LA NACION

Contra todos

Lebron James brilla en los playoffs, pero los compañeros no lo ayudan y golden state está arriba en la final de la nba

- Xavier Prieto Astigarrag­a

Cincuenta y un puntos en 47 minutos en un partido de final de NBA, como visitante y frente al campeón vigente. Buena eficacia en tiros, con rebotes y asistencia­s a granel, como es usual. Pelota en mano en los instantes de alta presión. Decisiones acertadas, mientras los de su mismo color de camiseta caían en la instrascen­dencia o, peor aun, en errores. Garrafales, en algún caso.

¿Cómo puede Lebron James aspirar a ponerse el anillo si se carga en la espalda al equipo, hace de todo y los compañeros se desvanecen o hasta parecen jugar en contra? Esta definición entre su Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors es eso: uno contra todos. Estos playoffs, más bien. Porque, tirando del carro poco menos que abandonado por el resto, El Rey ha traído hasta este punto a un conjunto que a veces es bueno y a veces bastante flojo, pero que en promedio rinde bastante menos que lo que debería por nombres y antecedent­es.

El mejor basquetbol­ista desde el retiro de Michael Jordan estuvo por ganarle “solo” –en los deportes colectivos nunca se gana solo; vaya si lo sabrá Lionel Messi– el primer encuentro al poderoso Golden State de Stephen Curry, Kevin Durant y Klay Thompson. Un big three que es casi big four, porque Draymond Greene hace pocos puntos pero es un fenómeno en todo lo otro... salvo la conducta. De él recibió Lebron un manotazo a la cara, cobrado como intenciona­l, y además el interno de Warriors generó un tumulto que terminó con un rival, Tristan Thompson, invitándol­o a pelear y expulsado, en un cotejo de alto nivel pero lleno de polémicas.

Hasta el propio James anduvo protagoniz­ando rispideces, en un intercambi­o de palabras con Curry y Klay Thompson que derivó en aquel incidente, a poco del final del tiempo suplementa­rio. Pero segurament­e el número 23 se fue más enojado del estadio de Oakland por un error crucial de J. R. Smith que por esa discusión cuando la derrota, que sería por 124-114, era casi cosa juzgada. Abajo por por 107-106 en el último cuarto, Cleveland dispuso de dos tiros libres. George Hill acertó el primero y falló el segundo, y el díscolo Smith tomó el rebote, pero con 4 segundos por jugar y el empate en el resultado retuvo la pelota en lugar de buscar la conversión decisiva. Lebron se lo recriminó con un ostensible gesto cuando sonó la chicharra. En la prórroga, Warriors no perdonó: 17-7.

“Tenemos que seguir adelante. Este partido terminó”, contestó LBJ en la conferenci­a de prensa. Pero no pudo escapar del tema del grueso error de Smith. “Me preguntaro­n si hablé con J. R. al respecto y ya dije que no. Sabía que era un marcador apretado. Estábamos uno abajo. George Hill metió el primer libre. Tomamos el rebote ofensivo y pensé que todos sabíamos cuál era el marcador. Ese es mi punto de vista. No sé en qué pensaba J. R.”, comentó. Las preguntas eran insistente­s, y James evitó el escarnio público a un compañero. “Nunca voy a criticar a J. R. ni a ninguno de mis jugadores”, enfatizó. Pero los periodista­s volvieron sobre la cuestión, hasta que el alero se levantó abruptamen­te de su silla y se marchó.

Más directo fue el entrenador de Cavaliers, Tyronn Lue. “Creyó que íbamos ganando por un punto”, reveló. Pero Smith lo negó. “Sabía que estaba empatado y teníamos un tiempo muerto. Traté de hacerme un espacio, porque tenía a Kevin Durant delante de mí. Entonces miré a Lebron y me pareció que iba a pedir el tiempo, así que paré y ya no hubo tiempo para más”, se defendió. Su lenguaje gestual en la cancha pareció desmentirl­o.

Más controvers­ias enfadaron a James. A 36,4 segundos del cierre del cuarto período, con Cleveland arriba por 104-102, los jueces cobraron un foul de Durant a él, pero luego revisaron dónde había ocurrido y terminaron revirtiend­o el fallo, en una decisión criticada por antirregla­mentaria. Y Durant empató en 104. “Esto nunca ha pasado en la historia de la NBA. Y ahora, en la final, en el escenario más grande posible... Que acaben robándonos no está bien”, se quejó el DT Lue.

Tampoco está bien que Lebron deba ser un superhéroe aislado en un plantel de 15 hombres, en el que apenas Kevin Love dio la cara –sin descollar– contra Golden State. James venía de actuar los 48 minutos del partido 7 vs. Boston y ante Warriors registró su 109º juego de 30 o más tantos. Y el 7º de 40 o más en finales de NBA, marca que ya lo hizo batir a Jordan en el rubro. No por nada algunos empiezan a plantear si este Nº 23 es tan bueno como aquel... y a poner la lupa en qué compañía ha tenido cada uno.

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L. Cunningham / AFP Lebron, marcado por Durant y Curry; la serie parece enfrentar a un crack con un equipo

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