrieron sus residencias y fueron, en muchos casos, los propios embajadores quienes oficiaron de guías, para deleite de los visitantes. El Ministerio de Defensa abrió las puertas de sus instalaciones militares y faros en recónditos parajes insulares. Salta honró a su héroe recreando un “recorrido güemesiano” en bicicleta. Con una bajada del río Chubut en kayacs, alusiva a los primeros exploradores, se evocó al comandante Piedrabuena. Córdoba sumó sus bellísimos edificios típicos de la Belle Époque y las maravillosas estancias jesuíticas.
Mas de 250.00 personas recorrieron los 822 valiosos monumentos y lugares históricos, 300 más que el año pasado, con 690 actividades complementarias, libres y gratuitas, incluyendo visitas guiadas, juegos, guitarreadas, talleres, conciertos, bailes, muestras, charlas y conferencias para grandes y chicos, a lo largo del fin de semana.
La Comisión Nacional ha sabido motorizar el interés de la ciudadanía por acercarse a la historia viva del país, tal como reflejó este exitoso segundo encuentro. Una vez más, cuando la propuesta cultural resulta atractiva, los argentinos nos movilizamos, participamos y acompañamos, confirmando que ese interés no se activa en torno a letra muerta, a un bronce o al mármol de una estatua desprovistos de contenidos. Precisamente, el enorme atractivo radica en que son estos expresión vital de una nación que contagia orgullo a los suyos y los convoca a acercarse para ser testigos de un devenir de siglos. El ministro Avelluto celebró la convocatoria alcanzada indicando que estamos en “el comienzo de una nueva etapa en la promoción de nuestros monumentos nacionales”.
Unirnos en torno a ese pasado compartido ofrece una excelente plataforma de despegue de cara al futuro y a los consensos que debemos construir en estas cruciales circunstancias. Resulta gratificante pensar que podemos aprovechar iniciativas como esta, volviéndolas valiosas prendas de unión para la tan necesaria reconciliación nacional.