YPF se queda con Oil, la petrolera de Cristóbal López
Administrará la empresa por cuatro meses, hasta la licitación; ofreció destinar por mes US$3,3 millones para sostener la firma y se reservó el derecho de mejorar la propuesta
Finalmente, YPF se quedó con la gestión de la petrolera Oil Combustibles, que era del empresario kirchnerista Cristóbal López, preso por no pagar $8000 millones de pesos del impuesto a los combustibles y utilizar ese dinero para capitalizar su imperio económico en la última década.
El juez comercial Javier Cosentino, que dispuso la quiebra de Oil Combustibles, eligió a YPF como la empresa que se encargará de su administración por los próximos cuatro meses.
Al cabo de ese lapso se realizará una licitación para determinar quién se quedará con la propiedad de la empresa. Pero YPF se reservó el derecho de igualar la mejor oferta, en un indicio de que está interesada en quedarse con la firma.
Los activos de Oil son, principalmente, la refinería San Lorenzo, sobre la hidrovía, a 15 kilómetros de Rosario, amplios muelles donde pueden operar barcos petroleros y tanques con gran capacidad de almacenamiento. Justamente, esa refinería perteneció en sus orígenes a YPF y ahora volvería a sus manos.
YPF resultó un tapado en la puja por quedarse con Oil, contra sus competidoras: Trafigura y Lukoil, Vitol y la cooperativa de trabajadores de la refinería.
Fue determinante para su triunfo el monto de la oferta económica y los recursos que comprometió para el cuidado ambiental. Pero también los cambios que hubo en el mercado del petróleo en las últimas tres semanas fueron decisivos para que las compañías extranjeras perdieran el interés.
Hoy los precios de venta de los combustibles están frenados por un acuerdo del Gobierno con las petroleras, que promete extenderse en el tiempo, y la situación económica se tornó más volátil.
Con esta lectura, los jugadores foráneos dieron un paso al costado. De todos modos ofertaron menos. La cooperativa de trabajadores quedó afuera porque no cumplió los requisitos. Se estima que es una puja para los “gordos” de la industria.
Lukoil, Trafigura y Vitol condicionaron su oferta a auditorías y habilitaciones. YPF no lo hizo. Ofreció, además, destinar US$3,3 millones por mes, lo que permitirá pagar los sueldos y que quede dinero. Vitol, apenas, ofreció
150.000 dólares; Lukoil, $45 millones (US$1,8 millones), y Trafigura,
$28,5 millones (US$1,14 millones). YPF también propuso reprocesar el fuel oil y gasoil que está en la refinería, y se comprometió a abastecer toda la red de estaciones de servicios Oil. Lukoil y Trafigura lo hicieron, pero de manera condicionada.
El plan de protección y remediación ambiental que ofreció YPF fue determinante para que tomara ventaja sobre sus competidoras, según dijo el juez en su resolución. La empresa ofreció destinar 300 horas/hombre mensuales a esos fines ambientales y descartó cualquier responsabilidad sobre los pasivos ambientales existentes o que puedan surgir a partir de las evaluaciones que se realicen.
Trafigura no asumirá responsabilidades ambientales, delegando la responsabilidad en los funcionarios de la quiebra si existiera algún problema y Lukoil se refirió a este aspecto. Vitol ofreció la minimización de riesgos ambientales mediante un plan de inversión de remediación ambiental por U$S10 millones, pero dijo que quería que se la reembolsaran al finalizar el contrato.
Otro tema que analizó el juzgado para definir la elección fueron las consecuencias que tendría la decisión sobre los trabajadores de la refinería San Lorenzo. Ninguno de los oferentes asumió con fondos propios el empleo de todos los trabajadores. Vitol solo garantizó “al personal existente en el área operativa”. Por eso, el juez examinó el monto de dinero que ingresará a la empresa para poder pagar las indemnizaciones y los gastos operativos pendientes.
En un principio se pensó que la presencia de YPF en la puja con sus colegas internacionales era más un gesto político que una genuina determinación de entrar en el negocio. Esta idea fue alimentada por las conversaciones que mantuvo el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, con YPF, dado el impacto social que tendría la discontinuad laboral de los 500 trabajadores. Pero esa actitud política fue más allá y se convirtió en una oferta atractiva, aun a riesgo de que al quedarse con la provisión de la red de estaciones de servicio tenga una posición dominante en el mercado.